Actualidad internacional: Árabes contra israelíes

La violencia en el mundo es un tema de nunca acabar. En las guerras pagan justos por pecadores. Millares de personas inocentes son los que más sufren. Los que ordenan apretar los gatillos de las armas son los que menos sufren por la muerte, por las heridas, por el hambre, por el frío, por la desolación y por el destierro.

¿A cuál de los dos bandos tenemos que apoyar? Si uno es buen cristiano y sensato, creo que a ninguno de ambos, pues en las dos partes lo que mueve a la guerra es fundamentalmente el odio puro y crudo. Y en medio de tanto veneno mental es imposible ponerse de acuerdo y hacer las paces.

Los israelíes alegan que toda esa zona de la costa oriental del Mediterráneo es de ellos, porque la Biblia así lo corrobora. Mientras que los palestinos afirman que buena parte de todas esas tierras pasaron a ser de ellos, debido a que los israelíes fueron sitiados por otras potencias casi desde la época de Cristo. Como diciendo: “El que va pa’ Villa pierde la silla”.

De hecho, a los israelitas ya les había pasado lo mismo en otras oportunidades. La primera vez fue cuando una intensa sequía los hizo mudarse a Egipto, y luego, cuando Moisés, 400 años más tarde, regresaron a sus tierras, pero tuvieron que pelear contra los que se habían convertido en los nuevos dueños.

En el día de hoy los medios de comunicación nos han traído imágenes terribles de lo que en la franja de Gaza está sucediendo, y lo que menos nos provoca es ubicarnos en los zapatos de los que viven en carne propia aquel mismísimo infierno.

La situación es inquietante y no sabemos hasta qué punto va a llegar este conflicto, porque por allí están los iraníes como con ganas de meterse de forma directa y, según se dice en algunas fuentes, EUA acaba de enviar su más grande portaaviones hacia el Medio Oriente.

Al parecer, nos está tocando presenciar el fin de los tiempos. Que Dios tenga misericordia de nosotros.

"Por favor, no más guerra. Amor"

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