La mascota de Cindy
Saludos nuevamente queridos lectores! Aqui les dejo la traducción al español de la historia que hice anteriormente para el concurso de @mctiller.
Espero que la disfruten tanto como yo.
Fuente
Había una vez una pequeña niña llamada Cindy. Cindy era una niña muy curiosa, que le gustaba capturar muchas alimañas, arañas y bichos. No temía a los extraños animales que coleccionaba. Una tarde, escuchó un extraño sonido desde el patio trasero de su casa. Cindy, como de costumbre, salió corriendo a ver cuál era el origen del sonido extraño que había oído. Para su sorpresa, había una especie de lagartija con alas, enredada entre los arbustos de la casa.
— Hola! — saludó la niña.
La extraña criatura emitió un pequeño gruñido. Cindy se sorprendió nuevamente, e inmediatamente rió a carcajadas y tomo al animalito con sus dos manitos. Pero seguía atorado, por lo que tuvo que halar más fuerte, cayendo de bruces al suelo con la criatura en sus manos.
La extraña criatura, nuevamente, volvió a emitir otro gruñido.
— Tranquila! Yo te cuidare.
— Te llamaré Enriqueta! Ven, vayamos a mi cuarto— añadió Cindy.
Cindy se levantó y tomó a la criatura y la guardó bajo su chaqueta. Entró por la puerta trasera de la casa, subió corriendo las escaleras, directo a su cuarto.
—Cindy! Tu mamá siempre te dice que no corras en la casa — gritó Mary, la niñera desde la cocina.
Cindy sin hacer caso a las palabras, se encerró en su cuarto y depositó a la criatura en el suelo.
—De seguro tienes hambre.
Buscó en su pequeña mesa al lado de su cama, un plato con galletas que había dejado su madre. Tomó una galleta y se la ofreció
—Ten prueba esta.
La pequeña criatura, se acercó desde donde estaba dando saltos. Mordisqueó la galleta y emitió otro gruñido.
— Cindy! Ya está lista la tina. Debes bañarte antes de que venga tu mama! — gritó Mary desde abajo.
— Ya regreso! Pero para que no estés sola te voy a dejar con mis otros amiguitos
Tomó la criatura y la metió en un gran contenedor donde tenía las alimañas que coleccionaba. Cindy volvió a escuchar a Mary llamar su nombre otra vez, por lo que salió corriendo del cuarto y bajó las escaleras.
— Muy bien pequeña Cindy, metete en la tina y comienza a restregarte. Date prisa antes de que llegue tu mamá.
Enriqueta empezó a engullir a todas las alimañas de Cindy que encontraba dentro del contenedor. Al estar satisfecha, salió del contenedor y se metió bajo la cama de Cindy.
— Buenas, Buenas! — gritó desde la entrada la mama de Cindy.
— Hay Dios mio! — exclamó Mary — Ya llegó tu mamá, date prisa! — apuró a Cindy.
— Buenas tardes, Sra Johnson. Estoy por recoger la ropa de la niña del cuarto.
— Cindy se está bañando — añadió Mary mientras subía las escaleras, camino al cuarto de Cindy
— Tomate tu tiempo — dijo la Sra Johnson
Cindy jugaba con la espuma de la tina y chapoteaba agua por doquier.
— Donde está la niña de la casa? — preguntó la Sra Johnson al entrar al baño
— Aquí mamá! Nadando en las profundidades de un océano desconocido! — respondió Cindy
—Soy una Exploradora — añadió
La Sra Johnson al ver el reguero de agua en el piso iba a reprender a Cindy cuando de pronto escucharon un grito aterrador desde el segundo piso.
Ambas se miraron sorprendidas.
—Enriqueta! — gritó Cindy, al recordar a su nueva mascota.
—Enri-Qué? — se disponía preguntar la Sra Johnson cuando, nuevos gritos propinó Mary bajando las escaleras.
La Sra Johnson salió corriendo hacia las escaleras
—Qué sucede?? — preguntó la Sra Johnson, mientras veía la cara de Mary llena de hollín
— Hay. Hay. Hay. — Mary tartamudeaba
— Que hay? — volvió a preguntar la Sra Johnson
— Hay un DRAGON! EN EL CUARTO DE CINDY! — respondió gritando Mary y cayó desmayada en la sala.
La Sra Johnson no salía de su asombro, cuando Cindy pasó corriendo escaleras arriba.
— Es mi amiga Enriqueta
— Alto ahí! Señorita! Será mejor que me explique — gritó la Sra Johnson
Sin embargo, la niña no prestó atención y siguió corriendo hacia su cuarto.
La Sra Johnson, subió las escaleras enojada y se asomó por la puerta del cuarto, quedando pálida con lo que vió
— Ella es Enriqueta, mi nueva mascota, puedo conservarla? Sii??
Exclamaba Cindy arrodillada en el suelo, con el pequeño dragón en sus brazos.
