Pero  abrió  el  abrigo.

Lo quieres
Cuánto vino de una vez.
Las sombras animadas se acercaron en un momento.
Todos los que eran patriotas y quienes jugaban a los patriotas.
No necesito hierbas

Así que todos susurraron, con una ceja inclinada.
Y creyendo ahora un espejismo.
Me meto en una mochila de vino de oporto y cigarrillos.
En ti mi ideal es la felicidad.
No hay sol y más maravilloso.
Las batallas de ocho horas no me dejaron dormirme.
Hasta que no nos quedemos dormidos, espero que no sea así.
Ella tomará y tomará la copa.
Heridas lavadas, hierba de narval.