_{Dicen que el chocolate aviva el ánimo y te da felicidad. Dicen que tiene un efecto en el cuerpo que podría compararse con el enamoramiento, esa magia, esa sensación de falta de preocupación.}

Si, eso dicen, y yo me he vuelto un poco adicto a comer chocolate últimamente.

He oído de historias —tal vez algo descabelladas— sobre personas que suelen escuchar voces, que suelen afirmar la existencia de «demonios» internos que los atormentan diariamente ya sea para hacerles daño o para recordarles que la vida está más llena de miseria de lo que parece. No es mi caso, yo no creo en demonios, el ser agnóstico me ha llevado a ser un poco más escéptico con estos temas, la ciencia me ha llevado a saber que la energía es un hecho consumado en la realidad que nos afecta en este plano existencial y que posiblemente tengamos algo superior a nosotros que puede moldear esa energía, pero si habláramos de demonios, podría confesar que yo tengo uno solo, uno que puede ser el peor de los malditos y más perversos que hay...

Yo.

_{Imagen tomada de Pixabay}

Si pudiera contarles mi historia —muy, pero muy resumida— empezaría de la siguiente forma:

_{Érase una vez, un pequeño niño que no tuvo infancia, pues conoció «el mundo real» muy temprano...}

Es difícil aceptar eso para cualquier persona —o al menos, eso supongo—, prosigo.

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_{Generalmente este pequeño niño solía tener una sonrisa en su rostro y un regocijo el cuál parecía demostrar que en su vida no existía más nada que momentos de dicha y solemne felicidad.}

_{Tenía dos superhéroes favoritos desde que tenía apenas consciencia, estos cuidaban del pequeño niño día y noche sin titubeos, sin condiciones, simplemente se aseguraban de que el niño siguiera sonriendo como acostumbraba.}

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Pero ahora, ¿no dicen las «malas lenguas» que las personas depresivas suelen tener las mejores sonrisas?, créanme cuando les digo que esto no es más real porque no todo el mundo lo experimenta; si tan solo pudieran ponerse en esos mugrosos y gastados zapatos y sintieran lo que es tener siempre la sensación de que la vida se te escapa y a tu alrededor no hay más nada que frío... que odio... que rencor... que vacío... y nada lo puede saciar, ningún aperitivo, ninguna persona, ningún momento porque volvemos a caer en el mismo círculo vicioso, es simplemente difícil.

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_{La luz de sus ojos se fue apagando en muchas oportunidades, una de ellas fue una vez en una misión que le encomendaron a sus héroes; los habían llamado para que lucharan contra un villano muy terrible que amenazaba el hogar del pequeño niño, era un villano súmamente poderoso y muy difícil de combatir pero sus héroes siempre lo intentaron... hasta que, un día, perdieron.}

_{El poder de los héroes del niño se había esfumado, ya no quedaba ni un pequeño rastro de él, el villano los erradicó y los héroes del niño, desaparecieron.}

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Si, esos héroes tenían nombres bastante épicos... se llamaban «Mamá» y «Papá»; el villano tenía un nombre muy terrible —y sí que es un nombre muy famoso—, lo conocíamos como «Divorcio».

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_{Motivado a la victoria inminente del villano que erradicó a sus héroes, el pequeño niño cambió, se dedicó a brindarle al mundo lo que nunca han podido brindarle a él, un amor sin condiciones, un apoyo sin pedir nada a cambio, una mano.}

_{Fueron muchas las veces en las que el pequeño niño trataba de que el mundo fuera un lugar mejor, lleno de personas que hicieran el bien, se enfrentó a la realidad a corta edad y entendió que las situaciones cambian... y las personas también.}

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Muchas veces me es demasiado difícil aceptar mis derrotas, en todo sentido, ya sea en una competencia deportiva, académica, emocional. En cualquier terreno donde me vea doblegado, el impacto de la caída suele doler como si me cayera dos veces.

Una por la expectativa, otra por la incapacidad.

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_{Se enamoró del mejor lado que muestran las personas, de ese lado lleno de amor, de esperanza, de positivismo y de paz, de ese «instinto» de solidaridad que nace en algunos humanos cuando ven a otros en problemas y apostó por eso muchas y muchas veces sabiendo inclusive que la batalla ya estaba perdida antes de comenzar a pelear.}

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¿Debería llamarme loco por eso? ¿El problema soy yo al querer sacar el mejor y más humano lado de las personas y apostar por eso ciegamente?

