La falacia de la atención médica en Cuba y por qué confunde tanto desde el exterior
Para cualquier observador medio, la isla es un paraíso para los enfermos y pacientes en general que requieren atención médica y tratamientos. Nada más falso.
Es el juego de ideas, y de espejismos, al que apostó el socialismo: “no serás rico, pero al menos tendrás tus necesidades básicas, como la salud, cubiertas”. Nunca fue así.
Foto: pixabay.com
Acudir a un centro de salud puede ser un vía crucis para el cubano medio, pues si el transporte, en su gran mayoría público, es una calamidad para las personas sanas, ¿qué podría esperar un enfermo, un accidentado?
Hay ambulancias y todo un sistema de asistencia emergente que funciona solo en teoría y como propaganda, pues jamás acuden a la vivienda de un enfermo grave cuando se les requiere, ni a tiempo a los lugares donde ocurre un siniestro.
Una vez sorteados los inconvenientes, el enfermo o accidentado que llega al hospital, debe lidiar con la indiferencia del personal –médicos, enfermeros, técnicos, burócratas y otros− atormentados por las malas condiciones de trabajo y poca estimulación.
El sistema de empleo del gobierno cubano –el verdadero empleador−, es esclavista y el sector de la salud no escapa a esta aberración.
Luego de una larga cola para ser atendido y una consulta acalorada –porque la climatización no se percibe ni en los hospitales para el pueblo− el paciente debe ingeniárselas para adquirir los medicamentos prescriptos, muchos de ellos en falta.
Foto: Cuba en Miami
Pero el discurso oficialista ha tenido éxito, al menos en parte, en hacer creer que Cuba es una potencia médica. Y lo ha logrado llevando a cabo y divulgando con exageraciones estas dos estrategias bien diseñadas:
1- La atención a la salud es gratis. Pero resulta que en la práctica no resulta tal gratuidad, pues además del costo del transporte para el traslado de un enfermo, al estar sometidos los médicos a condiciones laborales tan deplorables, son los pacientes quienes cargan con sus necesidades primarias, donde se tiene en cuenta la alimentación y otros favores que pueden extenderse hasta el infinito.
2- La exportación masiva del servicio de médicos y personal de la salud a todos los rincones del planeta. Esto da a entender, a primera vista, la existencia de una buena cantidad de profesionales de la salud por habitantes. El problema es que esos médicos, al ser exportados, muchos de ellos dejan a sus pacientes colgados del lado de acá y el vacío de galenos se percibe en todo el país. Por otro lado, no es tan sencillo trasmitir la idea de que esos médicos están siendo usados como esclavos asalariados, enviados a zonas donde los profesionales locales prefieren no prestar sus servicios, donde sus honorarios no sobrepasa el 10 % de lo que el país local paga al gobierno cubano. Y esto lo aceptan los médicos isleños porque en su propio país son sometidos a una miseria indigna y prolongada.
Tales abusos, "trabajo esclavo y sin libertades esenciales" ya han sido denunciados como una actividad criminal del gobierno cubano en foros como la Organización de Estados Americanos.
Foto: Por Esto!
No es menos cierto que esos médicos exportados son usados muchas veces como fuerza de coacción para influir en los comicios de países como Venezuela, donde en franca injerencia del gobierno cubano, la población ha sido y es forzada a tomar decisiones políticas y a asumir filiaciones partidistas a cambio de favores médicos y de salud.
El cubano sabe que el hecho de que la nueva constitución −que de nueva no tiene nada−, considere como “un derecho la prestación de la asistencia médica y hospitalaria gratuita, mediante la red de instalaciones de servicio médico” no significa que a la hora de enfrentar un problema de salud no deba hacerse con dinero.
En Cuba, salvo excepciones, el dinero es una garantía: abre las puertas de los hospitales y los ojos de los médicos.
Sí, aquí también es así. El socialismo es propaganda, imagen, no realidad.
Fuentes consultadas: