El arte es alquímico | ¿Cómo llegué al arte?

El arte es un completo e inexplicable acto alquímico, yo, por ejemplo, nací en una familia donde debía ser músico (o beisbolista en su defecto, pero...) y lo intenté, lo intenté tantas veces que lloré. Inicié con la flauta, pasé al violín, continué con el contrabajo y seguí al cello, en ninguno lo logré, a excepción del cello, de él me enamoré como si de un humano más se tratara, fué una pasión incalculable, casi desmesurable, pero si bien dicen que para la pintura no se necesita talento (lo cual, de hecho, es un tema bastante polémico como para tocarlo en este momento) para la música sí que es necesario, simplemente aunque siguiera intentando no lo lograba, fueron muchos años para entenderlo.

Crecí siendo la sombra de un contrabajista/pianista, escuchando "mira, llegó la hermanita de Nimero" lo cual fué algo muy triste, sabía yo, para ese momento, que el arte era mi vida, y la gente insistía con que la música era lo mío, así que seguía intentándolo, todo fuera por el arte. Estaba tan enfocada en cada vibración del cello, en tapar bien los orificios de la flauta, en presionar correctamente las teclas del piano o en sostener adecuadamente el arco de un contrabajo, que no notaba las noches en vela, escribiendo, o los largos recreos sentada, sola, dibujando.

Cuando lo noté, fui la persona más desdichada, sí, porque tal como una hermana menor, solo quería parecerme a mi hermano, enorgullecerle, que supiera que podía ser tan buena como él y como mis primos (quienes también eran músicos), así que lo intenté un tiempo más, lo intenté tanto que me frustré, y lo dejé, con la música se fué una pequeña parte de mí, esa que siempre habré querido cultivar.

La vida por supuesto siguió, y con ella mi decisión de crear arte, así que dibujé más seguido y escribía sin parar, a veces solo escribía letras "al azar y sin sentido" (o al menos así lo veían otros, yo sí les tenía un significado a cada una), con ello nació en mí una fuerte pasión, quizás obsesión, un deseo mortal, a través de esa transición descubrí que algo "no es lo nuestro" porque alguien lo diga, o porque así esté ordenado en nuestro al rededor, algo es "lo nuestro" porque es lo que amamos, lo que corre por nuestras venas, lo que sentimos y anhelamos.