Una familia decidió hacer un castillo en una zona boscosa para vivir eventualmente en un ambiente rodeado de una espectacular naturaleza –flora, fauna, rios y cascadas etc-, pero debido a la cuantiosa suma que se requería invertir, y al evidente hecho de que nada escapa de los efectos del cambio climático, y como consecuencia entre otros, de los incendios forestales descomunales-,calcularon los gastos de tal manera que dijeron: “haremos el castillo con cristales resistentes al fuego, por si acaso se presente uno de los que nada lo detiene, y arrasa con todo lo que se presenta en el camino. Y así fue. Construyeron el castillo, y allí disfrutaron durante mucho tiempo.
Además podían recrearse desde la seguridad que le propiciaba, sin necesidad de exponerse al ambiente externo, cuando así lo quisieran, por el hecho de ser de cristal.
Un determinado día se presentó el inevitable incendio arrasante, que devastó toda la hermosa zona,pero gracias a que previeron las consecuencias, por la resistencia de los cristales –a prueba de incendio-, quedó intacto el castillo.
Fue un proyecto bien pensado ya que la naturaleza es muy generosa y se restaura, por lo que dijeron: “ pronto nuestro castillo estará nuevamente rodeada de tan magnífica naturaleza. También acordaron integrarse a uno de esos proyectos en pro del ambiente por lo que además lo ratificaron al decir: ”la, creación generosamente nos aporta bienestar con su belleza, y nos sustenta la vida. Es lo menos que podemos hacer en agradecimiento”.