Que hay mas alla la muerte?
1- ¿Cómo puede haber algo después de la muerte? Si el cuerpo está muerto ¿cómo queda algo de nosotros?
2 - Las objeciones de aquellos que creen que no hay nada más después de la muerte, los « materialistas »
3 - En el corazón del hombre, ¿no hay un temor secreto delante del misterio de Dios y de la eternidad?: temores y heridas de los ateos.
4 - ¿Pero la reencarnación no es también una vida después de la muerte? ¿Es posible tener varias vidas sucesivas?
5 - La vida eterna ¿qué es? ¿Cómo viviremos nosotros? ¿Qué relaciones podremos tener con quienes están en el cielo?
6 - ¿Qué podemos hacer por aquellos que están muertos?
Hay una vida después de la muerte? Es una pregunta que todos se hacen. Quizás no hoy... pero algún día, necesariamente. Tal vez mañana, debido a alguien cercano, a una amiga que se está yendo para siempre. Y esa hora, también vendrá para nosotros.
Algunos dicen: « Quizás haya algo, ya veré cuando esté allá. ¿ Porqué preocuparme hoy? »
Otros pasan toda su vida preparando ese encuentro con el más allá, preparando la eternidad, ya que tanta importancia tiene.
Pero sin duda todos nosotros sentimos repulsión al pensar en la muerte, ya que estamos hechos para la vida. Por eso es muy útil aclarar lo que sabemos de la vida después de la muerte.
Entre todas las respuestas tan diferentes que se nos proponen... ¿cual creer, en quién creer? Los materialistas, los « ateos », dicen « todo termina con la muerte, solamente el mundo sigue girando ».
Los partidarios de la reencarnación dicen « Hay varias vidas sucesivas, hasta que lleguemos a ser El Gran Todo y que no respiremos más la vida
Los judíos, los musulmanes y los cristianos creen que después de esta vida hay una vida eterna de felicidad junto a Dios. Los cristianos, particularmente, dicen que resucitaremos con nuestro cuerpo, como Jesucristo.
En este folleto daremos un claro resumen de esas preguntas y de las respuestas que podemos dar legítimamente.
1 - ¿Cómo puede haber algo después de la muerte?
Si el cuerpo está muerto ¿cómo puede quedar algo de nosotros?
Efectivamente la primera pregunta es para saber como podemos continuar en una especie de vida si nuestro cuerpo está muerto y que está allí bajo tierra; pronto ese cuerpo desaparecerá, todos sus elementos se perderán en la tierra o en el aire.
Varios libros han hablado estos últimos años de experiencias de « vida después de la muerte ». Médicos norteamericanos han publicado tesis sobre ese tema.
Según los testimonios recogidos en esos libros ciertas personas enfermas, a menudo en fase post quirúrgica, en estado muy crítico, murieron y eso constatado biológicamente. Después de cierto tiempo, se les ve retornar a la vida. Esas personas han sido interrogadas afin de saber lo que sintieron durante ese tiempo en el que aparecían como muertas. Y lo asombroso es que hay una gran similitud entre todos esos casos
2 - Las objeciones de aquellos que creen que no hay nada más después de la muerte, los « materialistas »
Tienen en ellos mismos objeciones exteriores y otras de orden interior: unas son razonamientos objetivos, que se pueden discutir, las otras son reacciones interiores, heridas o temores internos completamente personales. No siempre se tiene conciencia de ello, pero es posible calmarlas y sanarlas cuando esas heridas se ponen en evidencia.
La objeción principal de los materialistas es simple, pues declaran que no hay nada fuera del mundo físico (físico-químico), ese mundo que podemos observar con los sentidos y medirlo. Y lo creen, como otros creen en Dios, lo que es bastante asombroso.
Esa objeción pretende ser « científica » y efectivamente es la opinión de los partidarios del « cientismo ».
Esos cientistas, en la segunda mitad del siglo diez y nueve y en la primera mitad del siglo veinte, decían que sólo creían en la ciencia y así impresionaban a la gente poco instruída valiéndose de la ciencia. Estaban persuadidos de que el método científico podía explicar todo. Rechazaban como irracional cualquier otra fuente de saber, de conocimiento o de sabiduría.
Fuera de las ciencias el resto eran pamplinas, pompas de jabón. Un poco como si un especialista de griego declarara que todo lo que no esté escrito en griego no tiene ninguna significación. Como al alma no se la podía ni medir ni calcular con una ecuación, entonces deducían que el alma no existía.
Esas teorías materialistas son llamadas « reduccionistas » porque reducen al hombre a cantidades, a cálculos, a reacciones químicas, a esquemas fisiológicos.
La mente, el amor, la vida están reducidas a ser solamente la « superestructura » de reacciones físico-químicas.
De esta manera, los cientistas no eran menos susceptibles que los otros de emitir prejuicios « anticientíficos » para proteger sus teorías. Así los adversarios del gran Pasteur, el científico que descubrió los microbios y las vacunas, creían en la generación espontánea. ¿Porqué? No por verdaderos motivos científicos, sino por ateísmo, porque pensaban: si no hay generación espontánea de los animales en el medio en el que se los encuentra de costumbre, tendremos que creer en la Creación y en el Creador.
