Oscuro temor

Un lúgubre sentimiento me invade en una solitaria y fría tarde, ¡TEMOR! No cual temor infante, al ver las figuras siniestras que forman las cortinas, ni el temor palpable de la silente, pero justa compañía de la muerte, llevándome al fin eterno, donde descansan las almas.

No al TEMOR de la oscuridad que se refugiare en la penumbra del bosque, sintiendo esa sensación de perdido y vulnerable a los peligros que trae el terciopelo oscuro y siniestro de la noche.

Sino el ¡TEMOR! de la compilación de calendarios yacentes e inertes, al contemplar el desfigurado paso del tiempo, mientras YO; solo un espectador silente, resguardado en mi soledad, mirando la lluvia caer, humedeciendo mi alma solitaria, bajo el compás interminable del tiempo.

Allí sin vestigios de compañía, ¡solo! Encerrado en mis pensamientos, espectador consciente, añorando esos días que se fueron y no volverán, revividos solo en mi memoria.

Aun recuerdo como se sentía la brisa de verano, caminando por verdes praderas, sintiendo el resplandor del sol en mi rostro, rostro que desconozco, no recuerdo ya como era, solo sé que el tiempo es cruel y arruga esta piel.

Pensando que era invencible, transitando en este suspiro eterno de vida, bajo la falsa percepción irreal de que cada día consumido se puede reponer por otro nuevo (que equivocado estaba) pero que tarde comprendí, que ese suspiro no era eterno y que no soy invencible, ahora ya la muerte me contempla, reclamando lo que le pertenece, hundiéndome en su eterno abrazo dejando este mundo por igual.

Despierto exaltado bajo un noche fría de lluvia ¿Pero fue solo eso? ¿Un sentimiento o un mal sueño? Toca esperar y ver nuevamente mi rostro, así estaré seguro, si aún estoy en este eterno suspiro llamado vida.