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Introducción:
A veces la alegría no necesita un gran escenario o luces finas. A veces es un viejo banjo, un niño pequeño descalzo y un anciano que todavía cree que la felicidad puede crecer en cualquier lugar.

CUERDA Y POLVO
La cuerda zumba como brisa en harmattan seco,
Llora el banjo, suave pero profundo, como la canción de cuna de mamá.
Niño descalzo, piel radiante de sudor,
Golpea el suelo suavemente - kpam kpam — set de ritmo.

El anciano se apoya en la silla, los ojos sonríen lentamente,
Cárdigan rojo abierto, corazón sintiendo el flujo.
"Sigue bailando, niña", susurra, " no te avergüences de tus piernas,
Cada latido es una historia, cada movimiento es una oración. ”

El jugador se inclina hacia abajo, los dedos corriendo sobre el alambre,
Suena dulce como el azúcar, ardiendo como el fuego.
Él no canta, pero el banjo habla por él,
La historia tararea dentro de esa palma.

Habitación seca, paredes ásperas, la vida no es fácil,
¿Pero ves a Joy? Está aquí, libre y ventoso.
Sin oro, sin luces finas, sin gran desfile,
Solo música y pequeño baile sosteniendo la cascada.

"Sigue jugando, hermano", asiente el anciano.,
"Hazle bailar como si mañana no fuera difícil.”
Gritos de banjo, sellos de pie - ¡kpam, kpam! - otra vez,
Y en esa pequeña habitación, ahuyentan el dolor.

El niño pequeño ahora gira, la risa brota de su pecho,
Los pies se difuminan rápidamente como la brisa sin descanso.
Él no conoce el dolor, él no conoce la falta,
Solo el sonido y los latidos del corazón guían su pista.

El anciano se limpia los ojos, no quiere llorar,
Dice: "Esta pequeña alegría es lo que hace volar a un hombre.
La vida puede ser dura, pero la música sana,
Es una esperanza como esta la que mantiene el alma pura.”

Así que si escuchas un banjo en cualquier calle,
Haz una pausa un rato, siéntelo en tus pies.
La alegría no vive en la mano del rico,
Vive en ritmo donde se paran los simples.

Invito a @samuelbrilliant @imohmitch @kwinberry a participar en este concurso.