Como docente he visto pasar jaurías de lobos (profesores inductores y maestros formadores que se pierden en el sistema corrupto de politicas desacertadas) devorando a los niños y jóvenes que, entre comillas, serán el futuro, pero que en realidad aprenderán a ser tan corruptos o peores que sus mentores, siendo presa fácil del sistema. Por supuesto que no hay que meter en el saco a todos porque hay profesionales de la educación valiosos, con principios y valores arraigados en la profundidad de sus huesos. Y es que es allí donde realmente están los aciertos y desaciertos de la educación: en los valores y principios de quienes los ejercen. No permitamos que perdamos el rumbo; tampoco el de nuestros estudiantes.

Excelente artículo, @kryptonita. Un abrazo.