Lectura para antes de dormir
Viernes 15 12 2023
#ColombiaOriginal
#club5050
Viene de la parte 1
Todos estaban de pie preparados para enfrentar al intruso. Mientras Tureco gruñía con gran fuerza, una brisa fría entraba por las diferentes ventanas deterioradas haciendo que los cortinas ruñidas se movieran y los cristales de los viejos candelabros que colgaban en el techo comenzaran a sonar creando un ambiente fantasmal.
El Silbón tomo la batuta de la situación. Dio dos pasos al frente y en torno burlesco expreso lo siguiente – Florentino, el grande, quien venció al diablo – Al terminar la burla se acercó un poco más al intruso.
Este al ver el acercamiento de uno de los espantos más populares, apretó con más fuerzas la lanza que llevaba en su mano. Atento temió lo peor. El solo contra esos espantos que no se sentían a gusto por la presencia de aquel humano.
Tureco gruñía a un costado del salón mientras veía y sentía la tensión. El Silbón prosiguió con la conversación – ¿Ahora eres el vengador de la humanidad? ¿El héroe que nos caza para darle paz a los desamparados? – Una leve sonrisa se le dibujo en su rostro fantasmal.
Con actitud solemne Florentino respondió – No me considero un héroe. Simplemente alguien debe hacer el trabajo y para eso estoy hoy aquí – A los espantos les desagrado el comentario.
Todos automáticamente los invadió un sentimiento de agresividad que los impulso a atacar aquel ser fanfarrón. Florentino a ver la situación desenfundó su arma y colocando la lanza en posición de ataque esperaba la acción.
El Silbón hizo un gesto con su brazo izquierdo, señal que hizo que el resto de detuviera de ipso facto. Todos quedaron estáticos, cada uno con su postura de combate.
El de la batuta se mantenía igual. Su parado solemne mostraba cierta arrogancia. Esto confundió tanto a los espantos como al intruso. Nadie sabía qué hacer, lo que se suponía que pasaría, se convertía en algo ilógico.
– ¿En verdad crees que estás haciéndole un bien a la humanidad cazándonos como lo haces? ¿Siquiera te has detenido a pensar o en investigar quiénes somos? – Pregunto quién dirigía la conversación.
En posición de pelea, Florentino con una interrogante respondió – ¿Es que necesitan una presentación? – para luego proseguir – Son la basura de la humanidad. Son aquello en lo que se convirtieron por haber obrado mal en su vida anterior, antes de ser castigados, antes de vivir de la forma en que lo hacen ahora. –
– ¿Asi que tu nos conoces? ¿Tu sabes el por qué somos así? Y por ello decidiste que es lo que nos merecemos. – El Silbón quedo en silencio. El resto de los presentes mostraban en sus rostros una gran incredulidad. Es que Florentino ni el resto de los espantos entendía lo que el orador decía.
El orador observo la expresión de los presentes. Quedo mudo por unos instantes. Al cabo de unos minutos, con tono elocuente, retomo la oralidad. – Dices que sabes quienes somos. Dices que sabes cómo somos. ¿Acaso sabias quien era el Carretero? –
– Solo un vil espanto que se dedicaba a atacar a las personas en las noches oscura guiando su carreta tirada por dos corceles negros con brasas ardientes como ojos. – Respondió el justiciero.
– Pero seguro lo que no sabías – replico el espanto – Es que el carretero era un zambo que habían designado para conducir la carreta que recogía a los muertos por la peste negra que atacaba a los habitantes de la capital en el periodo colonial. Al ser contagiado por la enfermedad el militar encargado del fortín lo quemo vivo junto a su carreta y corceles. Este al verse traicionado dedico su post existencia a perseguir a quienes obran de la misma manera que aquel que lo traiciono. –
Florentino mostro incredulidad por lo que el espanto le decía. Con gesto de negación de su cabeza mostraba su reacción a justificar las palabras de quien las emitía.
– ¿Mentiras – pregunto el Silbón cuando vio los gestos del justiciero. El espanto comenzó a caminar hasta colocarse al lado de la criatura mitad humana, mitad pez.