Cada pregunta me pesa más, cada esfuerzo que hago por hallar la respuesta simplemente me abre más incógnitas; por cada puerta que abro y logro atravesar aparecen dos o tres más y comienza el ciclo de nuevo.

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_{Imagen tomada de Pixabay}

_{Una vez el pequeño niño se sentó a pensar en el hecho de que estaba perdiéndolo todo y tal vez, en un punto ya solo quedaría en el aire una pregunta... «¿qué más podría perder?»}

_{Ya había perdido a sus hérores, estaba solo y era hora de emprender una batalla nueva en la cuál el pequeño niño entró con mucha valentía pero nunca sabría lo que le depararía más adelante, pues, nunca estuvo preparado...}

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Esa batalla tenía un nombre bastante temido por muchos, alabado por quiénes han vencido en ella, despreciado por quiénes en su nombre lo han perdido todo... le llamaban «amistad».

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_{Nunca le costó hacer «amigos», pues, a pesar de las primeras cosas que empezaban a salir mal en su vida, él siempre mantuvo un buen humor y una mente positiva ante todo, no tenía por qué llevarse a la calle sus problemas personales.}

_{A medida que pasaba el tiempo, iba formando vínculos fuertes, daba todo por esas personas que tenían ese nombre tan particular... «amigo».}

_{Ese nombre volvió a retumbar entre sus pensamientos y se volvió otro de los superhéroes que él iba anotando en su pequeña lista. Ya había perdido a sus primeros dos, tal vez esta vez estos superhéroes si podrían hacer el trabajo.}

_{Y así comenzaban más y más batallas, cada vez venían nuevos villanos y lamentablemente, los héroes no conseguían derrotarlos a todos. A pesar de tener muy buenos resultados en los primeros momentos luchando codo a codo, surgió otro villano que hizo desaparecer a los nuevos héroes del pequeño niño.}

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Si, uno de los peores villanos conocidos, le decían «traición» y este tenía varios secuaces que lo ayudaban a cumplir sus maléficos fines en el mundo. Entre tantos, siempre destacó uno de ellos, él cuál casi tenía el título de villano pero no llegaba a ese punto porque sus actos no llegaban a ser tan malignos, ese secuáz era conocido como «interés».

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_{Ya parecía no haber esperanza alguna, pues, el pequeño niño se quedaba sin opciones, seguía tratando de atravesar ese largo trayecto —o tal vez corto, dependiendo de quién lo analice— y tratando de lidiar con cada nuevo villano que aparecía.}

_{Y ahí, como a sus 15 años de edad, conoció a un nuevo superhéroe, quién tal vez sería uno de los más poderosos que conocería en muchos momentos y enfrentando a muchísimos villanos.}

_{Este nuevo superhéroe se llamaba «mujer», pero solo cuando no tenía tanto poder para luchar al lado del pequeño niño. Cuando alcanzó una cantidad más que suficiente de poder, su nombre cambió, pues decidió llamarse «novia».}

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Romántico empedernido desde esa primera vez que probé y conocí el lado más hermoso del amor debo admitir, no podía evitarlo, se sentía tan bien y no sabía del riesgo que este conllevaba...

Ni lo que se escondía detrás...

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_{Imagen tomada de Pixabay}

_{El pequeño niño nunca supo que aunque este superhéroe era muy poderoso, posiblemente en algún momento sería vencido pues ya había sucedido con los héroes anteriores en los que él habían depositado la confianza de luchar codo a codo ante cualquier villano.}

_{9 meses conservó el superhéroe sus poderes, era demasiado increíble el nivel de poder que tenía este superhéroe pues era uno de los que mantenían más feliz y protegido al pequeño niño, hasta que un día, llegaron un par de villanos que le hicieron frente y simplemente la fuerza y el vínculo no fueron suficientes para vencer.}.

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Este par de villanos fueron los más difíciles de aceptar y de sanar. Se les conocía como «infidelidad» y «reemplazo».

Nadie merece acostarse a dormir preguntándose «¿qué me faltó?» o «¿qué fue lo que no hice?»; nadie merece sentir que no fue suficiente aún entregando todo de si, pero como dice la sociedad para darte un placebo directo a las emociones y «hacerte sentir mejor»: así es la vida, ¿no?

