Logrando admirar divino
cuerpo obra del aquel celestial,
solo para mí por minutos contados siendo eternas
dándonos de todo, jugando a nuestro antojo.

Que sea nuestro secreto el morir en esa boquita
sin necesidad de ser algo más, que sea nuestro secreto
y solo las sabanas sean testigos de los nuestro,
las sabanas y oouh las perlas que
fueron nuestra compañía aquella noche.

Si acaso un día decides irte bórrame
la memoria antes de marcharte,
llévate los momentos que me quitaban el aliento,
para no extrañarte, para no desearte, para no buscarte, no soñarte.

Los textos, el relato y las imágenes donde no se especifique lo contrario, son de mi propiedad.

DILE NO AL PLAGIO DE CONTENIDO.