RECUÉRDAME

Recuérdame, como lo que nunca fui,
pero pude haber sido,
aún así,
soy.
Recuérdame, como todas las puertas cerradas
y que sus llaves se encuentran
en el deseo genuino de abrirlas.
Recuérdame en cada mañana
cuando nace el sol que es el mismo
que yo veo.
Recuérdame en las tonterías típicas de ti
que aún sin saberlas, las conozco.
Recuérdame en medio del cielo y la tierra
y entre ese espacio
yo te pintaré un horizonte.
Recuérdame entre las sábanas
que no comparto contigo
pero que te arropan y acarician.
Recuérdame en lo abstracto, intangible, sublime
insólito y hasta despiadado,
ese tipo de recuerdo
que no sabes donde guardar o esconder.
Recuérdame en tus páginas en blanco
si hay algo que quieras decir
llénalas de pétalos y letras.
Recuérdame en el aroma nunca olido
en la discusión nunca terminada
en la única flor
que nunca debes arrancar.
Recuérdame en paz y no en guerra
Recuérdame en una tibia tarde
o en medio de un fuego ávido de penetrar
en una montaña prohibida.
Recuérdame simple
recuérdame amada
recuérdame viva.
Recuérdame sin miedos ni dolor
Recuérdame como todo aquello
que ya ha sido dibujado pero jamás visto.
Recuérdame en las olas de un mar
desconocido
donde tu nombre y mi nombre
sean las huellas de un amor?
o un querer
en la arena esparcido...

Carolina Idrogo

Imagen: Personal del autor