En un lejano, lejano, pero muy, muy lejano país, vivían en un hermoso, brillante y fresco palacio de perlas, un rey con su amada esposa y su preciosísima hija Blancanieves. Ella era tan blanca como la leche, su níveo cuerpo encandilaba incluso en la oscuridad.

Eran una familia que emanaba tanta felicidad, que a veces generaban cierta envidia en los demás. Un triste y desolado día la pobre reina falleció al resbalar con una cáscara de banano, se dio un golpe seco y su cabeza hizo un sonido mortal.

El rey que era muy apuesto no soportó la idea de enviudar así que inmediatamente buscó una nueva esposa. Su nueva compañera era inexplicablemente hermosa pero también arrogante y odiosa. El castillo pasó de ser brillante, oloroso y fresco a ser oscuro, sofocante, lúgubre y muy fétido.

Blancanieves se volvió triste y nostálgica de tanto recordar a su madre no paraba de llorar y llorar. Por los pasillos del castillo de podía escuchar su llanto desolado y muy doloroso. Escuchar aquel lamento hacia que a los empleados se les erizara la piel y sin quererlo empezaban a llorar también, recordando algún capítulo triste de sus vidas.

La madrastra de Blancanieves no soportaba tanto llanto, así que llamó a un cazador para que se llevara a la llorona Blancanieves muy lejos, la picara en pequeños pedacitos y la vendiera como cebo para peces a los pescadores del pueblo más cercano.

El cazador se llevó a la muchacha que no paraba de llorar y a cada paso que daban su llanto se hacia más fuerte e iba acompañado de agudos chillidos. Sin soportarlo más el cazador se alejó corriendo y dejó abandonada en un tenebroso y pegajoso pantano. Blancanieves la llorona al verse sola se asustó tanto que empezó a dar gritos histéricos mientras lloraba.

Su rostro se fue transformando y deformando a medida que gimoteaba. Lucía despeinada y con los ojos desorbitados e hinchados, que ya sangraban y le ardían de tanto llanto. Sus gritos llorones eran tan estruendosos que podrían reventarle el oído a cualquiera, era como un millón de grillos gritando en un oido.

Cerca del viscoso pantano, vivían 7 enanos variopintos unos alegres otros amargados, alguno tristón otro un poco tonto y uno trabajador. Mientras se comían su humilde cena escucharon el llanto desgarrador que provenía del lodazal y como ellos era muy valientes, inmediatamente se alistaron y fueron a ver que originaba aquel terrible sonido.

Al llegar encontraron a la mujer más hermosa que jamás habían visto, pero era también la más llorona que nadie podía imaginar. La llorona los vio y su llanto triplicó porque le asustaba ver a esos diminutos hombrecitos, es que ella nunca había visto enanos.

Al más torpe de los enanos solo se le ocurrió una idea tonta y así sin más le dijo: "No llores que te pones fea". Blancanieves no había reparado en aquello, no se le había ocurrido pensar que de tanto llorar se estaba poniendo muy fea, así que sin que nada más pasase, simplemente dejó de llorar. Se calmó y su rostro se volvió a transformar en la hermosa chica que era. Todo volvió a la calma y ahora se podían escuchar los agradables y frescos sonidos de la naturaleza.

En vista de que en el palacio aún vivía la antipática madrastra, Blancanieves decidió quedarse a vivir con el grupo de enanos. Se casó con el más tonto, a ella le gustaba el tristón pero prefirió mantenerse alejada de él por precaución, y así evitar volver a convertirse en llorona.

¿Qué les ha parecido? Saludos mi amigos de Steemit esta es mi participación en el ejercicio N°3 de la tercera etapa de los retos creativos para escritores propuestos por @nakary, en esta oportunidad tenemos que tomar un cuento de hadas y mezclarlo con una leyenda o un mito de nuestra región, además de representar la kinestesia en nuestro relato. Yo mezclé la historia de Blancanieves y los 7 enanitos con la leyenda de la llorona, espero les haya gustado mi representación.

Y espero también que más steemiteros se animen a realizar estos productivos y creativos retos para escritores, de ser así acá les dejo el link con toda la información: