Da Capo

in #art5 years ago

Esperaba con algo de fastidio por el profesor de estadística, o lo buscaba desaforadamente por toda la facultad. Eran alrededor de las dos de la tarde y los tenebrosamente amplios edificios permanecían desolados, con escasas almas vagando alrededor, o tiradas en el suelo repasando algún libro. De algunos salones se escapaban algunos susurros de estudiantes o estudiando o fumando marihuana, y el profesor aún no aparecía. El sol colaba sus somnolientos rayos por entre rendijas vanas desplegadas en el techo, sin nube alguna que le obstaculizara. Mis compañeros de clase no aparecían y yo corría de un lado a otro, subiendo y bajando escaleras, irrumpiendo en salones llenos de soledad u ocupados por pobres ganas de seguir estudiando. La verdad no sé qué diablos me llevaba a perseguir a mi profesor; si lo encontraba, probablemente yo sería el único estudiante que encontraría, y decidiría simplemente irse y no darme clases. Dicho esto me frustré y me fui hacia uno de los parques de la facultad, el cual estaba mucho más desolado que los edificios que dejaba atrás mientras caminaba.

Afuera, los árboles, majestuosos como siempre, por alguna razón que no se llama otoño, dejaban caer sus hojas en paulatino vuelo hacia el suelo, o hacia la espléndida mierda. Nadie estaba observándome, nadie estaba recostado a un árbol o sentado en una banca fumándose un cigarro o leyéndose un libro, o peor aún, sólo mirando, como muriendo más rápido que yo. El cielo era infinito y solemne. Bueno, siempre lo es, pero ese día era como que de verdad iba a bajar a reclamar su gloria ante los humanos, y todos nosotros nos rendiríamos y arrodillaríamos ante nuestro Rey. Me senté en una banca aleatoria y me bajé el bolso, mientras pensaba en una placentera, cálida y absoluta nada, la cual al principio se proyectó en todas las cosas que veía (con mis ojos) pero que luego descubrí (gran descubrimiento) que las cosas que veo siempre han sido nada, o eso me encanta creer, y miren lo feliz y sonriente que soy creyendo en eso. Pero eso no viene al caso. La universidad estaba casi vacía y me dio mucha arrechera porque yo venía bien feliz a estudiar porque esto es lo que me completa, de hecho estudiar es en sí la razón que tengo para estudiar, así que allí existí esa tarde buscando a un vago profesor que me enseñara estadística. La banca era dura y era fastidioso estar sentado allí durante tanto tiempo, pero, si me levantaba ¿adónde pensaba ir? ¿Qué pensaba hacer con mi funesto tiempo? Supongo que como todo es una absoluta nada pues…
FACES.jpg fuente

A pesar de todo lo que pensé antes, igual me levanté y decidí dirigirme de nuevo hacia el edificio de la facultad, para irme a la residencia o intentarlo de nuevo con el profesor y las clases. Durante el trayecto me llegaron Queso, Yisus y Alfonso. Traían, como siempre, caras de mierda y me dijeron que llamaron al profesor (no entiendo cómo diablos no se me había ocurrido antes) y que no iba a venir a darnos clases. Luego de oír eso también puse cara de mierda y juntos nos metimos a la facultad. Alfonso decía que estas últimas semanas había estado muy deprimido porque extrañaba a su mamá y a su pueblo. Mientras hablaba sus facciones duras por costumbre, se ablandaban, demostrando una lamentable seriedad en el asunto que nos relataba. A pesar de ello nos burlamos, lo que lo hizo sonreír amargamente, pero dentro de mí yo sabía que ese pana no exageraba, y que alejarse de su familia era un asunto muy serio, un golpe seco en su cara de niño mimado. Pude sentir su desdicha, pero decidí no compartirlo con los otros panas porque prefería hablar luego con Alfonso y que llorara si le daba la gana, igual si era lo que necesitaba pues yo me sentiría bastante a gusto con apoyarle en su tristeza, porque él se caló todos los mocos y las lágrimas que yo chorreé por Judith, que bastante coñazo que él me dio para que reaccionara y no desfalleciera por ella.

Dentro de la facultad dimos un par de vueltas, compramos unos alfajores en el cafetín y volvimos al patio principal. Yisus iba contando algo de una tipa que conoció en Pampatar y que se enamoraron y hasta se iban a casar, pero ella como que se murió en un accidente vial. Yisus como que se abrió luego de relatar esa tragedia, porque durante los siguientes minutos estuvo todo depresivo y maricón, pero por alguna razón, a diferencia de Alfonso, esta vez todos escuchamos atentos, sin molestarlo ni interrumpirle con algo como “ay tu si eres marico, con tanta jeva hermosa en este mundo”. No. Todos estábamos cautivados por su triste historia, lo que me hizo recordar algo que leí en algún libro -alguna vez- que decía algo como que “todo hombre tiene una gran herida en su ser, una profunda, una herida irreparable. Antes de esto, solo es un boceto de un hombre, un proyecto, un hombre posible”. Asumo la posibilidad de que eso sea verdad, así como por otro lado pienso que es una sentencia ridícula, pero aun así seguí escuchando serenamente el relato de mi amigo.