En ese momento conocí la melancolía, quién en un punto de mi vida habrá sido —y posiblemente siga siendo— una de las mejores musas para escribir.

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_{En esa misma época el pequeño niño tuvo otra derrota contra el villano más poderoso de todo el universo y de este plano existencial. Lo peor del caso es que este villano suele atacar personas en momentos extraños de la vida y suele ganar en casi todas sus batallas, muchas personas le han vencido, pero los pocos que lo han logrado tienen anécdotas muy interesantes.}

_{Ya sea por suerte, por fuerza, por valentía, por cualquier cosa, vencer a este villano es casi imposible}.

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Este villano podría ser catalogado como «el villano perfecto» pues te permite luchar hasta que él diga, hasta que él llegue y comience a batallar contigo o simplemente te desaparezca sin dejar rastro en un momento de debilidad. Le dicen «muerte».

Este villano venció a uno de mis tíos favoritos —el único que verdaderamente quería que yo fuera músico— , el cuál yo consideraba más que un superhéroe, y como todo humano, lidiar con emociones de esta índole a veces pueden hacerte cruzar líneas que nos pueden llevar más allá de la locura si no sabemos caminar por esas vías.

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_{El pequeño niño seguía luchando cada vez más batallas y los héroes se acababan, cada héroe lo estaba dejando solo pues al parecer los villanos cada vez venían más poderosos.}

_{Sin embargo, el pequeño niño aún mantenía su temple y sabía que en algún momento de la vida conocería algún superhéroe nuevo que lo ayudaría verdaderamente a luchar contra cualquier obstáculo o villano que se cruzara en el camino.}

_{Poco tiempo después de la última derrota, el pequeño niño conoció a una señora muy elegante y refinada, la cuál le presentó a una de sus hijas más preciadas y le dijo que si este decidía luchar sin pensar en lo que pudiera salir mal, ella podría ayudarlo en cualquier momento que necesitara. No era una heroína, era más como una asistente lo que le presentó la dulce señora, pero —literalmente— le cambió la vida al pequeño niño, las batallas no dolían tanto, había un poco más de fuerza.}

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Esta señora tenía un nombre muy bonito, al preguntarle me indicó que le decían «arte». Su hija me cayó demasiado bien apenas la conocí, me dijo que su madre le nombró «música». Hasta estos momentos sigue siendo mi compañera más fiel ante los tormentos más difíciles que suelen aparecer entre las cosas que suelo vivir a diario.

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_{Imagen tomada de Pixabay}

_{A medida que pasó el tiempo, el pequeño niño creció y fue conociendo varios hermanos de la misma dulce señora que cambió su vida; una pequeña hermana de la hija de dicha señora se volvió muy cercana también a el pequeño niño.}

_{Ya una de las hijas de la señora era la «mano derecha» del pequeño niño, pero esta hija también quiso ayudar, quiso apoyar a el pequeño niño en su travesía luchando contra todos los villanos que ya conocía —y los que no—.}.

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Esa hermana de «música» me cayó bastante bien y me hizo sobrellevar muchísimas cosas que definitivamente si las contara ahorita con detalles este post se volvería algo muy tedioso de leer por lo largo. Dicha hermana se llamaba «literatura».

Al poco tiempo de haber comenzado a luchar junto a «música» y «literatura» me di cuenta de que toda mi vida estuve buscando superhéroes que me ayudaran a vencer a los villanos que aparecen y le dan rienda suelta a las cosas malas que te suceden en la vida, y nunca me había dado cuenta de un hecho importante...

Aunque al principio de este post afirmo que el mayor demonio y —en ocasiones— el mayor mal de mi propia vida y existencia soy yo, debo admitir también que puedo equivocarme... pues, si uno canaliza sus habilidades para minimizar sus debilidades y luchar sin perder el rumbo...

El verdadero superhéroe, termina siendo...

Uno mismo.

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_{Esto no es más que un desahogo, pues la depresión no es algo con lo que sea fácil lidiar, siempre harán falta algunos acompañantes, llámese «arte», llámese «deporte», llámese «estudios», necesitaremos compañeros que nos ayuden a realizar mejor nuestro trabajo de desahogo y liberación de presión, para que uno de los grandes secuaces de «muerte» no haga acto de presencia jamás, pues, una vez que este lo hace, ya es solo cuestión de tiempo...}

Si, hablo de el suicidio... el mejor secuáz del peor villano.

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