¡Hola amigos!

Todas las personas hemos sentido miedos en algún momento de nuestra vida y sucede con mayor frecuencia cuando se es niño. Situaciones de oscuridad, visitas al odontólogo o tormentas, son solo algunos casos que los ponen a temblar.

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El miedo es una emoción normal y necesaria que tomándola de forma adecuada, nos hace centrarnos, pues nos permite estar alertas ante situaciones de peligro, gracias a esta emoción es que hacemos algunas cosas, que en condiciones normales no creeríamos que reaccionaríamos de esa manera, sin embargo, en los niños temerosos sucede algo diferente, porque su naturaleza no les permite identificar si el peligro es real o imaginario, por lo que cualquier situación les genera agitación.

Entonces ¿qué hacer cuando un niño manifiesta con sus acciones que tiene miedo a la oscuridad o monstruos? Pues básicamente conversar con ellos sobre el tema, los padres deben hacerle saber a sus hijos que de niños ellos también sintieron miedos, contarles sus experiencias sin caer en las exageraciones.

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El miedo a la oscuridad por ejemplo representa el miedo al abandono, suele ser normal en niños de 3 a 5 años. La oscuridad propiamente no es la causante del miedo, sino el sentirse solo, por lo que los padres deben reforzar el círculo de seguridad de sus hijos, transmitiendoles serenidad. Como estrategia, pueden jugar con ellos durante el día dejando el espacio todo oscuro, pero haciéndoles sentir su compañía, también caminar con los ojos tapados por algunos segundos y aumentando el tiempo poco a poco. Durante las noches si el niño se resiste a estar solo en su habitación, se le puede acompañar con una luz tenue hasta que se duerma, pero no que duerma con los padres, el objetivo es que se sienta acompañado.

Algunas tribus hacen un ritual cuando sus hijos pasan de la niñez a la adolescencia: el padre lo lleva al bosque y le tapa los ojos, manifestándole que lo dejará solo durante la noche, por su parte el joven no puede pedir ayuda ni contar la experiencia vivida, de modo de demostrar que se está haciendo hombre, sin embargo, en la mañana al salir el sol y quitarse la venda de los ojos lo que verá es a su padre, quien se mantuvo durante toda la noche acompañándolo en silencio para protegerlo.

En fin, los miedos son normales y mas en la niñez, nuestro trabajo es ayudarlos a tener confianza para que nuestros chicos sean capaces de afrontarla, darles recursos que le permitan transitar cada etapa de su vida sin paralizarse ante el miedo, y sin dejarlos solos durante el proceso.

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Hasta nuestro próximo encuentro

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