Quisiera compartir una experiencia personal. Una persona muy querida me solicito un favor, porque él no disponía de internet, me comentó que necesitaba hacer unas transacciones bancarias y enviar algunos correos; así que accedí hacerlo, aunque deje de lado mis asuntos personales para hacer este favor. Invertí tiempo en esta tarea ajena, pero me sentí muy bien en ayudarlo, pues él es importante para mí.

Aunque parezca increíble, la persona no agradeció absolutamente nada. Además llamo para indicarme de manera molesta que un correo nunca llego. Me quito el habla e hizo comentarios no apropiados.

Confieso que me sentí muy decepcionada, ya que cuando los sentimientos se ven envueltos en estas situaciones a una se le puede nublar la razón.

En una oportunidad escuche a una persona muy sabia que las experiencias negativas lejos de frustrarnos pueden ayudarnos a pulir nuestra personalidad. Así que de seguro he adquirido varias enseñanzas, por ejemplo:

• No debo esperar mucho de las personas
• Tengo que reconocer que todos nos equivocamos
• Cuando se reciben decepciones, están permiten ver la calidad de la amistad
• Hay que perdonar de verdad, pues el rencor no es buena compañía

Hoy me siento mucho mejor, decidí olvidar lo sucedido y admito que le sigo queriendo y que haría muchas cosas por él.

Yo aposte por su amistad, pues lo considero valioso y aunque no sé si él piensa igual o sigue molesto. Lo que si se es que yo decidí controlar mi reacción ante la situación.

La vida es corta, llena de momentos, por eso está en uno decidir si queremos amargarnos o por el contrario, dejar pasar el mal momento y seguir adelante.

Tambien aprendí que en la vida no hay relaciones perfectas, solo relaciones de personas que saben perdonarse, están relaciones son más sanas y duraderas.

Gracias por leer mi experiencia.

EMI