Bitácora nostálgica (2): El lado histórico de la ciudad.
La verdad no creo mucho en lo esotérico y no porque juzgue improbable que haya cosas que se escapan de la incomprensión, sino quizás por una costumbre arraigada de no esperar nada demasiado bueno.
Aunque Gabriel Bastidas si creía mucho en eso.
Pero Gabriel siempre fue un entusiasta de aquellos argot ineludibles de la razón. Solía hablarme de fuerzas primigenias que existían antes que la materia, de grandes corrientes vitales y mágicas que recorrían el mundo. Y era un ferviente adepto a la religión de “El destino ya está escrito”, esa creencia básica que niega nuestro libre albedrío (si es que realmente lo poseemos) y nos esclaviza a un destino ya figurado.
Una tarde sin embargo, acepté su insistencia pasiva —que consistía en hablarme de la Señora Rosa, una viejecita que en el bloque histórico de la ciudad relataba el futuro—, me pedía que lo acompañara.
Yo estaba un poco desanimado, habíamos caminado todo el centro comercial sin encontrar nada que se amoldara a nuestro presupuesto. En el aire flotaba un serrín de tristeza. En el país había convulsiones de levantamiento. Era una época mala, los precios bailaban en las estadísticas, y no conformes con su papel o su número de turno, solían subir cada hora. Éramos los heridos de una guerra de grandes peces. Negué, por simple maña, dos veces, hasta que Gabriel usando el conocimiento velado de mis secretos, dijo que quizás Rosa podría hablarme de ti.
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Él la había visto muchas veces servir de puente. La razón oculta de una de aquellas negativas residía en el temor que me producían las leyendas e historias que giraban en torno al lado histórico de la ciudad. Estaban fundadas, como pude ver apenas llegar, en la brisa de otro tiempo que parecía deambular sin concierto entre las altas paredes que se erguían al pie de la vereda. También pude percatarme de que el casco antiguo tenía una conflagración de arte arquitectónico de distintas etapas. No era raro encontrarse los adornos exuberantes del estilo barroco, esos alargados vitrales que hablaban de la vida de los santos y al frente encontrarte la elegancia adusta del gótico por la mirada de una negra gárgola.
Gabriel ya me había platicado, en sus excitadas conferencias, de la cualidad que solo parecía existir en aquel laberinto. Pero no estaba preparado al trasponer el umbral de la segunda calle, con un letrero escrito en latín, en sentir en mi interior el paso de riachuelo suave en que se había transmutado el tiempo. Era una sensación líquida y reconfortante.
Nos detuvimos frente a una reja pintada de blanco semi-abierta en un callejón. “Aquí es, ¿qué esperabas?” preguntó Bastidas. Y es que mi mirada era de confusión, me había hipnotizado tanto con el embriagador sabor del tiempo que lo mínimo que esperaba era un gran castillo rodeado de piedras fulgurantes. En cambio nos encontramos al pie de unas escaleras torcidas —una antesala improvisada, me sorprendí al ver recostados de las angostas paredes tantas personas de distintas clases— que en el segundo descansillo se abría a un jardín amarillento. Desde el renglón de arriba, que estaba cubierto de penumbras, nos llegaba una voz lívida en un susurro. Al llegar a la altura del patio pude vislumbrar entre los charcos de óxido que había, la dulzura de unas flores de un color precioso. Inefable. Estaba exhausto en su contemplación cuando Gabriel me hizo señas; me tocaba ver a la maga.
Me gustaría poder describir a detalle la estancia en donde Rosa me esperaba sentada en una mecedora. Pero había caído en una zanja de ensueño, en donde el mundo se despedía de sus partículas esenciales. En la diminuta hermosura de un diente de león el mundo se evapora. Y una voz llena de pureza hablo.
—Siéntate —al sentarme en la orilla de una silla plástica blanca, le vi la cara. Era una anciana de edad incalculable. La pureza de su rostro bondadoso, te hablaba de una vida sin sufrimiento. —¿Puedes predecir el futuro? ¿A veces no logras precisar las cosas; en tus sueños? Veo mucha claridad en ti.
Con un ligero temblor respondí que no, no podía precisar nada dentro de aquella niebla que serán los nuevos amaneceres.
— Ya veo. Es que eres muy joven aun. Pero algún día lo lograras. Yo estaba absorto en la felicidad que resplandecía en sus mejillas sonrosadas, en la bondad con que hablaba de la vida. Me veía a mí mismo por sus lentes oscuros de sol.
