Crónicas de una mente abandonada.
A pesar de todo y de todos, Ana se siente exitosa. Ha estado casada durante más de 60 años con el amor de su vida y aunque han tenido altas y bajas siguen viviendo juntos hasta el día de hoy. Su madre estaría orgullosa, construyó un hogar con un marido que aunque infiel se mantuvo siempre a su lado y crió un hijo que la adora.
Pero la realidad siempre fue otra...
Ana se casó a los 17 con Juan, su vecino de toda la vida y del que siempre estuvo enamorada. Nunca fue la más lista, pero era toda una princesa. Su familia no era adinerada pero Ana, por ser la única mujer de la camada era una consentida y siempre se le dio lo que quiso, por eso no es de sorprenderse que su madre la apoyara cuando se obsesionó con Juan Oberto.
Ana recuerda su boda con Juan como si hubiera sido ayer, su vestido bonito de flores, la alegría de las familias, el maravilloso pastel de boda y lo guapo que estaba el novio.
Pero Juan no estaba guapo y de hecho no se presentó, o al menos no a tiempo. Quienes asistieron recuerdan que aunque Ana estaba feliz, los invitados estaban incómodos por la ola de inconvenientes que hubo ese día, el primero fue con el famoso vestido que mandaron a encargar a Caracas y que no se parecía en nada a lo que les habían descrito y no valía la fortuna que habían pagado por el, que el novio llegó borracho dos horas tarde y que hubieran podido construir casas con los bloques tan duros de pastel que les dieron.
No hubo luna de miel, Ana seguía siendo una princesa y le faltaban cosas por pulir para ser una buena ama de casa, así que tardaron meses en mudarse juntos a la casa que su padre les había regalado. Ella estaba feliz, el amor florecería porque al fin estaban juntos y sabía que aunque ya tenía varios hijos, Juan se había casado con ella y era momento de que cumpliera con su deber de marido y que la unión fuera consumada.
Nunca habló de su primera vez. Tal vez por pudor, tal vez porque no quiso volver a recordar que el amor de su vida había tomado por la fuerza su virginidad en la primera noche que compartieron y con ella parte de su dignidad, seguridad y confianza, pequeñeces que Ana jamás recuperaría.
En muy raras ocasiones una mujer disfruta por completo su primera vez, y menos en aquellos tiempos. Juan no era un hombre paciente y no iba a esperarla toda la noche, tan pronto como se aburrió de convencerla de que debía hacerlo la tomó de espaldas, le arrancó el vestido y la penetró sin mediar palabras… En menos de un mes Ana y Juan se mudaron a casa de su madre. Ana dijo que sería solo un tiempo, aun le faltaban cosas por aprender para ser una buena ama de casa y nadie mejor que mamá para enseñarla.
– No me sorprende, Ana siempre fue una vaga – comentó la tía Marlene desde el primer momento, ignorando el hecho de que había sido abusada y que lo seguiría siendo aún bajo sus narices. Pero Ana no volvería jamás a esa casa, un hijo llegaría para darle algo de amor al hogar y sería la excusa perfecta para seguir refugiada en casa de su madre.
Logró usar el embarazo y la cuarentena como excusas para que Juan no la tocara en casi un año, a lo que Juan respondía con manotazos y la concepción de otro hijo fuera del matrimonio. Pero el amor todo lo perdona, por eso ella asumió toda la culpa de esa y de doce infidelidades más en los 20 años siguientes. – Ese es tu marido y si no lo complaces lo va a complacer otra – las tías siempre tienen la razón, y Ana perdonaría todo con tal mantener su matrimonio estable sin tener que ser tocada de nuevo por su amado.
No se sentía en condiciones, por lo que no estuvo preparada para criar a su hijo. Sobrinas, su hermano mayor, sus tías y su madre se encargaron del trabajo encantadas, no sin antes hacerle reproche, por supuesto. Nunca aprendió esas famosas labores domésticas y en pocos años su peso superaba los 90 kilogramos, Ana dejó de salir, leer, tejer y pensar sin el consentimiento de Juan y al día de hoy no acepta muchas visitas en casa para no molestarlo.
– Ana se tiró al abandono – han dicho siempre y vaya que si lo hizo, por más de sesenta años ha llevado a sus espaldas un peso mucho más grande que el de su cuerpo, el dolor de haber sido por años abusada sumado al sentimiento de culpa que siempre se le había inculcado, un matrimonio contaminado y un hijo al que aunque siempre tuvo cerca había abandonado.
