Si algún espacio llegara realmente a contenerme, creo que admitiría la muerte de inmediato. No puedo estar quieta, no puedo dejar de mirar(te). Si sonrío es porque alguien más me susurró hacerlo, con la casa que lleva consigo a todas partes, la casa con la que todos cargamos.

El tema de la casa y la cotidianidad siempre ha sido relevante en mi trabajo artístico. Ahora, al encontrarme compartiendo mi casa con muchas más personas, el concepto de cotidianidad y de hogar ha cambiado mucho para mí, ya no es lo mismo, ya no duele de la misma forma. La vida se ha hecho más profunda, más solitaria también, e intento vivir cada una de mis experiencias de la manera más intensa posible para al final poder transformarlo en lo único que me da paz: la poesía.

Diálogos cotidianos es ese acercamiento a lo ajeno, a nuestra casa en construcción, a esos espacios que se ven diariamente con desdén, al miedo de decir yo soy, pertenezco, existo en todas partes. La nostalgia existe. Y de allí nacen los nuevos tres poemas de Voltaria, de la obsesión de sentir, no importa cómo.

Este es el espacio que he creado para compartir mi poesía en el blog bajo el seudónimo de Voltaria, un nombre que cargo en otras redes sociales desde hace un tiempo ya (en este afán adolescente del alterego), y me pareció interesante usarlo como seudónimo literario para decir muchas de las cosas que no me atrevo a compartir.

Quiero agradecer a @mijares, por hacerme la acotación de que la última fotografía a color, decía "presente, el ahora". Y abrirme lo ojos una vez más de que compartir arte es lo mejor que podemos hacer (esto ya más como una pequeña victoria personal), sí, esa también es la razón por la que no está en blanco y negro, porque el ahora es feliz y nuevo, en el pequeño tránsito de todas las emociones cotidianas.

* Epígrafe tomado del poema Puerta de Luis Alberto Crespo.
* Epígrafe tomado del poema La fundación mitológica de Buenos Aires de Jorge Luis Borges.