Acabado su relato, Queso decidió hablar sobre su gran herida de vida, lo que reforzaba esa alguna teoría que alguna vez leí en algún libro, pero que a su vez se veía contrapunteada por el hecho de que a pesar de que nunca he sufrido alguna tragedia irreversible en mi vida, igual me siento como un ser humano pleno y completo, un hombre al cien por ciento. Esta vez Queso nos contó que cuando él tenía catorce su mamá murió, pero no solo eso. Él tuvo que ver cómo los asesinos antes de matarla la violaban y la golpeaban, y para darle vuelta a la tortilla, quienes mataron a su madre fueron su papá y su tío. Este pana sí rompió a llorar mientras contaba todo esto, y no era para menos. Luego de enjugar sus lágrimas nos explicó que esa era una historia que había contado apenas tres veces en su vida, la primera a la policía, la segunda a su actual novia y la tercera a nosotros, y nos dijo luego que nos consideraba unos amigos verdaderos y por eso nos había confiado tal intimidad. Esta historia me hizo entender por qué Queso era siempre tan introvertido y reservado a la hora de hacer chistes sobre las madres de los demás. Si, puede que parezca algo banal y fútil, pero cada vez que yo mandaba a Queso (en nombre de una inocente broma) a que matara a su madre, él se quedaba como callado, no contestaba, es más, a veces me lanzaba una mirada con un milimétrico destello de odio. Después de oír esa historia, y de recordar las veces que le dije eso, sentí por dentro una culpa que me asqueaba, si, me generaba un enorme sentimiento de asco hacia mí mismo y hacia lo irrespetuosos que somos en nombre de bromas inocentes que terminan siendo graves faltas morales.

X MODELO DE NACIONES. 2.jpgfuente

Todos caminamos en silencio a través de los amargos pasillos de la universidad. Mis amigos me decían que era mi turno de abrirme sentimentalmente y contarles cuál había sido mi herida de vida. Les aclaré algo aliviado que nunca había sufrido alguna pérdida importante, o nunca había experimentado algo que mi haya hecho pasar por un grave sufrimiento. Ellos sorpresivamente asintieron y comenzaron a hablar de lo buena que está la profesora de econometría, y lo delicioso que deben ser las mamadas de esa mujer, que no es tan mayor que nosotros, apenas si llegará a los 35. Hablamos bastante sobre ella, hasta que en uno de los pasillos nos conseguimos a un vagabundo que estaba escribiendo en un cuaderno apoyado sobre una patineta. Tratamos de pasar desapercibidos pero este hombre nos llamó a su encuentro: “¿epa que má? ¿No tuvieron clase fue?”. Nos miraba sonriente mientras expelía estas palabras. Yo le contesté que no. “¿Y qué hacen pa’ quemar el tiempo?”. Le volví a contestar diciéndole que lo que saliera por ahí. “Bueno, si no tienen nada que hacer, vengan y me ven patinar. Hace tiempo que nadie ve cómo patino”. Y por alguna razón ese viejo sacó una tabla de algún salón y comenzó a lanzar trucos como si fuese joven de nuevo. Ollie, heelflip, body varial, hospital flip, 360 flip, cada vez aumentaba la dificultad, mientras mis compañeros y yo observábamos casi atentos y absolutamente atónitos cómo este hombre realizaba con tal viveza estos trucos tan complicados. Mis amigos me miraban con cara de interrogación, como queriendo saber quién o qué puso en nuestro camino a este señor, o simplemente preguntándose y preguntándome qué era lo que estaba pasando allí, y no en el sentido de que aquello no era posible, sino más bien como que no lograban entender lo que sucedía, por qué ese viejo loco patinaba de aquella manera ante nuestros ojos, por qué éramos testigos de este espectáculo tan aleatorio.

1503180328_150318_1503180328_noticia_normal.jpg“Cuando no tengan clase vengan a verme, tengo marihuana y puedo enseñarlos a patinar. Esto no es tan difícil si le agarran constancia”. Se fue saltando unas escaleras y nosotros quedamos allí, atónitos ante su agitado devenir. Justo en ese momento recordé que antes lo había visto escribiendo algo en un cuaderno, y eché a correr justo por el camino que le vi tomar. Corría desaforadamente buscando a este hombre para descubrir qué era lo que había escrito en ese cuaderno. Tal vez eso podría aclararme un poco las razones de su aleatorio transcurrir, su despreocupación respecto a todas las cosas que nos persiguen, su grata magnificencia dentro de esa árida piel sucia y su enmarañada barba. Tal vez esta búsqueda no se trata sobre ese viejo drogadicto, se trata de mí. Tal vez es mi desespero por cargar con una existencia cuyos significados, sentidos y propósitos van y vienen, unos siempre diferentes de los otros. Tal vez es por eso que justo ahora, corriendo tras ese vagabundo me sienta como al principio de este sueño, persiguiendo un sentido de la vida que en ese momento era estudiar y en este momento es hallar otro sentido para que luego se esfume y sea reemplazado por otro más atractivo, aunque lo tenga incluso delante de mis ojos y al alcance de mi mano. Tal vez esto represente el sentido en sí de mi vida. Tal vez mi vida sea un círculo vicioso, tal vez éste círculo vicioso, o tal vez algún día este círculo vicioso cambie.

Sort:  

Congratulations @alefrancool! You have completed the following achievement on the Steem blockchain and have been rewarded with new badge(s) :

You made your First Vote
You published your First Post
You got a First Vote

You can view your badges on your Steem Board and compare to others on the Steem Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word STOP

Vote for @Steemitboard as a witness to get one more award and increased upvotes!

Coin Marketplace

STEEM 0.30
TRX 0.12
JST 0.032
BTC 57791.14
ETH 2962.27
USDT 1.00
SBD 3.67