Hay días en el que ponerme de pie resulta difícil. Tenía un día de esos, tenía mucho sueño, no deseaba pararme de mi cómoda cama. Sabía que ya era suficiente, la alarma había sonado hace mucho.

Tenía que ponerme activa y comenzar mi día. La semana pasada debido a las fallas de Internet no pude transcribir bien ni dar clases, lo que significa que esta semana podría no recibir ingresos. Digo “podría”, porque no me gusta hacer declaraciones negativas. Aunque no haya trabajado, no me cierro a la idea de recibir algo de alguna forma inesperada. Después de todo Dios es nuestro proveedor de todo lo bueno y no un trabajo específico. Solo él sabe cuáles de sus múltiples fuentes empleará para bendecirme. Pero, "Ayúdate y yo te ayudaré" ¿cierto? algo dentro de mí me decía: “Levante, hay que ser productiva” Eso hice.

Mi cuñado iba llegando de la calle, con los resultados de unos exámenes que le hicieron a mi sobrinita, la princesa más pequeña de la casa. No comprendíamos los resultados así que se consultó con varias personas y todo indicaba hepatitis pero debíamos esperar la confirmación del doctor.

Hice desayuno y comencé a trabajar. Con breves pausas para ir a ver si había llegado mi cuñado que estaba llevando a la Corazona (Vivi mi sobrina) al doctor y para responder mensajes de una prima, una tía y mi mamá que estaban todos pendientes de la situación.

Cuando estuvo el almuerzo me tomé otra pausa, y comí una rica sopa que preparó mi cuñada @ydelitza

Después de almorzar rapidito seguí trabajando el mismo audio. Cuando vi que eran las 6:00 PM cambié unos Hives y en una bodega que queda al lado de mi casa le compré una chupeta a Vivi. Se la di rapidito a la hermana para que se la entregara y seguí trabajando.

Cuando llegó el momento de enviar mi trabajo, tuve un momento de stress, ya que apareció Lalo el dinosaurio. Por un momento me dieron ganas de llorar. ¡Todo el día trabajando en este audio! Le di actualizar a la pestaña varias veces y Lalo no se iba.

Respire profundo, deseando que mi trabajo no se hubiese perdido. Siempre copio y pego en Word pero muchas veces uno se concentra tanto en lo que hace que avanza bastante sin darse cuenta y sin copiar en Word.

Esperé que llegara el Internet un poco angustiada porque tengo un plazo para entregar los trabajos. De no cumplir en el tiempo estimado, no solo pierdo el dinero de ese trabajo específico sino que recibo una especie de penalización.

La empresa tiene varias sanciones que van desde tener un tiempo de espera para tomar otro trabajo o simplemente quedar fuera del equipo. Este año ha habido un notorio incremento de personas que trabajan en Internet desde sus casas debido a la pandemia. Con tantas personas dispuestas a realizar el trabajo, las exigencias son mayores.

Llegó internet y aparentemente allí estaba mi trabajo, pero comencé a editarlo por si acaso. Cada vez que veía un error que había corregido antes de que se fuera internet me lamentaba pues me iba dando cuenta que gran parte del trabajo de edición no se había guardado. Mi hijo que jugaba cerca me decía, "Tranquila mamá, todo está bien, te va salir bien" y yo le respondía "Es verdad, hijo gracias". Al terminar hice la cena para mi hijo, mi papá y para mí.

Mientras cenaba con mi hijo, vimos un capítulo de Mr. Bean. Hubo una parte tan graciosa para mi hijo que se quedó privado de la risa. Yo asustada le dije: “calma” mientras le daba palmadas en la espalda, y el rojo con la boca abierta, hasta que soltó la carcajada. Luego se puso a reír un buen rato, agarrándose la panza.

A mí hijo le gusta mucho Mr. Bean, le hace gracia que tenga un Teddy. Cuando mi hijo estaba pequeño también tenía un osito que llevaba a todas partes ¡como Mr. Bean! Fue divertido ver esta serie con él.

Después de comer parte mí quería seguir trabajando, ser productiva, buscar otro audio, o escribir para Steemit. Pero la otra parte de mi estaba exhausta por haber tenido que hacer el mismo trabajo dos veces y por el stress que tuve mientras no tenía Internet.

Solo quería relajarme, entonces en vez de seguir trabajando fui al cuarto de mi cuñada para hacerle una grabación y a mi sobrino también. Fue un momento agradable.

Al terminar me regresé a mi cuarto con mi hijo. Él ya había terminado todas sus tareas y ordenado el cuarto. Entonces dejé que jugara un poco en la computadora, me estuvo enseñando cómo jugar y luego me fui a la cama a descansar y ver televisión hasta que el sueño apareciera.