—Sueles escribir ¿verdad? También te deprimes a veces, mucho. Pero eres sincero, de mal carácter, pero sincero. Nunca le hables de las cosas bonitas de la vida a quien no tenga oídos para oír su música. Recuérdalo. Un día lo necesitaras, créeme.
Aun en el seno extasiado del clamor del tiempo, pensaba que estas frases eran un protocolo aprendido tras muchos años de práctica.
Pero la magia antigua de aquel lugar sumido en el pasado pareció agolparse en su voz al decir:
—No diré su nombre pero tú lo sabes, lo sientes en las madrugadas, y en las tardes tristes lo adviertes como un conjuro. Ella, donde sea que este, también te piensa. Tú sueles soñar, la sueñas libre bajo otras ciudades, y la vida que le has fabricado no es muy distinta a la que en verdad es. Solo que ella también suele pensar en ti. Y soñarte. Te sueña mucho. Y en los sueños, aunque no puedes recordarlo al levantarte, se ven, se tocan, vuelven a ser uno y tienen una vida secreta que, ni el tiempo, las desgracias, o el colapso no pueden destruir; están atrapados en el cristal de la infinidad.
Mientras este parlamento era expulsado, me mantenía en vilo. Pues la voz que salía de aquella anciana mujer, era tu voz. El mismo timbre de niña llena de felicidad que tenías al verme.
Se vuelve cada vez más interesante. Tienes verdadero talento literario. Felicitaciones.
Me alegro mucho que le haya gustado. Sobre todo me siento muy complacido ya que me gusta mucho la manera en como se desenvuelve en sus cuentos. Gracias por leer y comentar, cualquier sugerencia o critica de su parte estoy mas que dispuesto. Saludos amigo
No es lo que cuentas, es cómo lo cuentas. Hasta un análisis de la actividad económica sería lindo, si lo escribieras tú.
Me halaga mucho tu comentario. Y viniendo de ti. Muchas gracias, me has hecho sonrojar. Un abrazo amiga, siempre es un placer tenerte por aquí
Esto me hizo mucho ruido; Nunca le hables de las cosas bonitas de la vida a quien no tenga oídos para oír su música. Personalmente lo tomare en cuenta, escucho mucho los sabios consejos y mas si son leído de aquí jejeje un abrazo! No voy a llover sobre lo mojado, brutal como siempre ❤😁👍
Gracias amiga, tus comentarios me hacen sentir muy feliz. Siempre es agradable que alguien pueda sentirse identificado. Muchas gracias por siempre estar presente
muy buena lectura
Gracias amiga, siempre es lindo tenerte por aquí
Que habilidad tan increíble tienes, haces que me adentre en cada uno de tus escritos! Sigue así hermanito.
Gracias hermano, me alegro que te haya gustado. Éxitos para ti también
Excelente redacción
Gracias amigo
Increíble, me metiste en esa niebla totalmente. Como amante y aprendiz eterna del tarot que soy, esto me llamó mucho la atención (aunque no creo en predecir el futuro).
Oye que interesante, este relato esta escrito en una vivencia que tuve con una mujer del tarot. Me pasare por tu blog. Gracias por comentar y leer
Me ha encantado como has transformado tu experiencia en un relato de tanta calidad artística ¿Será que las almas sensibles, los artistas estamos destinados a perdernos demasiado, a valorar con demasiado detalle lo que suele desfallecer mientras aun lo pintamos? ¿Será que la única forma de preservar el lienzo de la expresión es sólo compartiendo con aquellos para los cuáles los colores de nuestra alma puedan ser valorados? A veces creo que sí, creo que allí se encuentra mi esperanza. Disculpa lo extenso, pero pagas las consecuencias de inspirarme, un abrazo amigo, es bueno leerte.
Tranquilo hermano, me ha gustado tu comentario. Al parecer si, los artistas tenemos esa condena, que así mismo nos hace artistas de ser hipersensibles. Gracias por pasarte a comentar y leer.
Tu forma de narrar atrapa todos los sentidos... Me gustó mucho la parte final. Felicitaciones. Un abrazo
Gracias amiga de verdad. Me alegra muchísimo que te haya gustado. Un abrazo de vuelta
Muy bueno, la manera en la que relatas los sucesos te interna dentro de la historia y no te deja escapar de lo que cuentas.
Gracias, me alegro que hayas quedado atrapada e identificarte. Espero tenerte de nuevo por aquí ;)