Hoy mi publicación se basa sobre un personaje extraído de un tópico literario, que alcanzo la cúspide en el siglo de oro español, obra del escritor español Miguel de Cervantes Saavedra, quien nos muestra en Don Quijote de la Mancha, las aventuras de un hidalgo manchego, trastornado por la excesiva lectura de las disparatadas novelas de Amadís, así como otros tantos libros de caballerías que lo llenaban en disfrute, tanto que lo inclinan en la locura de hacerse caballero e imitar las hazañas y proezas de estos héroes para deshacerse de los agravios, injusticias, desmanes, con el deseo agudo en defender a los más débiles. ¿Qué bonito pensar y deseo de Don Quijote en salir en pro de la defensa de los demás, verdad?

Don Quijote de la Mancha, es una obra del humanismo cristiano y época renacentista, su tiempo coincide con el momento en que en que fue escrita, siglo XVII; debido que es un periodo cultural que sigue a la edad media, representando un movimiento de cambio impulsado por la ideología burguesa naciente en Europa, basada en una concepción antropocéntrica: “liberadora del hombre en todos los aspectos”, incluyendo así la literatura principalmente. Por tal razón, adopto el nombre de “la literatura de los siglos de oro”, época de grandes desarrollos y movimientos, tanto culturales como artísticos.

Dentro del marco de la novela en esta época encontramos personajes con una exaltación de la fantasía, siendo personajes de ensueño viajeros de una geografía inexistentes, realizando hazañas inverosímiles, viviendo aventuras de fabulas, como el caso del Quijote. Cabe destacar, que la mujer en la obra de Cervantes también juega un papel o rol importante, ya que representa en primer plano, centro y mente del caballero, en este caso Don Quijote de la Mancha (Su dama Dulcinea del Toboso, una simple labradora que en su corazón es vista como una princesa)

Por ello, en mí admiración por esta majestuosa obra les comparto y comento un poco sobre la pintura que realice...

En dicha imagen enseño a Don Quijote con sus armaduras puestas, debajo de un cielo estrellado, con la vista fija y perdida en sus ideales; una luna me pareció perfecta para enmarcar o mostrar a su amada Dulcinea del Toboso, así como también plasme un molino de los tantos con los que lucho en sus hazañas y debajo la sombra de su escudero y compañero Sancho Panza.

Los materiales empleados en este dibujo fueron: una hoja, lápiz y borrador, así como pinceles y pinturas de cerámica.

El paso a paso fue el siguiente:

1-Plasmar la idea mental en la hoja con ayuda del lápiz y borrador.

2- Darle el respectivo color a cada pieza o área.

3- Proceso de sombrear ( con tonos negros de pintura de cerámica y con lápiz. Por otro lado, la luna con un toque de naranja a los lados y el molino con marrón) y dar iluminación de ciertas zonas ( con pintura de cerámica en tono blanco).

Para finalizar, cierro con dos frases relacionadas al Quijote que han circulado a lo largo de los años y que dicen:

Cada uno es artífice de su propia ventura.

Donde está la verdad está Dios.