El Amor de Violeta y ValentinasteemCreated with Sketch.

in #amor7 years ago (edited)

Violeta se encontraba en su cuarto recordando las historias que leía de niña, en ellas la hermosa princesa se enamoraba del imponente príncipe, quien la rescataba y la llevaba a un castillo donde vivirían felices por siempre. A sus 16 años, el majestuoso caballero, llevaba el pelo largo, usaba minifaldas y uñas arregladas, además de siempre tener un agradable olor dulce.

El gran amor de Violeta se llamaba…Valentina.

                                                                              *  *  *

                                                        El Nacimiento de una Flor

Violeta tuvo una infancia como toda niña, jugó a la casa de muñecas donde se imaginaba que tenía una familia, la cual tenía que atender y darle mucho amor. Poseía maquillaje, donde a cada rato se colocaba en los labios un brillito de fresa, además de siempre tener los cachetes bien ruborizados al punto de parecer un payaso, pero al final era una niña, una chiquilla que vivió esa etapa muy feliz.
A los 13 años llegó la pubertad, empezó la menarquía a cada 28 días, también comenzaron a crecer lentamente dos montañitas en su pecho, por lo tanto ya no era más una niña y abordaba la adolescencia.

En sus primeros años del liceo, mientras todas sus compañeras de clases hablaban sobre lo lindo que era Carlos Julio, la sonrisa bonita que tenía Alfredo y lo bien que se veía Andrés con el uniforme cuando practicaba Educación Física, Violeta no entendía por qué no sentía lo mismo, por qué su mente y su cuerpo no respondían de la misma manera a los chicos como lo hacían sus compañeras, por qué le parecía más atractivo cuando María se maquillaba, o cuando Amanda llevaba sus rulos sueltos -una cabellera que parecía indomable, pensaba-, o lo bien que se veía Mariana cuando llevaba la falda del liceo y se la subía unos centímetros más para parecer más coqueta.
Después de unos meses de pelear consigo misma por esas cosas que no entendía, comprendió que no podía ser feliz por el resto de su vida si estaba con un chico, si aceptaba lo que una parte de la sociedad dice, (lo “normal” es que un hombre y una mujer estén juntos, eso es “lo que Dios quiere”) por lo tanto aceptó que era homosexual, contaba entonces con 14 años.

Después de haberse aceptado, sintió mucho miedo de conocer a alguien. Las chicas que le atraía siempre le hablaban de chicos y de las bondades que tenía el sexo opuesto, nunca le conversaban sobre esas cosas que ella sentía y pensaba, por eso ocultó sus preferencias por miedo al rechazo y a ser expuesta al escarnio público.
Le tocaba fingir.

Siempre decía, ‘Sí, mira qué bello es, esos abdominales se ven de un bien’ y cuando Andrés la invitaba a salir después del liceo, lo que hizo desde el primer día que se conocieron en 1er año, decía que no podía, poniendo como excusa tonta que su mamá la mataría de enterarse que andaba de noviecitos. Así escondía su forma de ser.

El 12 de septiembre con 16 años, comenzaba el primer día de 5to año, todos llegaron con su camisa beige bien planchadita, hablando sobre que habían hecho en las vacaciones y que pruebas de admisión iban a presentar para ingresar a la Universidad. Unos decían Ingeniería Química o Derecho en la UCV, otros hablaban de irse a la USB, en algo ella estaba muy clara, iba a estudiar Historia en la UCV, porque su sueño era ser Licenciada en Historia, para indagar en ese pasado, que tenía aún, muchas preguntas y pocas respuestas.

Todos hablaban casi a gritos, se reían a carcajadas, mientras esperaban a la profesora de Castellano, en eso se abre la puerta y aparece una chica con el uniforme, con el pelo negro suelto, una cabellera que llegaba a la altura de su cintura, llevaba muy poco maquillaje, pero con unos labios color melón que hacía que inmediatamente los miraras, llevaba medías azules un poco más arriba de la tibia, un bolso negro de cuero y en su mano izquierda una libreta gruesa forrada con un papel de HelloKitty.

La nueva extraña, que había levantado el interés de algunos del salón, en especial un grupo de chicos que la miraba de arriba abajo, le pregunta a Carolina, quién se encontraba sentada muy cerca de la puerta, si este era 5to año “E”, algo a lo que respondió mirándola con una expresión muy desaprobatoria, asintiendo.

       - Gracias - le contestó la extraña. 

