DIARIOS DE VUELO -- El comienzo

  NOTA PREVIA DEL QUE ESCRIBE:
Este blog es más un depósito de recuerdos, experiencias y emociones en forma de textos  y fotos, que otra cosa....  supongo que lo leeréis  aquellos amigos a quienes mande el enlace, con quienes quiero compartir mis recuerdos  y que no necesariamente sois forofos del vuelo. Si alguien, diferente de vosotros, personas a las que aprecio, por casualidad da con él ....que no busque grandes historias, ni hazañas deportivas en algo que para mi....no es un deporte, sino una forma más  de experimentar mi existencia, como también puede ser  la montaña en cualquiera de sus variantes.....vivencias, sensaciones y emociones....

Muchas de las fotos son escaneos de viejas fotografías de papel, la mayoría hechas con aparatos desechables o cámaras compactas sencillas..... hasta que se me hicieron asequibles las cámaras digitales...así que tampoco esperéis grandes obras de arte...vedlas como lo que son, recuerdos...solo recuerdos en mi retina y en mi memoria.


"...y mirando al cielo soñaba que acariciaba las nubes y volaba como los pájaros"........ (en algun momento de mi infancia).    Siempre he querido volar, y aunque realmente no lo he hecho hasta hace poco, siempre me imaginaba volando, cuando montaba en los columpios, en las atracciones de las barracas.... Bajando el puerto de Orduña miraba al fondo del valle y me deleitaba pensando que no iba en la parte trasera del coche de mi padre sino en una suerte de aparato volador que yo pilotaba.Libros e historias de pilotos y de aviación desde muy pequeño avivaron mi imaginación y encendieron en mi una pasión que no puedo explicar (las pasiones no se explican, se sienten, se sufren) por los aviones, por el aire...

Más tarde las maquetas empezaron a dar cuerpo real aunque a escala, a mis inquietudes aeronaúticas, Messersmiths, Stukas, Spitfires,Mosquitos etc... pasaban de ser meros trozos de plástico despiezado a ser preciosas máquinas que contemplaba desde todos los angulos posibles durante horas, y por la noche antes de dormirme imaginaba que montaba en ellas y volaba.....

Unas Navidades, cuando tenía 14 años, pasé de las maquetas estáticas a las que vuelan, aunque sea dando vueltas alrededor de uno y obsequiandole un maravilloso mareo que hacía que cuando el avión por fin se paraba tuviera la sensación de haber sido yo mismo quien estuviera dentro. Que recuerdos me trae mi Yeyito de Vuelo Circular, el olor de la mezcla: el ether, el petroleo, el aceite de ricino, el dedo de goma que se ponía mi Padre para arrancarlo dandole vueltas y más vueltas a la hélice del pequeño motor Zom de compresión variable, el ruido ensordecedor que era música para mis oidos, y el viento que hacía aletear las perneras de los pantalones igual que les pasaba a los mecánicos en las películas de aviones cuando , intrépidos , jugándose el tipo tan cerca de las temíbles palas de las hélices, quitaban los calzos a los aeroplanos para que hicieran lo que era lo suyo: VOLAR!!!

Hoy dia sigo pasándomelo bien con mi velero de radio-control, contemplando como se desliza elegante y silencioso por el cielo sin más motor que la suave brisa, ya no me imagino que voy dentro de él, porque tengo un     aparato en el que puedo volar yo mismo, pero la magia de verlo en el aire continúa cautivándome igual o con más fuerza que cuando era un niño, tal vez porque nunca haya dejado de serlo.

Voy a contar aquí mis experiencias de vuelo por el simple placer de recordarlas yo mismo, porque un hombre no es tal sin sus recuerdos, y antes de que el tiempo los cubra con un velo de nostalgia, es el momento de plasmarlos en algo tangible como son las palabras, catalizadoras de la memoria y la realidad. Jugar con los recuerdos y expresarlos, es refrescarlos, tenerlos al dia , es vivir dos, tres... cuantas veces queramos , aquello que en su momento nos dejó una huella y que vivimos con pasión, esa argamasa de sentimientos que conforma nuestras vidas y le da razón de ser.

Me arrepiento un poco de no haber hecho lo mismo durante el tiempo que fui alpinista, que es un modo de volar, con los pies en el suelo unas veces, colgado de una cuerda otras. Tantas cumbres, tantas sensaciones de bienestar, de peligro, de euforia, de frustración, de orgullo, de ser parte de la naturaleza, del universo, en esas noches de invierno, gélidas, cuando respondiendo a no se que atávico impulso, salía del amor de la lumbre del refugio o del saco de dormir en la tienda de campaña, a la nevada exterioridad del mundo, y sin más luz que la de las estrellas no podía evitar una humilde sonrisa al pensar en nuestra pequeñez, nuestra insignificancia en ese tinglado que llamamos Universo. Pero eso son otras historias…..