Por otro lado el mismo Pasteur, tan exigente en materia científica, creía en la existencia del alma y en la eternidad. El agradecía a Dios por sus descubrimientos (por ejemplo en su discurso para la inauguración del Instituto Pasteur). Y escribió, a propósito de la muerte de uno de sus hijos, la más bella declaración de esperanza: la de volverse a encontrar en la eternidad. Porque esa es la cuestión. Y está completamente fuera de la química, de la astronomía o de la física: mi hijo, que está muerto ¿está absolutamente muerto? ¿Para siempre?
¿O participa o participará de una felicidad viva en la que podré encontrarle y contemplar de nuevo su sonrisa? ¿Las promesas de Dios son tan absurdas?
3 - En el corazón del hombre, ¿no hay un temor secreto delante del misterio de Dios y de la eternidad?:
temores y heridas de los ateos.
Muchos de nuestros amigos ateos o de las personas que dicen que no hay nada después de la muerte tienen objeciones de otra naturaleza que la de decir « nada existe fuera de las ciencias físicas ». Sus dificultades para creer en la vida del alma y en la eternidad del cielo, pueden ser de orden muy personal. Son preguntas que conciernen la libertad, la moral, la justicia, el amor por los otros, nuestra historia personal. Trataremos de demostrar que esas preguntas son verdaderas cuestiones, pero que a menudo están mal presentadas, debido a nuestra historia personal.
Entonces no podemos tener la respuesta correcta; la rechazamos de antemano porque tenemos miedo. No queremos escuchar, por temor a escuchar algo que nos hará daño; nos tapamos los oídos. Y sin embargo, si escucháramos la verdadera respuesta ¡qué alegría, qué alivio!
Hay ateos que no pueden aceptar la idea de que haya una vida eterna (yo conocí algunos personalmente) porque su padre, su madre, su amiga, su marido... murió aparentemente descreído. Entonces piensan: esa persona amada, admirada, no podrá ir al cielo con Dios, si hay uno, porque no creía. O quizas, esa persona ha hecho cosas que no están de acuerdo con lo que imagino que debe ser la moral como lo manda Dios. Prefiero de todos modos que no haya Dios ni vida eterna, pues sino estarían excluidos, y eso sería demasiado triste
4 - ¿Pero la reencarnación no es también una vida después de la muerte?
¿Es posible tener varias vidas sucesivas?
Hoy en día muchas personas dicen que creen en la reencarnación. A menudo no saben con certeza lo que eso significa, pero eso parece más moderno.
¿Porqué algunos están fascinados por esta idea de la reencarnación? ¿Qué valía tiene esta idea?
Hay dos demandas profundas en esta atracción por la reencarnación.
1 - Siento dentro de mí que mi vida profunda no ha sido hecha para detenerse. La nada me repugna. Es necesario que de alguna manera mi vida, mi ser, dure más allá de la muerte, en cierta forma de vida. De hecho, lo que se busca bajo el nombre de reencarnación es la eternidad. Pero, ¿la teoría de la reencarnación es una buena respuesta, es el camino que lleva hacia la verdadera felicidad?
2 - La gente siente bien que no se puede ir así al Paraíso. Tanto unos como otros tenemos conciencia de que necesitamos ser purificados. ¿Acaso no hemos sido un día más o menos cómplices del mal que reina en el mundo, con un mal que hemos cometido?
Las doctrinas de la reencarnación sugieren que de vida en vida (recomenzadas sobre la tierra) iremos purificándonos y liberándonos del mal que tenemos en la piel. Esta idea es profunda y respetable. Pero... la solución que propone al problema ¿es válida?
( La idea de que el alma pasa de un cuerpo a otro de forma independiente reduce al cuerpo a ser sólo una prisión de paso. En realidad el cuerpo es el carnet de identidad del alma. El alma existe solamente gracias al cuerpo que le da su imagen y del que ella es la vida espiritual. Cada uno de nosotros es una persona única con una alma única, un cuerpo único, una historia única, una eternidad única.)
Sin embargo, la reencarnación no es la vida eterna.
La reencarnación, sea cual sea la teoría que se sigue (y son muchas: doctrinas orientales, nueva era, budismo del pequeño vehículo « hînayâna » o del gran vehículo « mahâyâna »), no es verdaderamente la vida eterna. Es una suma de pequeñas vidas, siempre con los límites de la vida de aquí, hasta que de repente no haya más vida, « el nirvana ».
La felicidad propuesta al final del camino, ¿no es una felicidad extraña? Si admitimos la etimología de la palabra nirvana, el estado final después de las reencarciones, es una ausencia de soplo, de respiración. Esta purificación por vidas sucesivas consiste a despegarse del deseo de los bienes materiales, del poder, de los sentimientos y de las relaciones con los otros, de la amistad. Y también de todos los lazos con la vida misma, no pensar más, no respirar más. Así uno llega a confundirse con el universo, con el gran todo. No hay más movimiento, más pensamientos, más amor. No hay más identidad, ni personalidad.
¿Esa es la felicidad a la que aspiramos: para ser Todo: no ser más nosotros mismos?
Al contrario, en la Resurrección viviremos nosotros mismos, para siempre. En compañía de Dios Vivo y de todos aquellos que viven con El en su amor y en su felicidad que El nos da. Nosotros hablamos con El. Seguimos amando a quienes están sobre la tierra y oramos para que accedan a la misma felicidad.
😁👍