La nueva chica pasa y se sienta en la fila de pupitres al lado de Violeta, a su misma altura, quien voltea y le ve el hermoso pelo que tenía, sus piernas que eran tan largas como subir el Everest, además de sus labios, esa hermosa boca que al parecer tenía como vida propia y te hechizaba en un conjuro al cual nunca podrías salir. En ese momento la extraña gira su cabeza y dice…

    -Hola, Soy Valentina.

                                                                Leta y Tina 

-Tenemos que comenzar con la preparación del proyecto amiga, hay que definir qué tema por fin vamos hacer, si el de Biología o el de Física. – Le comentaba Valentina a Violeta mientras iban caminando por la Avenida Las Flores, después de haber salido del liceo.

    -Yo creo que es mejor el de Biología, Física es muy complicada muchos números y cosas raras- le respondía-, bueno es cierto podemos comenzar planteándonos los objetivos de la investigación y de allí pasamos al título…, 

Mientras Valentina seguía hablando, Violeta a sus adentros pensaba la linda amistad que había nacido entre ellas, se habían vuelto inseparables desde el primer momento en que se conocieron, ya sabían prácticamente todo el uno de la otra, excepto lo que en realidad Violeta era.

    -¿Chama estas ahí? – Insistió Valentina interrumpiendo el largo silencio en cual se había sumergido Violeta.
    - Sí, aquí estoy- dice- estaba pensando en algo sin importancia, bueno, si quieres el sábado vienes a mi apartamento- prosiguió- y terminamos de definir lo del tema del proyecto, además de preparar la exposición de Geografía y ver si podemos estudiar un poco para el examen de matemáticas.
     - ¡Muy bien!- respondió Valentina- Nos vemos el fin de semana. 

                                                                                            ***

Sonó el timbre y Roraima comenzó a ladrar como si fuera un fuerte terremoto lo que había escuchado. -Sshhhhhh Roraima, basta- Ordena Violeta- al tiempo que abre la puerta para su amiga.

-  Hola -dice Valentina lanzando una sonrisa - espero no haber llegado muy tarde, el autobús se tardó una eternidad en llegar y de paso el chofer tenía un vallenato a todo volumen… 
      - No te preocupes- interrumpe Violeta- llegas a buena hora, mamá está terminando el almuerzo. 

Después de almorzar y de actualizarse de todos los cuentos que ocurrieron en la semana en el liceo, se fueron al cuarto de Violeta, donde comenzaron a investigar sobre el tema de proyecto.
Luego de horas de búsqueda teniendo como tema central, la importancia del reciclaje y después de ver miles de páginas de internet sobre como armar objetivos generales y específicos, pasaron a sacar los puntos de la exposición de Geografía, cayendo ambas en un letargo de estudio, haciendo que se olvidaran del tiempo.

      - ¡Mira la hora que es!, DIOS MÍO ¡Es tardísimo! -dijo Valentina- ya a esta hora no hay autobús para mi casa, ¿qué voy a hacer?

En eso, la mamá de Violeta entra al cuarto.

      - Si quieres, quédate hoy, yo llamo a tu mamá y le digo que se te hizo tarde.
      - Y, si sales ahorita te expones a un peligro mayor amiga - agregó Violeta.
      - Si, chama, tienes razón… bueno éste es el número de teléfono. – En un pequeño papel anotó el número de teléfono que se sabia de memoria. - Mi mamá se llama Yolanda. – Le entrego el papel a la madre de Violeta, la cual desapareció unos segundos para comunicarse por teléfono. 

-Tú madre dijo que sí Valentina. – Informa la mamá de Violeta minutos después. 

      - ¡Qué bien! así podremos buscar un poco más del proyecto, - comenta Violeta , animada - ven para que te cambies esa ropa y te pongas unas piyamas.

Después de seguir inmersas en asignaciones del liceo por un par de horas mas, decidieron acostarse cuando el reloj marcaba la 1am.

- Es increíble cómo nos volvimos buenas amigas Violeta, yo jamás había conocido a alguien como tú, una persona al cual yo pueda confiarle mis más íntimos secretos y que además me da buenos consejos…. 

