Mis paseos con Adele parte VI
Adele se quedó callada. No pronuncio ninguna palabra, no hizo ni siquiera una muesca, no sé si le importo, no sé cómo iba a reaccionar, no mostro ni una señal de contradicción o de angustia. Nos fuimos al conjunto y se despidió de mí, de una forma muy sencilla, como dos amigos que lo único que los caracteriza es su amistad y el caminar. Llegue al apartamento, no quise pensar, me duche, se me olvido almorzar, me aliste, Alejandra me llama y me pregunta si estoy listo, me está esperando, me alisto y bajo al estacionamiento, nos fuimos, llegue a la universidad, salude y para la oficina, era lunes y mi mente estaba en su estado normal, sin pensar y sin querer pensar.
Me llega un mensaje.
Hola, lo amo y más que nunca, lo amo.
No sabía que contestar puesto que yo también la amo, y más que nunca la amo.
Hola, estamos pensando igual, disculpa mi reacción pero para mí esta situación no ha sido muy fácil.
Lo entiendo, a pesar de mi edad lo entiendo y bastante.
Gracias por comprender mi lento reaccionar, pero no es normal que uno a esta edad se enamore de una chiquilla espectacular.
Espectacular, pero, que sabe enamorarse de un hombre espectacular.
Te quiero ver mañana, antes de las dos de la tarde.
Si, ahí estaré sin falta.
Llega la noche y la hora de irme, consigo de un amigo que me lleve a la residencia, llamo a Alejandra y le digo que me voy con un amigo, para que ella no se moleste en buscarme, llego al edificio y sorpresa, Adele me está esperando en la entrada del edificio. La suerte me acompaño esa noche estaba sola la entrada. Salimos al estacionamiento y dimos una vuelta.
_Y esta sorpresa?, le pregunto algo sorprendido.
_Lo quería ver, y lo quiero besar.
Me beso sin esperar mi respuesta, la bese sin preocuparme si alguien me viera, o nos viera. Nos tomamos de la mano y dimos un pequeño recorrido por el conjunto residencial, su teléfono repico, era su mama que la llamo para saber dónde estaba, ella le respondió que estaba abajo en la entrada del edificio, me supongo que le pregunto con quién estaba, porque lo que oí, es con un amigo. Nos quedamos un rato, y Alejandra me llama para saber qué había pasado, si siempre me habían llevado a la casa, si, le conteste, ya estoy llegando. Nos despedimos y subimos, ella se subió al ascensor impar junto conmigo y nos dimos un beso de despedida. Llego a la casa, y la pregunta normal, ¿qué paso?, porque tardaste en llegar, tuve que decirle que nos paramos a tomarnos una cerveza y a hablar un rato. Le pregunte que había para cenar, aunque en verdad no tenía hambre, pero había que comer algo, hicimos unos sándwiches, me quede un rato viendo la televisión, un poco de noticias y algún programa de entretenimiento. Alejandra se acostó y yo me quede despierto, sin sueño, pensando en Adele, me llega un mensaje.
Como le fue en su retardo, en qué piensa?
Me fue bien, siempre hay una excusa que salva y pienso en ti, no hago otra cosa que pensar en ti, Adele, y no te culpo puesto que es mi pensamiento el que se ocupa de ti, y no te culpo puesto que soy yo el que piensa en ti. Y tú que haces?
Lo mismo que tú, pensar en ti, día y noche, no sé si es bueno, pero solo se pensar en ti, tú me aconsejarías otra cosa?.
No, no tengo idea, solo haga lo que el corazón le dicte, que si es bueno, es buen consejo, y si es malo él se lo dirá.
Mi corazón me dice que piense en ti, que lo ame si tú quieres y que lo siga amando aun si tú no quieres.
Me gusta eso pero mejor ámeme que yo quiero, bueno es hora de dormir, mañana hablamos algo, buenas noches.
Buenas noches.