Relato: Amor en silencio / @templo ArtUniverse...tu concurso de artes escritas (entrada no valida)

Estaba completamente seguro que la volvería a ver una vez más, pero el destino se encargo de arrebatar su presencia de mi vida. Si hubiese sabido que ese momento era el último para los dos, hubiese tomado una pausa en mis estudios para partir a su lado, estar con ella hasta ese último momento en que su alma dejo este mundo terrenal, fui muy tonto, me deje cegar de cierto modo por la avaricia, quería lo más pronto `posible convertirme en un medico profesional y reconocible. Estaba enamorado de ella, pero también estaba lleno de una avara convicción que me cegó de lo que realmente necesitaba en esos momentos, a ella; me necesitaba y aun cuando lo sabía, le tome la palabra sin dudarlo y volver a pensar una y otra vez, y me aleje de ella en cuerpo y mente.

Ella era una joven muy hermosa de tez blanca con cabello rojizo, una de las cosas que más me gustaba era su forma de tratar a los pacientes cuando nos tocaba los turnos de guardia juntos, yo me quedaba deleitándola sin descuidar mis responsabilidades también con los demás pacientes en emergencia. Ella era de más edad que yo, y tenía mucho más tiempo siendo residente del hospital; no era la chica más inteligente, lo que hacía que diera pasos ralentizados en cuanto a su promoción como futura doctora, todo lo contrario a mí, me era más sencillo por todos los estudios y conocimientos de mi familia ya que todos eran doctores reconocidos; pero esa calidez de ella arrebata cual importancia del ingenio.

No me detuve a pensar una razón por la cual su sonrisa y rostro sonriente fue disipándose hasta estar totalmente ausente. Cada vez que su cuerpo se desvanecía ella solo decía que era el cansancio y de mi ocultaba la realidad para no preocuparme, pero una vez más fui tonto, debí ir más allá de pensar que el agite de emergencias a cada hora y cualquier hora era solo un desencadenante más del deterioro de su salud. Pude percibir ya cuando era muy tarde que la mujer cuya sonrisa robaba mi atención estaba viviendo sus últimos días.

Ella solo subió a ese avión con la excusa de que iría a visitar a sus padres y que pronto volvería, pero lo más seguro fue una estadía de agonía y sufrimiento en soledad. Una vez que partió lo único que tuve de ella fue su voz de las llamadas diarias que me hacía para saber de mí y contarme miles de mentiras de su buen viaje. Fue entonces un día tras otro en que sus llamadas también desaparecieron, hasta ese fatídico momento en que supe que aquella bella dama me amaba en silencio pero que ya era muy tarde para valorarla.

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