Mientras Valentina seguía hablando, Violeta reflexionaba que todas esas cosas que escuchaba, eran ciertas, sabía los problemas familiares que tenía, de los problemas de ansiedad que la embargaban, del tiempo que estuvo deprimida cuando no fue admitida en la Facultad de Arquitectura de la UCV, infinidades de detalles, por los que sentía culpa por no decirle a su gran amiga sobre su más grande secreto, sin embargo en ese momento, mientras ambas estaban recostadas en su cama con todas las luces apagadas, se armó de valor…

- Hay algo que he querido decirte desde hace mucho tiempo amiga, no sé como decírtelo y no sé como lo vayas a tomar, pero quiero hacerlo porque es algo que no he compartido con nadie…

Valentina se levanta y girando medio cuerpo hacia el lado derecho de la cama donde estaba Violeta.

    - ¿Qué me vas a decir? ¿Eres lesbiana?

Violeta al escuchar esa pregunta tuvo dos segundos en que su corazón latía a 1000 por millón y tenía 5000 pensamientos en su cabeza, en ese preciso momento decide mirar a Valentina, quien con su hermoso cabello negro a un lado la miraba fijamente, sonriendo, una sonrisa que inmediatamente la calmó.

- Pero… pero… ¿Cómo lo supiste?, ¿es tan obvio?- Violeta se levanta y se recuesta del espaldar de la cama- acaso,  ¿alguien más lo deduce?… imagínate que dirá la gente de mí…

Mientras seguía lanzando preguntas al aire y pensando que su vida social se acabaría, Valentina se acerca rápidamente a ella y la besa en los labios, Aunque duro unos escasos 7 segundos, para Violeta fue efímero, perfecto, lleno de seguridad, de sentimiento y de calidez, se separaron mirándose fijamente, diciendo con sus ojos lo que ninguna palabra podría expresar.

    - Lo sé desde el primer momento en que te vi, mi corazón me decía que eras la chica más linda que había visto en mi vida, que tenías los ojos más bellos que jamás vi… 

Violeta suelta una lágrima, la cual es limpiada por Valentina, ambas vuelven a unir sus labios en un beso, que en principio fue tímido y tierno, pero que poco a poco fue involucrando mas que sólo sus labios; sumando también sus manos, las cuales comienzan a explorar el cuerpo de la otra, quedando para siempre guardado en sus memorias aquel sábado en la madrugada de ese caluroso marzo.

Al otro día, se posa en la ventana unos pajaritos que siempre cantaban en las primeras horas de las mañanas, Violeta abre los ojos pensando que lo sucedido la noche anterior era demasiado bello para ser verdad. Por una fracción de segundo llegó a pensar que todo había sido un sueño… momento en el cual Valentina se despierta y le abraza dándole un beso en el cachete… en ese instante entendió que todo era cierto.

     - Buenos días Leta- dice Valentina 
     - ¿Leta?, interroga Violeta mientras reía y la besaba en los labios… 
     - Por sí no lo has notado es la terminación de tu nombre, siempre había querido decírtelo, pero me daba miedo que pensaras que era demasiado “lésbico”- Comentó, soltando una carcajada.
      - Entonces yo te diré Tina - respondió Violeta - la chica más hermosa que existe en este mundo. 

Después de ese día ambas comenzaron a vivir su amor como lo haría cualquier adolescente enamorado, salían al cine, a la playa, se tomaban de la mano, se conocieron mucho más a fondo, por supuesto entregándose físicamente a sus impulsos hormonales, se amaban en alma y en cuerpo, ambas formaron una gran muralla de amor.

Sin embargo ese amor, rápidamente comenzaría a levantar sospechas entre las personas, en especial sus compañeros de clases.

                                        Las Chiquillas contra el Mundo

En el baño del liceo se encontraban tres chicas de uniforme beige, hablando y retocándose el maquillaje, en ese momento entra Violeta a lavarse mientras las tres la miraban en todo momento, desaprobando desde su relación hasta la manera como llevaba el cabello. Ignorando todo Violeta termina y sale.

    -Increíble que está esté empatada con Valentina -vociferó Carolina.
    -Sí vale que asco, pero bueno eso es su problema- inquirió María.
    - Ay, pero déjenlas… si ellas son felices así, ¿que se le puede hacer? no le hacen daño a nadie - dice Amanda mientras terminaba de ponerse labial.
     - Bueno es una asquerosidad… lo “NORMAL” es que los hombres estén con las mujeres y punto. - fustigó Carolina mientras salía del baño. 

Al llegar al salón, Carolina se encarga de decirles a todos, en malos términos, el cómo había visto a Violeta y Valentina “muy amorosamente” en la heladería de la calle 13. Algunos se sorprendieron, otros simplemente lo ignoraron, uno en especial pareció molestarle mucho, Andrés, el chico que desde 1er año del liceo estaba enamorado de Leta y siempre la invitada a salir.