– El Pez Nicolás – dijo mientras colocaba su mano en el lomo del personaje – Él es el producto del incesto entre madre e hijo y cuando ambos intentaron deshacerse de él tirándolo al mar para ocultar ese bajo acto humano, fue castigado también. El solo vive en el ambiente en donde creció y por su aspecto es juzgado como un ser malvado. –
Al terminar la presentación, El Silbón camino hasta colocarse al lado del Tirano Aguirre. Señalándolo con su mano izquierda – El Aguirre, uno de los personajes más oscuro de la historia de este país. Nacido en la madre patria llego a este lado del mundo a sembrar el terror, primero más al sur, luego en estas bellas tierras. La codicia, condición humana, fue la que se encargó de cegar la lógica y llegar a violar y asesinar a su hija. Ni el creador, ni el maligno lo quisieron admitir. Ahora vaga por estos parajes atormentando a quienes imitan los actos que el realizo en vida. –
– ¿Qué decir de Casilda? – continúo hablando quien guiaba la tertulia a medida que se acercaba al espanto femenino más famoso de estas tierras. – La Sayona se dejo llevar por los celos que fueron infundados por los chismes que crearon el entorno en donde vivía. Llego al punto de asesinar a su marido y su madre al pensar que estos tenían un amorío. Ahora vaga por la vida castigando a infieles y chismosas para que llevan a otra persona a cometer un acto similar. –
Se separó del espanto femenino y camino hasta llegar a aquel ser extraño que portaba en su mano aquella enorme hacha. – El Hachador Perdido – pronuncio el nombre al estar a su lado – Ser castigado por la divinidad por no seguir los dogmas impuestos por la religió. ¿Su pecado? Entrar al bosque un viernes santos para cortar un árbol para crear su propio ataúd. Ahora vive en los parajes de San Casimiro castigando a los cazadores que realizan sus actos por ambición y no por la necesidad de alimentarse. –
Dejo atrás a aquel ultimo espanto caminando hacia el lugar donde comenzó su recorrido. Estando allí se presentó. – ¿Yo? Bueno… fui criado bajo la arrogancia y la complacencia. Esto me llevo a que no aceptaba cuando algo no se me concedía. Un ataque de ira bajo los efectos del alcohol hizo que cometería el acto cruel de asesinar y comerme a mi padre. Fui condenado a vagar por el llano luego de recibir el castigo físico por parte de mi abuelo y la maldición que me convirtió en lo que soy. Mi deber es aleccionar a quienes actúan como yo lo hice y que basan su vida en el alcohol. Todo esto hasta que el creador se apiade de mi alma. –
Al terminar las presentaciones, todo quedo en silencio, ni siquiera la brisas lúgubre que hubo anteriormente, se escuchaba. Solo el sonido de los gemidos de tristeza de Tereco rompían con el silencio reinante.
La postura de los presentes se había transformados. Espantos y humano abandonaron las actitudes de guerra y un sentido de reflexión invadio a cada uno de los seres.
Al cabo de unos minutos quien había narrado las presentaciones, retomo la palabra. – Somos los espantos que aterrorizan a los vivos que llevan una vida en estos parajes. Somos el resultado de nuestras malas acciones humanas. ¿Pero acaso en verdad somos unos espantos? ¿Sinceramente somos los peor dentro de las existencias en este mundo? –
El Silbón dejo estas dos interrogantes en el aire. Camino lentamente hacia la silla donde se había ubicado al principio de la reunión y volvió a posarse en ella. – Si como humanos nuestros actos nos llevaron a convertirnos en los que somos, ¿Qué queda para el resto? –
Poco a poco cada uno de los espantos restantes fue tomando su lugar en las sillas que rodeaban el mesón del gran salón. Esto mientras el Silbón seguía con su monologo – ¿Qué merece al asesino o el violador de niños? ¿Qué castigo debería recibir quienes son capaces de matar de hambre a otros? –
Florentino no emitía palabra alguna. Lo que escuchaba no era ilógico y aunque no justificaba las acciones de aquellos espantos, las palabras del orador no carecían de verdad, de alguna razón.
