Parto del hecho que no todas las madres por serlo deben ser buenas madres.

En el caso de las personas que como yo han tenido una buena mamá, una mujer esforzada, cariñosa, que pese a sus miedos , debilidades e inexperiencia desde el día cero hasta la actualidad se enfrentó a cada situación para construir y darnos hoy, sembrar y dejarnos para mañana, nosotros tenemos la obligación de pensionarla cuando aún pueda disfrutarlo.

Cuántas veces ella se incomodó para hacernos sentir bien? Cuántas veces dejó de tener para dar? Pues en el momento en que podamos devolver algo de lo que hemos recibido, sin pensarlo y sin medida hay que hacerlo.

La pensión de una mamá la debe dar el hijo, debe garantizar que pueda hacer lo que quiera y cuando quiera, es un salario real, no solo un salario de amor porque con amor no compra tiquetes aéreos o un vestido.

El que no pueda que luche para poder y el que pueda que lo haga hoy que puede.

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