Pocas semanas antes que finalizara el año, recibí la tan anhelada invitación. Fui seleccionado para ser parte del selecto grupo de científicos que diseñaríamos las profecías para los próximos 30 años. Nos dedicaríamos a conocer los planes que el futuro depararía a la humanidad en las décadas venideras.

Cada uno en su disciplina y especialidad sería inducido dentro de la Web para investigar lo que estaba sucediendo y regresar a la ciudad de Nueva York, para dictar sus descubrimientos en la Cumbre Mundial Profética a realizarse la última semana de 2002.

Me conectaron con la Super Computadora Hall2099, a través de enlaces sinápticos, y fui encargado de conocer que pasaría con la Web, la Nube o Internet, (cómo quiera usted llamarlo). Llegar al futuro, —(literalmente: llegué al futuro)— no fue tan grandioso, lo que nos espera es desalentador. Estas fueron mis visiones:

Podremos producir alimentos y hasta agua, con impresoras 3D, gracias a la NanoTecnología. Los nano robot reciclan hidrocarburos transformándolos en aminoácidos y proteínas similares a la carne, vegetales y otros alimentos, por ese lado el hambre se controla a nivel mundial.

Con el desarrollo de la NanoTecnología, Internet llega a su Versión 6.0. Ahora es posible implantar, (aún antes de nacer) servidores y buscadores web en los cerebros humanos. Solo con pensar estaremos conectados a la WeBSinaptica (SynapticWeb 6.0)

Alexa, Siri y todas esas tecnologías de reconocimiento del lenguaje por partes de las máquinas, quedaron obsoletas. Desaparecen los celulares, podremos comunicarnos de mente a mente como si de telepatía se tratase. Así como intercambiar archivos y alojarlos en la SynapticWeb 6.0.

Internet llega a su Versión 7.0. Crearemos Realidad Total con los pensamientos. Desde olores y sabores, pasando por experiencias de aprendizaje en las que en poco tiempo podrás incorporar a tus habilidades, paquetes y programas como: convertirte en atleta, científico, artista o en lo que desees. Las Escuelas y Universidades desaparecieron pues no hacen falta.

Se declara abiertamente la Primera NanoGuerra Mundial: Norcorea, Rusia y China lideran desde hace décadas la tecnología de nanorobots y ahora proceden a invadir los cerebros de cada habitante del mundo.