La música forma parte de mi vida, desde niña siento las vibraciones, los acordes, los ritmos. La música orquesta mis emociones. Por eso es difícil para mí tener una canción especifica que me guste. Todos los ritmos secuestran mi cuerpo cuando comienza a sonar.

Sobre todo aquellos ritmos que me hacen volar como un cóndor en las cordilleras andinas. O también me hacen vibrar como una cuerda de guitarra. O caer tiernamente como gota dentro de un palo de agua...

En pandemia llegó a mi una cantante colombiana que me embriagó con sus notas, hizo que mi corazón sonara en consonancia con sus canciones, canciones que con letras estremecieran la razón. Hasta me hizo recordar como huele el sol. Y llenó de melodía la tristeza y mi voz.

Y esta canción me llegó para entender la metamorfosis que estaba viviendo. Espero les guste.