EL VENDEDOR DE PERROS CALIENTES (HOT DOGS) - POEMA
Por la mala situación
y los sueldos sal y agua
un hombre alquiló un paraguas
y con muy poca inversión
no aguantó la tentación
de vender perro caliente
y al ver aquello la gente
hicieron cola enseguida
y al hombre que hacía comida
comenzó a lloverle cliente.
Una cola interminable
cómo en el Bicentenario
hizo al hombre millonario
dejó de comerse un cable
y ya no busca al culpable
de su mala situación
pues le puso corazón
y se salvó del destierro
porque es mejor vender perro
que andar en la pelazón.
Lo que gana en el Seguro
no le alcanza para nada
quiso vender empanada
para salir del apuro
y el asunto era tan duro
que se alió con el panadero
y prefiere ser obrero
para completar el pan
y el Sabor original
Bautizó a su "Puesto Perrero".
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