Leta y Tina que siempre estaban juntas en todo momento, comenzaron a sentir la desaprobación de ciertos miembros de su salón y del liceo en general.
Se escuchaban las risitas, los comentarios machistas y sexistas, donde por supuesto estaba incluida la palabra “cachapera”.

Un día Andrés, el que también fue presa de malos comentarios por haber sido rechazado en numerosas ocasiones por Violeta, con el orgullo herido y a todo volumen vocifera en el aula…

- Yo no sé de verdad por qué razón ustedes son lesbianas, no sé que le ven a besarse y tocarse entre ustedes, sigan mi consejo y estén con un hombre para que vean como se enderezan. 

Muchos en el salón rieron, resaltando la carcajada burlona de Carolina. Valentina bajo la cabeza, recogió sus cosas y salió del salón llorando… Violeta, quien estaba molesta le responde,

- y ¿qué hombre me va a enderezar?, ¿tú, Andrés?, no creo que tú seas un verdadero “macho”- mientras lo miraba de arriba abajo- para enseñarme  algo a mi o a otra mujer.

En toda el aula se escucha una gran ola de silbidos y risas. Leta recoge sus cosas y sale del salón.

Durante una semana completa Valentina no va al liceo, no responde las llamadas ni los mensajes de texto de Violeta y cuando va a buscarla en su casa, su madre le indica que está muy enferma y no desea hablar con nadie. Mientras, en el salón de clases, los comentarios desaprobatorios cesaron, sólo Carolina y Andrés seguían lanzando veneno a Leta cada vez que podían.

-No les pares a esos bobos homofóbicos…- le dice un día Carlos Julio- Carolina es una acomplejada que ha odiado a Valentina desde el primer día que la vio y Andrés… sólo habla su hombría baleada, -prosiguió- te digo algo si son felices así, vivan su amor y no les pares a los demás.

  • Gracias- responde Violeta- significa mucho para mí estas palabras.

Esa misma tarde Leta, decide enviarle un mensaje de texto a Tina, donde le decía…

                 “Aquella madrugada de marzo, yo volví a nacer,

                   Aquella madrugada de marzo, yo conocí a mi primer amor,

                      Sé que tienes miedo, pero mi niña linda mi amor te cubrirá como un manto y 
                                             
                       olvidaras todo ese desasosiego.
        
                       Veámonos hoy a las 4pm en la plaza de Santa Rosa y hablemos.”

Violeta muy puntual estaba en la plaza sentada, llevaba una falda negra con una camisa morada que Tina le había regalado semanas atrás. Valentina llega con un minuto de retraso a la cita y se sienta al lado de Leta, tomándole la mano.

- Lo que sucedió en las últimas semanas me afectó enormemente, al punto que pensaba si de verdad estaba en lo correcto de esta relación- hablaba Valentina, mientras miraba el cielo y le apretaba más y más fuerte la mano a Violeta- sin embargo busqué en lo más profundo de mi corazón y entendí que nada de lo que suceda me hará cambiar lo que siento por ti Leta…Te Amo. 

Al escuchar esas simples palabras, Violeta comenzó a llorar y su corazón latía fuerte.

- Yo también Te Amo -respondió- se que nada de esto es fácil, entiendo que vivimos en una sociedad donde todavía nuestro amor es algo que no está aceptado, pero no podemos sentarnos a esperar a que nos acepten. En la vida siempre encontraremos obstáculos, queda en ti si dejas que te frenen en tus objetivos, y yo, no voy a dejar que nada se enfrente a nosotras…

En ese momento, Leta le acaricia la cara a Tina, las dos se miran y se besan… aquel beso fue mucho más memorable que su primer beso, en ese momento no les importó si alguien las miraba, si decían algo obsceno sobre ellas, en ese preciso momento mientras duraba ese beso…

Olvidaron que el mundo existía.

Solo estaban ellas.

Mientras aún se encontraba compartiendo en la plaza, suena el teléfono de Violeta, era un mensaje de texto de su madre…

“Sé que en este momento estas con Valentina, estoy con su mamá en la casa, por favor vengan las dos, queremos hablarles. “

Ambas se aterraron al ver ese mensaje, obviamente sabían lo que hablarían con sus madres, era sobre su relación. Ya estaban enteradas.

