Indudablemente, debía ser algo que pocas veces incluyese en mis paisajes, bien haya sido por temor a arruinar una obra, o por pensar que quizás no era lo suficientemente buena como para intentar igualar la majestuosidad de detalles que se pueden encontrar en una imagen tan dinámica y adversa como el mar.

De esta manera, me armé de mi mejor disposición y retomé mi búsqueda por videos en YouTube que me ayudasen a comprender los principios básicos de las técnicas para pintar el mar. En vista de que siempre he sido autodidacta, este proceso tomó algún tiempo, y, cuando finalmente me sentí preparada para plasmar lo que había aprendido, busqué una imagen de referencia en Internet, y comencé a practicar.

Imagen de referencia. Fuente

La paleta de colores

Una vez escogida la imagen de referencia, procedí a extraer los colores que usaría, utilizando, básicamente, 6 colores que luego mezclaría para lograr los tonos deseados. Luego, tomé mi block de acuarelas y dividí el espacio en dos, siendo la mitad inferior la que utilizaría para pintar.

Para delimitar los espacios, utilicé cinta "Celoven", un truco que aprendí hace poco tiempo, gracias a Robin Sealark. Del mismo modo, coloqué otra división en la parte superior de mi espacio, para así crear la ilusión de un horizonte completamente recto, y de este modo, lograr también un espacio adecuado para el cielo que pintaría posteriormente.

El cuerpo de las olas

Para crear las olas, mantuve todo el tiempo mi imagen de referencia frente a mí, para así percatarme de dónde debía colocar las sombras y los colores básicos, que luego complementaría a través de detalles y luces.

Mi firma personal

Algo que particularmente me gusta, es que las pinceladas sobresalgan, creando textura en el cuerpo del resultado final.
Es así como evito el difuminado excesivo que, en ocasiones, opta más por el hiperrealismo que por mi predilección al nuevo impresionismo.

Al momento de terminar la pintura, mi paleta de colores lucía increíblemente fotogénica, y fue casi imposible no dejarme seducir por la forma que habían adaptado los restos de pinturas en cada uno de sus compartimientos.

Resultado final

Obra finalizada. Acrílicos sobre papel para acuarela (16,5cmx12cm)

En conclusión, sí, la creatividad requiere coraje, esfuerzo y muchísima práctica. Seguiré haciendo estudios del mar hasta que paulatinamente mejore mi propia técnica, y estaré compartiendo ese progreso con todos ustedes ♥

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