Tus pensamientos y tus acciones

Cuando un día te sientas mal por causas ajenas, verifica en tus pensamientos que hizo sentirte así, recuerda que tu eres el amo de tus pensamientos y eres el único que logra tener ese estado mental y lo deja permanecer o lo deja ir, es tu decisión.

Algunas personas cuando entran en disputa o discusiones, crean en su ser un sentimiento que los envenena, dejándolo crecer, y se dejan llevar por la corriente del orgullo, convirtiendo su entorno en algo totalmente hostil, sin darse cuenta que ellos lo crean.

La irracionalidad nos condena, nos lleva a estados que nos bajan el nivel intelectual, quedando expuesta la mala actitud y la conducta. Nada mejor que dejar hablar solo a una persona cuando se encuentre así, hay que dejar que se desahogue y se calme.

Todos en algún momento han pasado por desequilibrios, algunos más que otros, pero en el instante que te des cuenta que algo no anda bien porque empiezas a sentirte mal de salud, debido a que la negatividad que creas modifica tu sistema inmunológico, tus células se ven afectadas y comienzas a deteriorarte, es cuando debes de recurrir a buscar ayuda. Trata de buscar a una persona de confianza y le cuentas lo que te esta pasando, recuerda que no estas solo y puedes buscar una mano amiga.

Algo que puedes hacer también es buscar por ti mismo una respuesta que te haga cambiar de esos malos pensamientos a pensamientos positivos para que equilibres tu vida, puede ser leyendo un buen libro, escuchar un audio libro, distraerse ayuda muchísimo, ya que la mayoría de los malos pensamientos surgen porque no mantenemos la mente ocupada sino que la mantenemos en estado ocioso, también puedes ver videos o documentales, hacer alguna actividad física que te guste, algún hobby, salir a caminar ayudar a despejar la mente.

No hay peor tormenta que la que nos creamos nosotros mismo en nuestra mente. No hay peor enemigo que nosotros mismos.

Si quieres ser feliz empieza a realizar actividades que te gusten, es momento de estar pendiente de ti y no de los demás o de estar haciendo siempre la misma rutina que te agobia. La vida hay que vivirla como queremos, evitando a las personas que te dirán que no la vivas de cierta manera o del miedo al que dirán.

El amor propio debemos de cultivar.