-Pase lo que pase siempre estaremos juntas recuérdalo,- le dice Valentina a Violeta- que nuestras familias se enteraran, pasaría en cualquier instante, debemos aprender a manejar la situaciones.

Violeta vivía en un piso 3 y el ascensor desde hace tres meses estaba dañado. Mientras subían las escaleras les parecían eternas. Por la mente de Leta pasaban 5000 pensamientos sobre las distintas situaciones que sucederían a continuación, ¿Cuál sería la cara de su madre?, probablemente molestia con asco- se respondió- ya cuando se dio cuenta, estaba colocando la llave en la cerradura. La puerta hizo un ruido como de casa de terror. No se escuchaba nada, sólo el sonido de sus corazones latiendo. Ambas madres estaban en la mesa sentadas, su expresión facial no generaba ningún tipo de respuesta.

-Lo que a mí en particular me molesta mucho, es que llegaron a mis oídos comentarios fuera de lugar sobre ustedes- comienza Yolanda, la mamá de Tina- y me enfada porque considero que les hemos dado la suficiente confianza para que nos contaran. A pesar de que, al principio, me costó un poquito aceptarlo, eres mi hija y te adoro como seas mi niña- continuó la mamá de Leta- nosotras no estamos en contra de su relación, sabemos que han tenido días difíciles en el liceo por estar enamoradas, pero quiero que sepan que cuentan con nosotras para todo. 
Las chicas se miraron y sus cuerpos se relajaron por completo, el miedo se había ido y sus latidos comenzaban a ser normales. 

-Mamá, entiende que también es difícil para cualquier mujer llegar y decir “Hola madre me gustan las chicas y tengo novia”, dice Violeta. 

Todas sueltan una carcajada que relaja visiblemente el ambiente del lugar.

-Si, sabemos que lo es hija, pero nos preocupaba su seguridad, que las presionaran hasta el punto, ni Dios lo quiera, que una de ustedes intentara hacerse daño- responde la mamá de Leta. 

  - Eso jamás lo pensaremos- dice Valentina- hoy entendí, que los problemas que se nos presenten hay que superarlos, porque si no, nos perdemos de lo más importante de la vida, vivir al máximo.

Las cuatros mujeres siguieron hablando y riendo, las madres habían forjado un lazo inquebrantable con sus hijas.

                                                                                                ****

- Bueno para concluir consideramos que si la comunidad de las Flores se plantea como objetivo el reciclar los desperdicios, se pudiera evitar la contaminación reinante que existe en dicha localidad, muchas gracias.

Así culminaba Violeta la exposición del proyecto final que había realizado con Valentina, mientras se escuchaba de fondo el aplauso del jurado y de los asistentes. Ya finalmente, se estaban graduando de bachiller y estaban próximas a cursar estudios universitarios, Leta cumpliendo una de sus metas, ingresar a la UCV a estudiar Historia y Tina estudiaría Arquitectura en la USB.

Caminando y conversando por el patio del liceo, después de haber finalizado la exposición, se encuentran con Carolina…

-Vaya, vaya, pero si son las cachaperas, y ¿cómo les fue?, ¿pasaron?, bueno de seguro utilizaron algún tipo de encanto “lésbico” para que la profesora Mariana no dijera nada.

En ese momento Violeta, sintió mucha ira en su interior, se puso roja de la molestia inmediatamente…

    -¡Hasta hoy nos aguantamos tus insultos Carolina! -  Valentina le pone una mano en el pecho…
                                 

   - Escúchame Carolina, si crees que tus insultos y todas tus malas energías nos van a hacer algún tipo de daño a nosotras estás muy equivocada, somos felices. A cambio tú eres una persona infeliz que siempre buscará de destruir a cualquiera sólo porque te sientes inferior…

 - ¡Cuida tus palabras, lesbiana! A mí me respetas. - vociferó Carolina.

Valentina la ve de arriba a abajo, se ríe y le toma la mano a Violeta y le dice, -te voy a dar un consejo, cambia tu forma de ver las cosas, porque si no, te quedaras sola por el resto de tu vida.- Ambas dan la vuelta y continúan conversando.

                                                                                                       *  *  *

En su habitación Violeta recordaba los duros momentos que había pasado junto a Valentina en ese primer año juntas, pero se alegraba más de las cosas felices que pasó junto a ella, no sabía que les depararía a su relación a la larga, ella esperaba lo mejor, sin embargo no se ofuscaba por el futuro. A sus 16 años, se contentaba que el caballero de las historias que leía de niña, fuera Valentina.

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