He estado participando en un reto propuesto por @nakary, para desarrollar la creatividad, ya llegó la segunda parte del mismo y ahora me corresponde a mí proponer una estrategia para seguir creando.

Jean-Baptiste Grenouille es un personaje de una novela llamada el Perfume del escritor danés Patrick Süskind, un perfumista que resultó ser luego un asesino. En esta historia todo se relata a través de los olores, ya que él tiene el don de captar el mundo a través del olfato.

El reto que les propongo consiste en tomar un cuento infantil y "recontarlo" como si fuesen Grenouille. Pueden también reformar el cuento si lo desean, porque lo que estamos haciendo es trabajar la creatividad.

Caperucita era una niña que siempre lucía una vestimenta roja, con agradable olor a ropa recién lavada. Su abuelita, una viejecita olorosa a ajos, enfermó, por lo que su madre le pidió que le llevara una torta y unas bebidas aromáticas de tilo y menta.

La niña caminaba tranquilamente por el bosque cuando un apestoso lobo la vio y se acercó a ella, el hedor era insoportable, este tenía mucho tiempo que no sabía lo que era agua y jabón, mucho menos lociones o talcos.

El lobo le pregunta a ella que para dónde va y ella casi se desmaya por la insoportable halitosis que este tenía. Pero Caperucita le contesta que va a llevarle una cesta de alimentos a su abuela; estos emanaban un aroma a torta recién hecha y a hierbas.

Él le dice que también quiere ir a verla y le pide que apuesten a hacer una carrera cada uno por un camino distinto, ella escoge un sendero donde se podía percibir el olor a tierra mojada y olisquea repetidas veces para reconocer la casa de la abuelita porque ella no conocía bien esa ruta. Allí se da cuenta luego de percibir nauseabundos olores que esa vía era mucho más larga y menos transitada.

Por fin el olor a jazmines de la casa de la abuela la orientó y entró, lo primero que hizo fue extrañar que no llegaba a ella el recuerdo olfatorio de la abuela y captó el penetrante hedor que había sentido antes, algo sospechó, pero las sabanas con olor a suavizante la distrajeron por unos momentos y saludó alegremente sin fijarse mucho, aunque el olor era realmente insoportable.

El lobo no esperó más preguntas y de un solo bocado devoró la fragante torta, y se tomó la bebida que ya estaba fría por el largo recorrido, e invitó a la abuelita y a Caperucita a dar un paseo, por el camino corto, para conseguir un Centro Diagnóstico Integral o un ambulatorio para que atendieran a la señora.

Un cazador con tufo a tabaco, que por allí vivía y que había visto entrar al lobo y luego a Caperucita, sospechó porque le pareció percibir un olor a comida quemada, que nunca antes había sentido y fue con su hacha a la casa de la abuelita, pero cuando entró vio que la computadora estaba encendida y decidió revisar a ver si le habían votados sus posts en steemit