El trauma constante de su amargo matrimonio la obligó a aislarse, ya no tenía espacio para su sentido común en su cabeza, y lo encerró para dar lugar a una realidad alterna que le permitiría seguir aceptando todo para no fracasar. Ana hizo lo imposible por no aceptar que Juan nunca la amó, y en la batalla por seguir adelante terminó perdiendo la fe y silenciando para siempre a la única persona que podía ayudarla a salir adelante: Ella misma.
Juzgada siempre por la señora ignorancia, Ana nunca entendió que no fue la culpable.
Vaya! Tu crónica está muy bien lograda, me imaginé toda la vida de Ana, sus pesares, traumas y cómo se debe sentir ahora, quizás aún está "protegida" por su ignorancia. Lástima que eran otros tiempo y resultó ser tan "consentida", diera la impresión que en todo momento fue la victima y quizás así lo fue, quizás aún en la actualidad vagan inseguras muchas Anas.
Excelente, de verdad me gustó mucho.
Muchas gracias por leer, y si, esa es al día de hoy la historia de muchas. La ignorancia es por desgracia un mal que viaja y afecta de generación en generación. ¡Saludos!
Tu historia está muy bien realizada y narrada,te felicito. Lograste llevar al lector a primera persona, Ana es la historia de tantas mujeres inseguras de si mismas que se quedan junto a un patán así las maltrate hasta el día de su muerte. Lamentablemente,hay muchas Anas que conocemos y otras no. Eres una excelente escritora. Mi voto y mis sinceras felicitaciones!
Tristemente, la historia de Ana no se quedó en los 60's. La buena noticia es que hoy si contamos con más apoyo, más información y mucha más ayuda. ¡Muchas gracias por pasar por aquí!
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La crónica tiene coherencia y cohesión, lleva un orden cronológico, escrita desde afuera, con un narrador en tercera persona, es una historia cargada de mucho dolor de la protagonista, quien sufría en silencio los abusos de su esposo, lamentablemente hoy hay muchas Anas que se quedan calladas, no hablan , no denuncian, bien sea por temor, por quedarse solas, pero a diferencia de antes hoy contamos las mujeres con mucha ayuda, así que mujeres no se queden calladas, denuncien, busquen ayuda.
Gracias por leer.
Very good written story, I read it in translation, but I think I understood everything. Who is this woman? Is she real or is this story a good fiction about bad life of a single woman?
woooh I feel so pleased! Thanks for that, this is a story of a women of my family, i had to recreate some things but is 90% real. Thanks for read and comment!
Una triste realidad reflejada en una excelente narración. Te felicito!
Muchas gracias!
@ths Leí tu Crónica y de verdad no pude evitar sumergirme en ella, así como si fuera detrás de la tía Ana, siguiendo sus pasos por un oscuro pasillo de esa casa, sentí deseos de tener el mágico poder y entrar a la historia y protegerla de semejante bestia.
Me parece una excelente historia, impecablemente estructurada y narrada, con detalles que ponen al lector en una especie de suspenso. Desde mi perspectiva de hombre, me resulta inaceptable un hecho como ese, pero lamentable y desafortunadamente la historia de la humanidad está plagada de historias como esta, de abusos y sufrimientos que nuestras abuela, madres u otras mujeres quizá hayan padecido y callaron por miedo.
Me sumo a la opinión general de las chicas que han comentado en el foro y les digo a las mujeres que no permitan por nada del mundo abusos como este. Las mujeres son una delicada Rosa y si alguien no quiere tener la paciencia para cuidarla y protegerla, entonces no debe entrar a su vida para desgraciársela.
Realmente mi intención no fue hacer ver a Ana como una única víctima. De alguna forma, todos tendrían consecuencias de haber construido ese "hogar" desde la ignorancia. Estoy sorprendida con la forma en la que han acogido la historia y se han hecho parte, muchas gracias por leer!
Wow amiga, me gustó demasiado tu historia.
gracias amiguita!
De verdad extraordinariamente hermoso casi metida en toda la historia como de la vida misma. Sumida en sus dolorosos recuerdos.
Muchas gracias por leer!
¡Muchas gracias a ustedes por el apoyo!