<< Yo no quiero ser viejo>>; <<qué fastidioso eres, abuelo!>>; <<ese viejo no sabe nada!>>; son algunos comentarios que más rondan en mi época.

Imagen creada en Canvas por @elvendork

Antes, una persona de más de 70 años era considerada todo un ejemplo de hombre o mujer; un sabio entre hombres al que se le ofrecía el asiento en el aglomerado autobús, una mano para cargar las bolsas del mercado y un saludo lleno de buenos deseos.

¡Es increíble! Apenas ha pasado una década, y se ha pérdido mucho de ese respeto y cariño hacia los más ancianos, les mandan responsabilidades y pasan de largo su sensibilidad. Se dice que estás acabado a los 30, o incluso, en los 50, solo sientes los achaques de la edad y no sirves para nada más. Yo no lo creo.

Está imagen fue extraída de Jubilacionypension.

Este es un llamado a todo aquel dispuesto a escuchar: recuerde quien le dió la vida, recuerde quien lo apoyó, recuerde MUY BIEN a quien se le regresa todo lo que dió.

Considero está participación una invitación a la reflexión e introspección. El día de hoy, mi opinión no solo importa, sino que también es muy personal.

Primeramente, definamos "calvario":

De acuerdo al Diccionario Larousse Junior (2013) "calvario con "c" minúscula, indica sufrimiento que parece no tener fin". Hablamos de una etapa, situación o circunstancias dónde solo existe el dolor, como un pozo de desolación sin fondo.

En una ocasión, yendo de compras, me distraje hablando con un amigo en su puesto de mercado, de forma casual l, cuando se nos acerca una viejita, muy despacio, cargada con un bandolero y una canasta de hierbas aromáticas al brazo. Tenía un fajo de billetes. Quería que mi amigo se los cambiara por unos de mayor valor, pues a ella ya no se los aceptaban.

Mientras él le entregaba otros billetes, le pregunté muy curiosa si no tenía alguien que la acompañase en sus jornadas. No debería estar por ahí con el calor que hacía. Me dijo que sus hijos se habían ido, y solo a su cargo estaba uno, el cuál estaba de lleno metido en la iglesia y no se atrevía a molestarle.

Una vez la señora se hubo retirado, mi amigo me confesó el chismesito completo:

El hijo tenía treinta y tantos años, no trabajaba, y su mujer e hijas vivían en la casa de su madre. Todos apretaditos. Solo la señora trabajaba, vendiendo sus hierbas; le compraba hasta el desayuno! ¡El hombre le dejaba todo a su madre, una mujer de más de 80 añooos!

Me dió tanta cólera que acabé sin ganas de seguir paseando.

No está mal querer enriquecer tu vida espiritual, no es malo si decides iniciar un nuevo proyecto en tu vida, si quieres desconectarte del mundo por un momento, pero NO dejes tus responsabilidades a otro de forma tan descarada.

Muchos de los que viven en Venezuela me entenderán, o en otros países suceda igual, pero ya es una realidad que en los colegios los abuelos sean los representantes de los niños. Los padres se fueron o decidieron abandonarlos. Ya no tienen fuerzas nuestros abuelos, que siguen criando, incluso chicos ajenos.

Está imagen fue extraida de El arte de saber vivir

Entiendo que uno atraviesa etapas difíciles, dónde las opciones son limitadas. Pero también se debe aprender a no dar carga de más a quien no la merece. Solo imagina dar a luz desde los 16 años (que en ese tiempo era lo común) y morir a los 82 cuidando los hijos de tus nietos. Eso sí es un calvario.

Me entristece que muchos hayan hecho de esto una realidad. Por las decisiones tomadas, la vejez es retratada como la etapa a evitar a toda costa.

Asociamos la vejez con el desgaste de la memoria, los dolores permanentes y el deterioro del cuerpo; no es del todo incorrecto. Mientras los años van avanzando, más daños sufre el jarrón (nuestro cuerpo), es cierto, pero la flor que contenemos va floreciendo (nuestra alma.)

Me gusta mucho escuchar desde un viejo sillón a los mayores en navidad, discutiendo sobre los años pasados, en sus tiempos, y sorprendiendo en veces con sus historias maravillosas en primera persona.

Yo procuro ayudar en lo que puedo a mis padres y abuelos, a cargar pesados objetos o limpiar para evitarles esfuerzos. Si un día ya no soportan más los achaques, les proporciono un buen masaje y tibio té. Mi corazón no puede dejarlos salir solos.

No obstante, a pesar de mis preocupaciones, siempre quedo sin aliento cuando veo a estos viejitos apañandoselas formidablemente. Está claro que esa vida de jóven que llevó (a base de ejercicio y buena alimentación) lo ha traído fuerte hasta aquí. Muy contados serán los que consigan eso en está Era.

Cuando somos bebés, no sabemos nada, no caminar, hablar o recordar, nos esforzamos por aprender, luego crecemos, sabemos, hemos aprendido y hacemos; cuando nos vamos haciendo mayores, losa sentidos se van apagando, volvemos a convertirnos en bebés que necesitan cuidados, pero sobretodo amor. ¿Recuerdas cuando tu mamá te bañaba y preparaba la mejor comida para ti? Ahora que los papeles se invierten, ¿qué harás?

Quiero mandarle un fuerte abrazo a todas las personas mayores que me leen, y darles las gracias por todo quién lleve una vida tan ejemplar. Yo estoy trabajando para seguir sus pasos, ejercitándome y sosteniendo mis valores. Ese amor que desbordan es algo de otro mundo, y me apena mucho como se aprovechan de ello.

Invito a mis amigos @marigaby12 y @devi2021 a sumarse a este concurso. Cada aporte cuenta.

Ha sido un placer, nos vemos!