La Hipocresía un arma letal sobre la vida del ser humano. La Hipocresía te condenara para siempre. Se libre de una vida de Hipocresía.

La Hipocresía, es un arma que puede portar el mismo individuo y apuntarlo a su cabeza consciente o inconscientemente, es un arma letal que destruye la vida, de la persona que la porta, y de los que le rodean.

La Hipocresía destruye, hiere y mata. Huye de un entorno lleno de hipocresía.

La palabra de Dios nos enseña:

"En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse. Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas." Lucas 12:1-3

La hipocresía hace creer a la persona que la porta que es justo, en su propia opinión, olvidando y tomando en poco que Dios pesa los corazones y que El si juzga con justicia, que nada escapa de su mano y que para Dios todas, absolutamente todas las cosas están abiertas y desnudas delante de aquel a quien tenemos que dar cuenta.

Las apariencias son para el mundo, pero Dios conoce el corazón. A El nadie lo puede engañar, y es delante de El que daremos cuenta algún día.

Entonces pensemos que la hipocresía es un arma letal para el cristiano, pues esta te aleja de la forma de lealtad que nuestro Dios demanda.

La hipocresía es mentira, es engaño, es vivir en falsedad. Huye de este estilo de vida. La Hipocresía, te roba la paz, te roba el amor, te roba la esperanza, te roba tu identidad, te roba tu integridad. Huye de este estilo de vida, renuncia a ella, habla verdad, anda en la verdad, que la verdad sea tu estandarte, no dejes que la hipocresía se robe los mejores años de tu vida.

Por eso desechemos toda hipocresía, toda mentira, todo engaño, vivamos justa y piadosamente para nuestro Dios.

"Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda." Apocalipsis 21:8