Conexiones (Luna 3, Part 9)

Se sentía como si la sangre en sus venas se hubiera convertido instantáneamente en hielo. El aliento del hombre detrás de ella era cada vez más cálido e hizo que se erizaran los pequeños pelos de su cuello. Eres un Ceph, hizo eco de sus palabras a través de la cabeza de Nora-Cephs. Ceph. Había dicho Ceph, no Cephi como todo el tiempo anterior cuando habían estado hablando. No podía recordar la última vez que escuchó a un humano llamarlos Ceph.

¿Quizás él también era uno?

Nora-Ceph se dio la vuelta, lentamente, para mirar al hombre con sus ojos azul hielo. ¿Vio ella una chispa de inteligencia no humana allí? Técnicamente, no debería ser posible reconocer si un humano sirve como anfitrión, simplemente mirándolo a los ojos. Pero tal vez …

"No vas a encontrar nada", dijo el hombre, "No soy un Ceph". Ahí estaba su esperanza de que este día terminara de una manera agradable. Ella trató de alejarse del hombre, pero él estaba entre ella y la salida, solo dejando las paredes con pinturas a los costados. Y no podía acercarse demasiado a ellos sin activar una alarma.

Ella estaba atrapada.

Una parte de ella esperaba que el hombre se acercara, lo que hizo que se preparara mentalmente para atacarlo. Ella no sabía cómo pelear y Nora tampoco tenía experiencia, pero si era una elección entre simplemente aceptar su muerte y luchar para evitarla. Ella lo daría todo.

Para su sorpresa, el hombre dio un paso atrás y le dio un respiro.

"No voy a lastimarte", dijo. "Aunque no estoy seguro de si me crees cuando digo eso".

"Tienes razón" , dijo Nora-Ceph, su voz varias octavas más alta de lo previsto. Molesta, se aclaró la garganta. * "Tienes razón"*, repitió, con su voz normal ahora. "No tengo motivos para confiar en ti".

El hombre asintió con la cabeza.

"Todavía tengo que insistir en que vengas conmigo", dijo. * "¿Entonces si me acompañas? No quiero usar la fuerza, pero lo haré si es necesario ". * _@suesa

Qué gran manera de ganarse la confianza de alguien, pensó Nora-Ceph para sí misma. Primero, diles que no eres peligroso, luego oblígalos a que te acompañen. Este humano obviamente tenía algunos problemas. ¿Pero qué opción tenía ella? Había amenazado con violencia, y ella no sabía si tal vez llevaba un arma. Si ella solo fuera con él, podría haber un mejor momento para escapar ...

"Iré contigo, pero solo porque no me dejas otra opción", le dijo al hombre.

"Puedo vivir con eso", respondió y sonrió. Curiosamente, la sonrisa no hizo que Nora-Ceph se sintiera tan incómoda como las sonrisas que Michael le había dado. Ella archivó esa observación bajo * interesante, pero no importante en este momento *. Luego siguió al hombre fuera del museo y dentro de un automóvil.

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El viaje no fue demasiado largo, tal vez 12 minutos, pero ya estaban en las afueras de la ciudad. Las casas individuales habían reemplazado los edificios de oficinas gigantes y las viviendas comunitarias. Este era el vecindario de los ricos, aquellos que habían venido a Luna 3 porque querían, no porque tenían que hacerlo. Con cada momento que pasaba, Nora-Ceph se preguntaba aún más sobre quién la había secuestrado.

Frente a una casa de dos pisos con un pequeño jardín delante, el auto se detuvo. Salieron y caminaron hacia la puerta principal. Nora-Ceph miró a su alrededor para ver si había una buena forma de escapar, pero no había nada. Absolutamente nada. Ni siquiera estaba 100% segura de en qué dirección tendría que ir para regresar a la ciudad.

El hombre había llegado a la puerta principal y la abrió, solo para darse la vuelta hacia Nora-Ceph e indicarle que entrara.

¡Nunca ingreses a la casa de un extraño! ¡No importa lo que te prometan! El recuerdo de la madre de Nora hizo eco en la cabeza de Nora-Ceph. No fue particularmente útil y solo la asustó más. Cuando incluso los humanos se dicen unos a otros para tener cuidado cuando se trata de extraños, ¿cómo podría un Ceph estar a salvo?

Sus pies la llevaron adentro sin que ella realmente lo notara. Y entonces la puerta se cerró detrás de ella.

Esto era, pensó Nora-Ceph. Así era como iba a morir.

Sus pensamientos vagaron hacia Quelz, quien había entregado todo su cuerpo para extenderse entre nueve anfitriones en total. ¿Lo sentiría él cuando ella muriera? La conexión técnicamente se había separado, pero ... ¿sentirían las otras partes la pérdida de ella? ¿La echarían de menos? ¿O simplemente la olvidarían?

Tropezó con algo y casi cayó al suelo, no había agarrado el brazo a tiempo para sostenerla. Tan pronto como recuperó el equilibrio, volvió a mirar lo que había en su camino.

Fue una pintura.

Una pintura de un ceph.

"¿Qué ... eres el artista?" Nora-Ceph preguntó confundida. ¿Por qué un humano dibujaría Cephs?

"¿Yo? Oh no. Te dije que el arte fue dibujado por un Ceph. No mentí sobre eso. ¿Podría seguirme ahora a la sala de estar? ”

Ella hizo. Y casi se cae de nuevo, esta vez por sorpresa. En medio de la sala de estar, sentado cómodamente en el sofá mientras leía un libro y tomaba una taza de té, estaba ... un Ceph.

No un huésped humano con un Ceph en lugar de un cerebro, no algo como ella, no. Un Ceph vivo, de ocho brazos y aspecto saludable.

Cuando ella entró en la habitación, él dejó su taza de té y cambió a un tono amigable de un suave naranja rojizo.

"Bienvenido a mi casa", la saludó. "Soy Pekok".