Ya terminando la semana y el mes, hoy jueves 29 de abril. Mañana ya es 30 y como abril cuenta sólo 30 días, mañana le diremos adiós. Y ya entraremos al mes 5, el maravilloso mayo en el cual cumplo años. Aclarando, pues, yo no cumplo abriles, cumplo mayos.

Y bueno, Diario, a contarte un día más. El huerto está hermoso. Lo favorecen estos día parcialmente nublados y con buenas lluvias, aunque hoy el día se rió de mí, regué y en cuanto terminé el riego, comenzó a llover. En fin, la lluvia satisface más a las plantas con su baño completo de hojas y tallos, no sólo la tierra. Además, es agua sin cloro.

Es increíble como al pie de las madres van surgiendo y estirándose los hijuelos (semillas en el argot campesino). Así con esos tamañitos, incluso más pequeños, llegaron al huerto las primeras plantas de plátanos y un par de cambures, hace ya tres años. Algunas por falta de agua se secaron. Solo una produjo un bello racimo, las otras están grandes. Yo espero. Pero todos esos hijitos me hacen feliz al pensar en la promesa de nuevas cosechas.

Para descansar, un buen café y respirar bajo el toldo el aire puro que circula en las zonas verdes. Es una manera de revitalizarse también anímicamente.

En la tarde tengo que dedicarme a convencer a internet a trabajar bien, pues además de publicar este post, debo conseguir una cita para sacarme el pasaporte. Aunque es supuestamente más rápido, conseguir que las páginas estén activas requiere paciencia y más paciencia.