Diente de León - Origen y Beneficios

El diente de león, también conocida como achicoria amarga, es una planta tan común que pocas nos hemos puesto a pensar en sus cualidades. Esta planta salvaje, tiene la facilidad de crecer casi en cualquier clima, y hasta en cualquier recoveco escondido de cualquier ciudad. Quizás sea esa misma característica el motivo por el cual muchos jardineros la consideran como maleza o mala hierba. Pero lo cierto, es que esta planta tiene de ordinario, lo mismo que tiene de beneficiosa.

Primero y principalmente, es una planta comestible de flor a raíz, y que puede ser degustada en ensaladas e infusiones. Como todo alimento, contiene una gran cantidad de nutrientes como vitaminas A, B y C, hierro y potasio, entre otros. A demás, el diente de león, ha sido usado desde siempre con fines medicinales, ya que es considerado como un purificador del organismo por su acción desintoxicante, y se lo ha usado para tratar problemas renales, urinarios, gastrointestinales.

Una peculiaridad de esta planta, que hace que aun siendo tan común no pierda su encanto, es que da origen a un fruto cuya característica más llamativa es que posee una especie de pelos plumosos, que pueden volarse de un soplido, instalando la magia frente a nuestros ojos.

Existen múltiples historias sobre cómo se originó el Diente de león. Por ejemplo, según la literatura nórdica, en realidad estas flores son hadas que se disfrazaron para no ser ignoradas por los humanos. Sin embargo, en Irlanda, se cuenta que fueron concebidas por los duendes para castigar a un viejo avaro y compartir la riqueza que este había encontrado, transformando monedas de oro, en nuestras mágicas flores doradas. Por otro lado, existe una leyenda de la mitología griega que dice la Diosa Hécate regaló a Teseo una ensalada a base de Diente de león, atribuyéndole un carácter divino. También, una relato indígena, cuenta que surgió de una terrible historia de amor prohibido, en a que ambos amantes murieron en nombre de su amor, y un Dios al ver semejante acto de entrega decidió convertirlos en una flor que pueda crecer aún donde no tenga espacio, y cuyas semillas puedan ser esparcidas por el viento para así reproducirse en lugares lejanos.

Es difícil saber su origen real, más ni siquiera es real que necesitemos saberlo, quizás solo sea cuestión de soplar fuerte y pedir un deseo, tal vez se trate de volver a creer en la magia, o tan solo en que hay una mística natural flotando en el aire.