Su nombre se lo tragó los millones de giros que ha realizado el planeta sobre su mismo eje, pero quizás pudo haberse llamado Grurgrgr. No es un mal nombre para ese imitador de graznidos de cuervos, hábito recurrente desde aquel día nefasto, cuando encontró a su madre rodeado de esos pajarracos, mientras los lobos devoraban su frágil e inerte cuerpo.

Grurgrgr era retraído, solitario, tenía la extraña sensación de querer atrapar todo lo que veía más allá de los sentidos. Quizás por eso, fue el custodio del fuego eterno que protegía a todos los de su grupo.

El frío era intenso, internarse muy dentro de la cueva de los osos, era el lugar más seguro para mantenerse con vida. La caza había sido abundante, el cuerpo de dos mamut jóvenes perfumaban la caverna desde la enorme hoguera de la entrada.
Grurgrgr solía aislarse de su grupo, la tenue luz de las mañanas lo llenaban de dudas, ¿por qué siempre al llegar la enorme oscuridad, se colmaban de luces pequeñas ese enorme espacio lejano sobre su cabeza y luego volvía a surgir la luz?, ¿por qué al cerrar sus ojos, se veía a sí mismo con su madre y le sucedían cosas que solo ocurrían dentro de él? ¿Por qué al recordarse niño, le salían gotas de agua por sus ojos? ¿Por qué se sentía tan distinto a los hombres con los que solía a cazar?

Grurgrgr, fue el primero de todos los que quisieron ser eternos, nunca pensó que sería el primer gran artista del mundo. Había recolectado pigmentos ocre rojizo, que le recordaba el color del agua que surgía de la muerte y quería probar una idea que tenía en su mente desde el silencio. Sacó su piedra de cortar pieles y con fría decisión, se quitó el dedo más pequeño de la mano, extraño rito chamánico practicado solamente por los bañados en Dioses . Lloraba, no lo sabía, pero lloraba de dolor y soledad… tomó un hueso perforado que había conservado del cuerpo de su madre, lo llenó de polvillo ocre, colocó su mano ensangrentada en la pared de la cueva y sopló fuertemente, dejando su huella para siempre… fue el primero que transformó la realidad, en una figura simbólica. Es la primera manifestación de arte que se conoce en toda la tierra.

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Ahora sabemos que Grurgrgr fue un hombre Neandertal que vivió en los gélidos parajes de la península Ibérica durante la glaciación Wurm, su magnífica obra no es humana, aún faltaban 20 mil años más, para que el hombre moderno apareciera por lo que hoy se conoce como Europa.

Esa mano, es una mano de 60 mil años aproximadamente.
Esa mano, transformaría el mundo en belleza,
esa mano, terminará tocando los instrumentos musicales más sofisticados,
esa mano, es la mano de Picasso, Cervantes , de Mozart, de Shakespeare, de Isadura Duncan, de Chaplin, de Miguel Ángel, de Dylan, de Frida Kalho, de Virginia Woolf...

Grurgrgr y todos los suyo, todos los Neandertales desaparecieron de la faz de la tierra. Algunos paleogenetistas sugieren que la hibridación ocurrió, que el Homo Sapiens terminó fundiéndose con esos peculiares humanoides y la sensibilidad de ese pueblo sigue en los lugares más ocultos de nuestro mapa genético moderno.

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Aún se desconocen las causas de la extinción de los Neandertales. La Pintura rupestre que dejaron en sus cuevas, nos sugiere que fueron una comunidad avanzada, que eran capaces de mantener y preservase en lenguaje simbólico, eso indicaría que también habían desarrollado un tipo de fonética para comunicarse . Sus tumbas muestran el cuidado y respeto a sus antepasados. Su delicada joyería de conchas marinas y huesos, nos dice claramente que conocían y sentían el misterioso concepto de la belleza y lo practicaban.

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El anónimo Grurgrgr, de un pueblo extinto, fue el primer artista que se plasmó eterno, sin saberlo.

Rubén Darío Gil

Fuentes literarias

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