¿Son distintos? ¿Por qué? | Contenido Original
A mil kilómetros de la India Continental, en el Golfo de Bengala, Océano Pacífico, queda la isla Sentinel; geográficamente forman parte del archipiélago Andamán y Nicobar. Allí habita un grupo humano no mayor de 150 personas, los que probablemente sean uno de los pueblos más primitivos de la tierra.
Desde que partieron de África hace 60.000 años, el misterio ha sido el gran compañero de los habitantes de la Isla. No han superado la etapa de cazadores-recolectores, ningún grupo humano ha tomado contacto con ellos. Han protegido su integridad a fuerza de flechas. Todo lo que se sabe de ellos es lo que informan las otras tribus de las islas cercanas, los que sí se han integrado a la civilización.
La pequeña tribu alcanzó notoriedad en noviembre de 2018. En ese entonces el joven estadounidense, John Allen Chau, de 26 años, procedente de Alabama, Estados Unidos, falleció como consecuencia de las heridas producidas por las flechas de los nativos.
Chau había arribado a la isla en forma clandestina, violando las prohibiciones establecidas por el gobierno hindú. Toda el área de Sentinel ha sido declarada como zona restringida. La idea es proteger a los habitantes de un posible contagio con elementos patógenos procedentes del exterior.
Sin embargo, Chau, impulsado por sus ansias de aventuras, se las ingenió para sobornar a unos pescadores que lo llevaron hasta las cercanías de la isla. Lo dejaron a una distancia prudencial, la parte final del trayecto la hizo en una pequeña canoa.
En sus últimas comunicaciones, emitidas desde su celular, el joven estadounidense dejó claro que iba en misión de paz, con la intención de dar a conocer a los nativos la palabra de Dios.
Los pescadores informaron que en un primer momento el joven recibió un disparo de advertencia, la flecha perforó la biblia. Sin embargo, insistió en procurar el acercamiento. En ese momento recibió las heridas mortales. Los pescadores desde la distancia pudieron ver cuando los nativos enterraban el cuerpo en la playa.
Luego de nueve meses el caso sigue siendo motivo de discusión. Hay una disputa entre los familiares que quieren recobrar el cuerpo y las autoridades hindúes. El gobierno hindú se niega a enviar alguna misión de rescate; esto pudiera traer consecuencias desastrosas para los indígenas.
El caso del joven Chau nos pone en la reflexión sobre el tema de los derechos. ¿Cuáles son los límites que debemos respetar?
No hay porque dudar de la buena fe y de las sanas intenciones de Chau, seguramente estaba convencido que hacía lo mejor por los indígenas; total, nuestra cultura tiene la convicción de que la civilización es un bien de la humanidad.
Pero, aún sí su motivación estuviese inspirada por altos valores altruistas, cabe la pregunta: ¿tenía derecho de intervenir en una cultura desconocida, de llevar un conocimiento ajeno a los indígenas?
En nuestra cultura hemos desarrollado una mirada que tiende a aplanar la realidad. Vemos el mundo de acuerdo a nuestra imagen y semejanza, tendemos a homogeneizar. Poco a poco hemos ido perdiendo la capacidad de apreciar los valores y matices de los que son distintos; cuesta ponerse en el lugar del “otro”.
Sobre este tema el filosofo coreano Han Byung Chul, ha señalado que paralelo con el desarrollo de las comunicaciones, se ha ido dificultando la posibilidad de reconocer la “otredad”, lo distinto. El internet ha contribuido a afianzar un imaginario donde se tiene la impresión de que todos participamos más o menos de los mismos valores. En el mundo virtual todos somos más o menos lo mismo.
Lo planteado por Han resulta paradójico; debería ser al revés, pareciera lógico que mientras más conociéramos de los “otros” más deberíamos respetar sus diferencias. Pero lamentablemente no es así.
Mientras tengamos la creencia de que en el fondo no hay grandes diferencias entre los grupos humanos seguiremos tentados a tratar de hacer lo que intento el joven norteamericano: sacar a los otros de su mundo y traerlo para el nuestro.
El problema es muy complejo; cualquiera pudiera decir que si no se asiste a los indígenas de Sentinel seguramente van a perecer. Puede que sea así. Sin embargo, hay que tomar en consideración que llevan allí 60.000 años. ¿No será lo mejor dejarlos tranquilos?
La pequeña tribu de Sentinel ha tenido la suerte de estar en un sitio muy aislado. Otros grupos de indígenas han tenido menos fortuna, han sido profundamente intervenidos; algunos han sido integrados de tal forma que han perdido cualquier posibilidad de encontrarse con su identidad originaria.
Consciente de lo difícil que es la convivencia entre culturas distintas, las Naciones Unidas (ONU), ha declarado el día 9 de agosto de cada año como el día de los Pueblos Indígenas. La intención del organismo internacional es que se valore la existencia de unas 370 millones de personas consideradas indígenas.
Convivir con quien es distinto es todo un reto para nuestra cultura moderna. Para la mayoría de la gente difícil es imaginar que esos seres, quienes no hablan nuestro idioma, no creen en nuestros Dioses, ni participan de nuestros valores, puedan tener algún valor.
Pero hay que atreverse abandonar la prepotencia, a integrar un poco de humildad en nuestra mirada.
La presencia del indígena es una oportunidad para encontrarnos con el que realmente es distinto, con el que no está pidiendo que lo integremos, ni tampoco está pidiendo que seamos como él.
Hisparadio | Podcast | Blog | ||
---|---|---|---|---|
Muy interesante articulo, me gusto mucho. Una analogia me ocurrió cuando interactué con algunos steenianos. Claro nadie me disparo flechas, pero como soy un analfabeta tecnológico me costo mucho (y me cuesta todavía) interactuar en este mundo digital. Irónicamente me integre mejor con los Francófonos que con los latinos en mis comienzos.
En otro orden de ideas, el evangelista posiblemente le falto conocimientos antropológicos básicos para poder tener un contacto más seguro con la tribu. Y en mi caso seguramente me falto conocimientos de comunidad digital para interactuar mejor en esta comunidad.
Una vez más el gato lo mató la curiosidad.
Tienes razón, si llevan viviendo lote de años ahí felices, estables y todavía, ¿para qué insistir en sacarlos de su mundo? Además de que es una actuación de necios lo que ha hecho el tipejo si se le dijo que era peligroso.
Y esperemos que no sean tocados de su zona, y que no llegue ninguna enfermedad como ha pasado en otros lares.
Muy buen artículo a partir de lo leído en BBC, pensaba escribir algo sobre eso, pero ¿para qué, después de esto? Felicidades @irvinc..!
Hi @cervantes!
Your post was upvoted by @steem-ua, new Steem dApp, using UserAuthority for algorithmic post curation!
Your UA account score is currently 8.393 which ranks you at #16 across all Steem accounts.
Your rank has not changed in the last three days.
In our last Algorithmic Curation Round, consisting of 111 contributions, your post is ranked at #41.
Evaluation of your UA score:
Feel free to join our @steem-ua Discord server
Hermoso! el detalle la forma! la reflexión! Felicitaciones!