El pequeño dragón emitió un gruñido y echó una bocanada de fuego que puso los pelos de punta a la Sra Johnson.
— Wao! En verdad eres un dragón! — exclamó maravillada Cindy
Enriqueta volvió a echar otra bocanada de fuego y había prendido fuego a las cortinas del cuarto.
La Sra Johnson, contuvo el grito que iba a propinar y fue en busca de un extintor.
— Cindy, aléjate de fuego! — gritó nuevamente mientras traía el extintor
Accionó el extintor y apagó el fuego de las cortinas, sin embargo, Enriqueta sorprendida por el sonido del extintor, se soltó de los brazos de Cindy y aleteó sus pequeñas alas alrededor del cuarto.
La Sra Johnson, frenética, rociaba hacia todos lados el líquido extintor, tratando de atinar al pequeño dragón. Esté salió por la puerta de cuarto y cayó en picada escaleras abajo, donde la pobre Mary se recuperaba de su desmayo, propinando nuevamente otro fuerte alarido al ver al dragón viniendo hacia ella.
Nuevamente, cayó desmayada.
— Mamá! No le hagas daño! — gritaba Cindy detrás de la Sra Johnson.
— Quédate donde estas! — gritó Sra Johnson
Cindy se detuvo y la Sra Johnson bajó corriendo por las escaleras con el extintor en sus manos, pero tropezó con el cuerpo de Mary en el suelo, haciéndola caer de bruces y dejando caer el extintor que rodó a unos metros de ella.
En eso, entraba el señor Johnson
— Por qué tanta alharaca? — gritó confundido
Pero quedó sin habla al ver el pequeño animal revoloteando por toda la sala.
El señor Johnson tomó una escoba y trató de atinarle un golpe pensando que fuera un murciélago, pero para su sorpresa, el pequeño dragón echó una bocana de fuego a las cerdas de la escoba. Presa de pánico soltó la escoba y esta prendió fuego a los sofás de la sala.
—Toma el extintor! — gritó señalando la Sra Johnson
Cindy asustada en su cuarto y con lágrimas en sus ojos, se armó de valor para defender a su mascota y se dirigió hacia las escaleras. Pero un extraño grito la detuvo.
— Arresto Momentum!
Todo quedó en silencio.
Cindy bajó las escaleras cautelosamente, sin dejarse ver. Vio a dos caballeros con una vara en sus manos.
— Ron, toma el dragón — dijo el que llevaba lentes.
— Porque yo? — respondió el otro
— Tú eres el experto — finalmente dijo el primero.
Luego hizo un movimiento con la vara y profirió una palabra
— Reparo
Y vio como todas las cosas comenzaron a reponerse como por arte de magia. Se acercó al señor y a la señora Johnson y dijo en voz baja
— Obliviate
Luego hizo lo mismo con Mary.
El pelirrojo atrapó al dragón, encerrándolo en lo que parecía una pequeña maleta. Cindy no entendía como pudo caber Enriqueta ahí. Luego, el otro hombre pronunció unas palabras
— Wingardium Leviosa
Sus padres y Mary flotaron hacia el sofá y fueron colocados ahí suavemente.
El pelirrojo la vio y dijo
— Harry, tenemos compañía. — señalando con su vara hacia las escaleras.
Cindy se puso pálida. El hombre de lentes guardó su vara y se le acercó lentamente.
— No te asustes. No te haremos daño. — exclamó.
— Cómo te llamas? —preguntó
— Cindy — dijo en voz baja
— Mi nombre es Harry. Somos domadores de dragones. — mintió — Hizo alguna travesura allá arriba, Norbeto Jr? — preguntó nuevamente
— Norberto? — Preguntó Cindy — Es niño? — expresó confundida — Así es — respondió
— Me permites echarle una mirada al segundo piso? — preguntó Harry
Cindy asintió y el hombre de lentes subió y escuchó nuevamente la palabra anterior
— Reparo
El pelirrojo le sonrió, mientras esperaba. Por fin, bajó el hombre de lentes.
— Todo listo. Nos llevaremos a Norberto Jr con su madre. No te preocupes por él. — agregó
— Tus padres, ni la otra señora recordaran lo que sucedió.
— Prometes no revelar nuestro secreto? —preguntó el hombre de lentes.
Cindy asintió.
— Eres buena niña. — dijo mientras ajustaba sus lentes. Cindy pudo notar una extraña cicatriz en su frente. El hombre de lentes miró a su compañero y asintieron.
— Pórtate bien — Fue lo último que oyó decir, en un parpadeo los caballeros desaparecieron.
De pronto escuchó a su madre decir
— Cindy! Que haces ahí parada en las escaleras, ven y saluda a tu padre.
Y sus vidas continuaron como de costumbre. Sin embargo, Cindy jamás olvidaría a Enriqueta/Norberto y a esos dos extraños caballeros.
Hasta la próxima!
Gracias por leer!
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