Psicoanálisis de Dos Viejos Comiendo Sopa

in #art6 years ago (edited)

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Título: Dos viejos comiendo sopa
Autor: Francisco de Goya, 1819-1823
Técnica: Óleo sobre muro trasladado a lienzo
Estilo: Romanticismo
Dimensión: 49,3 cm × 83,4 cm
Procedencia: Museo del Prado, Madrid, España

Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, Zaragoza, 30 de marzo de 1746, Burdeos, Francia, 15 de abril de 1828) fue un pintor y grabador español. Su obra abarca la pintura de caballete y mural, el grabado y el dibujo. En todas estas facetas desarrolló un estilo que inaugura el Romanticismo. El arte goyesco supone, asimismo, el comienzo de la Pintura contemporánea, y se considera precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX.

Goya adquiere esta finca situada en la orilla derecha del río Manzanares, cerca del puente de Segovia y camino hacia la pradera de San Isidro, en febrero de 1819; quizá para vivir allí con Leocadia Weiss a salvo de rumores, pues esta estaba casada con Isidoro Weiss. Era la mujer con la que convivía y quizá tuvo de ella una hija pequeña, Rosarito Weiss. En noviembre de ese año Goya sufre una grave enfermedad de la que Goya atendido por el doctor Arrieta (1820) es estremecedor testimonio. Lo cierto es que las Pinturas negras fueron pintadas sobre imágenes campestres de pequeñas figuras, cuyos paisajes aprovechó en alguna ocasión, como en el Duelo a garrotazos. Si estas pinturas de tono alegre fueron también obra del aragonés, podría pensarse que la crisis de la enfermedad unida quizá a los turbulentos sucesos del Trienio Liberal, llevara a Goya a repintar estas imágenes. Bozal se inclina a pensar que efectivamente los cuadros preexistentes eran de Goya, debido a que solo así se entiende que reutilizara alguno de sus materiales; sin embargo, Glendinning asume que las pinturas “ya adornaban las paredes de la Quinta del Sordo cuando la compró”. En todo caso, las pinturas pudieron haberse comenzado en 1820. La fecha de finalización de la obra no puede ir más allá de 1823, año en que Goya marcha a Burdeos y cede la finca a su nieto Mariano, probablemente temiendo represalias contra su persona tras la caída de Riego. En 1830 Mariano de Goya transfiere la finca a su padre, Javier de Goya.

Dos viejos comiendo sopa es una de las Pinturas negras que formaron parte de la decoración de los muros de la casa. Esta obra ocupaba probablemente (por el formato que tiene) el espacio de la sobrepuerta de la planta baja de la casa.

En el cuadro aparecen dos personajes muy pictóricos. El de la izquierda, con pañuelo blanco, dibuja una mueca burlona con su boca; el otro personaje contrasta vivamente con él: de rostro de cadáver, sus ojos son dos oquedades negras y su cabeza tiene en general el aspecto de una calavera.

Las pinceladas son confusas he incongruentes, lo cual hace que la línea se pierda con el fondo oscuro de esta obra. Las manchas serán fundamentales para dar así la forma a las siluetas de los personajes y lo que ocurre en ese momento.

Como en todas las Pinturas negras, los colores y tonalidades se ven reducidas a la utilización de los ocres, tierras, grises y negros, con sólo algún blanco restallante en ropas para dar contraste y muy poco de azul en la ropa del personaje de la izquierda.

El cuadro es un exponente de las características que el siglo XX ha considerado como precursoras del expresionismo pictórico.

El cuadro, junto con el resto de las Pinturas negras, fue trasladado de revoco a lienzo en 1873 por Salvador Martínez Cubells, por encargo del barón Frédéric Émile d’Erlanger, un banquero belga, que tenía intención de venderlos en la Exposición Universal de París de 1878. Sin embargo, las obras no atrajeron compradores y él mismo las donó, en 1881, al Museo del Prado, donde actualmente se exponen.

En esta obra Goya nos muestra trazos indefinidos en donde la línea se pierde toscamente con el fondo y las texturas visuales de la tela se vuelven ásperas a simple vista, dando la impresión de suciedad. No es más que la burla hacia la muerte y enfermedad en el estado lamentable de la demencia de Goya, creando dentro de su estado subconsciente una burla de él mismo, dentro de sus gritos de agonía y dolor a causa de la enfermedad.

Los viejos son una representación de vejez y muerte en la vida de Goya, al igual que las expresiones de cinismo que vienen siendo el estado de locura del autor.

En esta obra se observan pulsiones de tipo agresivas debido a la enfermedad del autor, quien refleja de forma subconsciente su estado. Las miradas retorcidas y desconcertantes junto con los cráneos sin cabello, cubiertos de arrugas, no son más que imágenes del pensamiento reflejadas en el drama cotidiano y existencial de los humanos.

La vejez es sinónimo de sabiduría, pero también de muerte, Goya puede ser que subconscientemente sabia que le estaba por llegar su hora de muerte, el ello, el yo y super yo.

La mísera sopa negra da a entender la desahución y profundo vacío dentro de su propia mente sumergida en un mecanismo de defensa contra lo que suscitaba en ese entonces. Esta sopa será los últimos sorbos de su vida…

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