– Así que señor verdugo – continúo expresando el locutor – creo que debemos replantearnos la situación. Porque si de algo estoy seguro es que los juicios emitidos hacia nosotros tienen más fundamentos en nuestra apariencia que en las acciones que nos convirtieron en lo que somos. –
Un terrorífico gemido de dolor invadió todo el gran salón. Desde las sombras emergió la figura de aquella mujer de piel blanca y larga cabellera negra. Su rostro mostraba la demencia que la llevo a quitarse la vida.
Esto sucedió luego de que su familia de origen en el viejo continente, asesinara a su marido indígena y los descendientes de ambos para luego obligarla a casarse con un hombre español.
La Llorona se presentaba con una séptima silla entre sus manos. Caminó hasta llegar al gran mesón y colocarla al lado del mismo. Acto seguido emitió un leve quejido de dolor mientras que con un seña hecha con su mano derecha invitaba al justiciero a sentarse en ella.
El resto de los espantos esperaban con expectación que respuesta daría el invasor. Este poco a poco se sentó en la silla sin dejar de mantener su mano firme en la lanza que agarraba.
De la nada aparecieron en frente de cada uno de los presentes un vaso de cristal. Los mismo se llenaban simultáneamente del líquido que se vaciaba de la botella de cocuy de penca, que al igual que los vasos aparecida de la nada, y que se encontraba en el centro del mesón
El Silbón interrumpió el momento tomando el vaso que tenia al frente con una de sus manos. El resto d los presente lo imitaron. Después de que cada uno tomo un pequeño sorbo del liquido servido, el Silbón solo emitió una simple palabra – Hablemos –
F I N
¡Saludos!... Un cordial saludos a todos los miembros de la #ColombiaOriginal y al resto de la gran familia #Steemit.
Los mitos y leyendas en Venezuela son una parte importante en la idiosincrasia cultura del país. Son parte fundamental en la identidad nacional. A pesar de que la transculturización ha tratado de extinguirlos, todavía existen quienes se sienten atraídos por los mismos.
Es cierto que estos cuentos de espantos no son de exclusividad del país de Bolívar ya que existe una versión propia en cada país perteneciente a la gran Latinoamérica.
En lo personal el dedicar tiempo para dar una veracidad exacta del país de origen de cada cuento de espanto, asumo más la corriente que hace este tipo de relatos es una identificación propia del territorio Latino.
Acá les dejo algunos links de los espantos que mencione en este cuento para quienes quieran conocer un poco más de ellos o simplemente ampliar el conocimiento que poseen de los mismos.
El Silbón, El Tirano Aguirre, La Sayona, El Pez Nicolás, La llorona, El Hachador Perdido, El Carretero. Existen muchísimos mas, algunos más populares, otros exclusivos de regiones específicas.
Lo importante es no dejar desaparecer este identificativo latinoamericano y muchos menos reemplazarlos por los que nos llegan de otros lugares.
Para los que son amantes del Metal, existe un trabajo discográfico realizado por el cantautor Paul Gillman titulado Escalofrió I y II en donde los temas son dedicados a diferentes espantos y leyendas. Cuenta con la introducción de un cuento previo a cada tema. Los mismo son narrador por el excelente y desaparecido locutor Porfirio Torres.
Espero que esta segunda parte de este cuento fuese del agrado de quienes la lean. Tengo la sensación que la conclusión del cuento es la menos esperada por los lectores. Al final, mi intención no fue crear un cuento de terror. Ese género no me atrae mucho
Emoji creado en Bitmoji. Diagramación de mi autoría
Si quieres conocerme un poco más visita mi publicación de presentación en Steem atreves de este enlace
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Hola amigo, de verdad que siempre he dicho cada quien tiene sus gustos y te respeto el tuyo y tu opinión, pero en lo personal a mi me gustan para dormir cuentos o películas familiares, alegres, cómicas o infantiles, nada de espantos, acción, violencia, fantasmas, muertes lo nada por el estilo. De ello detiene mi tranquilidad al dormir, bien sea plácida o angustiante. Y ese cuento del Silbón a esa hora no lo compartiría. Te felicito por ese don de escritura que tienes, se ve que te gusta la redacción. Éxitos