Haciendo un recorrido mental hacia los años 2016, 2017,2018 vienen a mi memoria muchos momentos ingratos los cuales, en ocasiones, no quisiera recordar. Venezuela siempre ha sido un país con muchas deficiencias que pudieran ser medidas más allá del punto de vista económico pero creo, sin temor a equivocarme, que no se había presentado un momento tan nefasto como el que se vivió alrededor de esos años.

Recuerdo que había días en los que salíamos a "comprar" alimentos y nos devolvíamos con nada. Desaparecieron los productos casi en su totalidad y los que se "podían comprar" los tenían a precios exorbitantes. Fueron tiempos muy duros en los que hasta muchos comercios cerraron sus puertas.

Desde mi perspectiva, Venezuela dio un cambio de 180 grados del cual aún no ha terminado de salir. Entre la ambición de los que hacen política (gobierno-oposición) como los empresarios que cada día quieren ganar más de lo debidamente razonable, los ciudadanos jugando al vivo, siempre queriendo verle la cara de tontos a los demás, y aquellos que por llevar la fiesta en paz, en ocasiones preferimos no decir nada, hemos hecho de nuestro hermoso país un "enchastre". Un lugar del que en lugar de venir, la gente que ha podido se ha ido y aún el que no puede, vive con la ilusión de algún día poder hacerlo.

Me da mucha tristeza el pensar en lo que podríamos ser y hacer; y que por la arrogancia, la ignorancia, el populismo y la falta de aptitud hayamos llegado a un punto en el que ni hacen, ni nos dejan hacer. Hay muchos que creen que la dependencia y esta relación , si se quiere parasitaria, podría de alguna forma sacarnos de donde estamos, yo siento que por el contrario, nos aleja de una real independencia.