Entre un sueño y la vida

Manuel, un joven de 14 años quién creció en uno de los barrios más peligrosos de Caracas, nunca tuvo juguetes extravagantes como muchos niños, sus únicos juguetes fueron trompos y papagayos. Cuando era un niño su abuela le regaló un balón de basketball; esto fue el objeto que le cambió la vida y le dictó su destino. Haber crecido en un barrio donde la pobreza abundaba parecía no importarle cuando este talentoso joven jugaba en las canchas de las calles. Guardaba un gran vacío en su corazón, su mamá falleció cuando tenía tres años de edad. Fue criado por su abuela Migdalia de sesenta y cinco años quién se dedicaba a vender helados para poder sobrevivir y alimentar a sus nietos, Manuel, los ojos de la señora Migdalia. Como la mayoría de los niños en su infancia, tenía un sueño. Su sueño era ser jugador de la NBA. En la escuela, era uno de los niños más talentoso en el deporte. Cada día al salir de la secundaria, la cancha era lugar dónde Daniel, se olvidaba de los problemas y entrenaba individualmente. Cada día se esforzaba más para así cada vez dar un paso más a esa gran meta.

Un día al salir de la escuela Manuel pasó por una cancha dónde estaban muchos chicos jugando; sus ganas de jugar lo envolvieron y sin pensar decidió enfrentarse en un partido contra estos muchachos a quienes no conocía. Todo parecía ir bien, hasta que un par de delincuentes llegaron al lugar y sin mediar palabras con nadie, optaron por sacar su armamento y disparar a uno de los jóvenes que jugaba el partido. Todos corrieron, intentado salvarse de las ráfagas de proyectiles accionadas por este par de asesinos.
En ese momento de miedo y desespero, Manuel se cayó al correr y uno de los delincuentes cegado por la ira de venganza y odio, impactó varios disparos en el cráneo y en el estómago del inocente Manuel.
Un sueño y un talento de un joven con un futuro por delante fueron acabados inocentemente, sólo estaba su cuerpo lleno de sangre en el piso de esa cancha.

En ese suceso de la tarde de un jueves, fueron asesinados tres jóvenes más. Trágico hecho fue un “ajuste de cuentas” dónde miembros de una banda emblemada por el hampa que sólo tenían por objetivo matar a sus enemigos pero que terminaron ocasionando un incalculable dolor en el alma de la señora Migdalia y las madres de los otros muchachos, la señora se desmayó al ver a su nieto en el suelo de asfalto sin signos de vida.
“Tú eras mi hijo Manu, eras lo único que tenía en mi vida” “¿Por qué a ti!?” gritaba llena de sufrimiento y dolor al verlo con los ojos cerrados en la urna. El vacío y dolor que dejó esta tragedia en el corazón de la señora fue infinito hasta que un mes después falleció debido a la situación de depresión en la que se encontraba tras sufrir un infarto al corazón.

Esta triste historia es similar a muchas de las que ocurren en países en los cuáles la violencia acaba con niños, adultos y familias. Tristemente en la actualidad la violencia hace desastre con muchas personas inocentes, generando más violencia y tragedias en el mundo. Nos encontramos en la época dónde las armas abundan y la ignorancia manipula la mentalidad de muchas personas.

¡NO A LA VIOLENCIA!