Un error que cometí y lo que he aprendido

  Estoy muy complacida de poder tener la grata oportunidad de unirme a esta dinámica que ha organizado nuestra amiga @goodybest en la que, voy a poder compartir con ustedes cuál fue ese error que cometí y me dejó las mejores enseñanzas que he recibido en mi vida. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  El ser humano se caracteriza por ser perfectamente imperfecto y, aunque cuando destacamos la palabra 'Imperfección' nos asustamos, cuando se trata de la humanidad más que ser un motivo temeroso, lo que realmente hace es recordarnos que somos humanos y así como nos caemos; podemos levantarnos para mejorar con los aprendizajes que nos dio esa caída.

  Un error en primera instancia es percibido como un fracaso sin embargo, esa acción es una institución académica que la vida nos obsequia diariamente por ello, más que huirle al error, aprendamos a extraer las lecciones de vida porque, de esa manera vamos a evolucionar siendo más humanos y menos automáticos.

  He aprendido que, a pesar de que los errores tienen como concepto principal el basamento de la equivocación; la manera de percibirlos casi siempre va a estar relacionado con la personalidad de cada quien. Desde mi punto de vista, no le resto mérito a que es una acción que cometemos y sus resultados son incorrectos pero, además de ello, veo que en cada error cometido, hay una o varias oportunidades que, si analizamos muy bien el fracaso que estamos teniendo, encontraremos muchos aprendizajes que nos ayudaran a hacer un nuevo intento y en esa ocasión, acertar porque, el conocimiento que tendremos después del error, permite que maduremos en diversos escenarios de la vida e incluso, a nivel interior.

  Sé muy bien que la vida no se trata de vivirla de error tras error para aprender pero, cuando los cometamos, nuestra actitud debe estar centrada en aprender porque, a pesar de que nos cuesta mucho reconocerlo, realmente aprendemos más de los errores que de los aciertos y, desde que aprendí a ver los errores como una oportunidad, dejé de tenerles miedo y gracias a ello estoy en un nivel en el que opto por enfrentarlos para posteriormente enriquecerme con sus lecciones.

  Al momento de realizar algo, siempre lo hago pensando en la perfección ya que, me caracterizo por ser una persona muy perfeccionista y, aunque esto en cierto punto puede ser una excelente virtud, a veces esa cualidad termina siendo mi peor enemiga y, en esta ocasión mi último error fue auspiciado por esta característica porque, queriendo lograr una perfección en mi trabajo, llegué al límite del colapso y gracias a ello, opté por no presentar una propuesta que en realidad estaba completa pero; al no verle todas las características que en el piloto estaba diseñado, sentía que estaba mal y no escuchaba a mis compañeros cuando decían que el resultado final estaba correcto.

  Gracias a esta actitud perfeccionista y mi bloqueo, nos quedamos sin un buen cliente para gestionarle las redes sociales a su empresa lo cual, fue terrible porque, mi error también afectó a terceras personas; siendo esto más desagradable e incómodo de procesar.

  La primera lección que logré recibir de esta experiencia tan incómoda es que, debo disciplinar muy bien mi cualidad perfeccionista porque, me estoy autosaboteando y, de esta manera los beneficios que me pueda aportar hacer las cosas bien, realmente se van a convertir en problemas y no es la idea. Aunado a ello, también aprendí que tengo que escuchar más a mi equipo de trabajo ya que, así como yo quiero que nuestras gestiones laborales sean un éxito, ellos también lo quieren porque, más que compañeros de trabajo, somos una familia que quiere triunfar en el mundo de la comunicación laboral por lo tanto, en ningún momento podemos ser obstáculo entre nosotros.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!