SEMBRANDO NUESTRO CONUCO EL 24 DE JUNIO, DIA DE SAN JUAN BAUTISTA

El 24 de junio se celebra el día de San Juan Bautista en toda Venezuela, y para mí tiene un significado muy particular, a mi memoria vienen muchísimos recuerdos de mi niñez. Recuerdo que ese día particularmente, mi hermano mayor se había encargado con meses antes de ir de cortando y limpiando todo el monte del patio de nuestra casa, pues justamente ese día, el 24 de junio, nos levantábamos todos en nuestra casa, muy temprano a las 6 de la mañana. Mi padre, mi madre, mis cuatro hermanos y yo, junto con mi abuela Paterna.

Era costumbre y tradición el día de San Juan sembrar aquel terreno del patio de nuestra casa, el cual era un pequeño conuco, nuestro huerto familiar. Mi padre y mi madre iban adelante, con una estaca abriendo surcos los cuales los hacían a una distancia de un metro aproximadamente uno de otro y nosotros con mi abuela detrás de ellos; y en cada surco o huequito que abrían con la Estaca, nosotros íbamos colocando, unos tres granitos de Maíz y tres de Frijol, y luego lo tapábamos con el pie.
De esa manera se realizaba esa faena, así al sembrar maíz y frijol Y por las orillas de la cerca del patio, el cual estaba cubierto con tela metálica de esa que se utiliza para las jaulas o cercado para los pollos, se sembraba caraota, una que mi abuela llamaba Tapirama. Igualmente sembrábamos semillas de pimentón, ají dulce, Berenjena así como también, cebollín, culantro y orégano.
En ese Conuco teníamos sembrados arboles de naranja, mandarina, Ciruela, anón, coco, cerezas, aguacate y otras que ya de verdad no recuerdo. Mi madre también tenía un lindo Jardín de rosas. Recuerdo que para el día de los Difuntos, mis Tías maternas iban a mi casa y cortaban muchas rosas para llevarles al Cementerio a nuestros difuntos ese día.

Ya transcurrido unos meses veíamos con alegría como comenzaba a crecer el Maíz junto con el frijol, el cual al ser del frijol de enredadera, se iba enredando, abrazándose a la mata del Maíz, las dos nacían y crecían juntas.

Recuerdo que cuando ya el maíz estaba bastante alto, jugaba entre ese maizal con mis hermanos a los indios, con Arcos y flechas y era de verdad bien emocionante jugar allí con ellos, eso sí, cuando terminamos de jugar salíamos bien picados, pues la hoja del Maíz tiene un olor particular y una pelusa la cual causa bastante picor y escozor, pero muchacho no le hace caso a eso. Nosotros éramos felices de ese modo.

Cuando llegaba el tiempo de la cosecha, era otro día también bien especial y maravilloso, de fiesta, alegre y bonito. Lo recuerdo con mucha nostalgia a la vez, porque hoy día ya ni mi padre, ni mi abuela, están con nosotros, se fueron al encuentro de Dios Todopoderoso. Pero como decía, ese día cosechábamos el maíz, Y lo hacíamos sólo cuando mi abuela y mi papá indicaban que era el momento, después de recoger el Maíz, mis hermanos y yo, pelábamos las mazorcas; y mi madre, mi padre y mi abuela se encargaban de cortar el maíz, picarlo para luego molerlo y posteriormente realizar las sabrosas Cachapas, las cuales siempre las acompañábamos con cochino frito. Porque ese día papá mataba un cochino, el cual, criábamos en el patio de nuestra casa y se reservaba precisamente para el Día de las cachapas. Entonces comíamos Cachapa con cochino frito, queso rallado, aguacate y mantequilla llanera. De verdad deliciosa comida.

Hoy 24 de junio de mil de 2018 recuerdo con nostalgia esa época ya han transcurrido casi 40 años de aquella época, demasiado tiempo. Hoy han cambiado demasiadas cosas, ya mi país no es el mismo, ya nada es igual.

Por siempre voy a guardar en mi memoria y en mi corazón el recuerdo del día de San Juan, sembrando el maíz y luego llegada la tarde, prepararnos para recibir la lluvia que se encargaría de regar la semilla recién sembrada, ya que siempre el día de San Juan llueve, y hoy aquí a través de la ventana miro esa lluvia y los recuerdos desfilan como manada de vacas en la sabana.

By Cataleya