Entre muros

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En pleno siglo 19, la población de aquel pequeño pueblo ubicado al norte de Chipre, entendió que el tiempo pasaba, y con su paso, traía consigo grandes cambios, que en varias circunstancias, eran cambios necesarios, obligatorios, y vitales para la supervivencia de toda la comunidad. El alcalde de esa época, consideró necesario modernizar todo el pueblo, mejorar las calles, las vías alternas, aumentar el número de vías de comunicación, siendo estas mucho más cómodas y espaciosas, y entre muchas otras modificaciones, reubicar ciertos viejos edificios que estorbaban, y construir nuevos.

Los planes para la creación de la nueva ciudad, tardaron varios meses, fueron muchos los arquitectos y artistas consultados, pero también contadores de la época y personas expertas en presupuestos de obras públicas. Gran parte de los políticos locales y de otros pueblos, asesoraron las obras, y tomaban nota de cualquier innovación o error que tuvieran, a fin de mejorar este tipo de procedimiento para el futuro, después de todo, una obra como esa llena de éxito, era más que un motivo de campaña electoral, era una victoria casi segura entre muchos candidatos. El pueblo, era cada día mas visitado por turistas y curiosos, estaban sumergidos en una época inolvidable.

Los días pasaban rápido, entre largas jornadas de trabajo, el pueblo prosperaba de una forma inesperada, la población estaba cada vez mas satisfecha con el nuevo alcalde, del que deseaban conseguir una segunda postulación al cargo. Los obreros llamaban casi en su totalidad las plazas del pueblo a la hora del almuerzo, siempre se reunían a contar chistes y a esperar que alguna de las mujeres del pueblo les llevase algo de comer o de beber.

El alcalde estaba muy ocupado, difícilmente encontraba tiempo para dedicarle a su familia, las cartas no se hacían esperar, y no solo eran enviadas a su oficina, sino también a su hogar. La tensión y preocupación del alcalde, aumento a un nivel crítico, cuando se dio cuenta que la nueva planificación urbana de la ciudad, también comprendía territorios que no estaban tan disponibles como se creían. Eran extensiones de tierra, con algunas viejas casas, cuyos dueños no estaban muy dispuestos a ceder o a vender a ningún organismo gubernamental. Se trataba de un viejo caserío, casi uno de los primeros en construirse desde la fundación del pueblo, había pocas personas, mayormente ancianos. Era un lugar de escasos recursos, deteriorado y con falta de comunicación hacia los otros caseríos del pueblo.

A pesar de ser solo una pequeña cantidad de casas mal construidas, se habían convertido en una de las peores piedras en el zapato del alcalde. Sin la disposición de estos espacios, la obra quedaría inconclusa, y a este punto, cuando ya se había avanzado bastante, una reconsideración de los planos, era prácticamente imposible. El alcalde no podía considerar otra opción que no involucre apoderarse de estos terrenos.

Sumido en su desesperación, recurrió a llamar a uno de los viejos agentes de la policía. Era un hombre de unos 40 años aproximadamente, moreno, muy alto y con voz gruesa. Era conocido por ser el terror de los calabozos del pueblo cuando era policía, pero fue destituido del cuerpo, debido a numerosas denuncias de abusos, violencia, torturas, entre muchos actos reprochables. Luego de eso, se dedico a la agricultura, en uno de los terrenos que le cedió su padre a las afueras del pueblo, hacia parte del grupo de agricultores de frutas y verduras, y a pesar de no ser su trabajo soñado, el expolicía, se acostumbro bastante a este nuevo estilo de vida.

El expolicía acepto sin pensar mucho, el trato consistía en que el debía convencer a los dueños de cada una de esas casas de vender su terreno para poder continuar con las obras publicas, y luego mudarse a una de las nuevas zonas que no necesitaran remodelaciones. Por cada casa que los habitantes abandones, obtendría un bono especial en monedas de oro. El expolicía pensaba utilizar este dinero para invertirlo en su granja, y fertilizantes necesarios para la próxima temporada de siembra.

Pasaron varios días, y el expolicía utilizaba su terror psicológico tal y como lo solía hacer en su época en el calabozo. Primero amenazaba a cada uno de los integrantes de la familia, para ello, llegaba diciendo que el era el jefe de la obra y que necesitaba ese terreno de forma inmediata, de no ser así, derrumbaría la casa incluso con las personas dentro. Utilizaba a algunos de sus compañeros albañiles para golpear a los hombres que se resistieran a abrir la puerta, la violencia reino en ese caserío, pero al estar aislados, el resto del pueblo no se enteraba de nada, y el expolicía podía hacer lo que quisiera con ellos, motivado al gran pago que recibiría.

Los meses pasaron, y las obras continuaron, el alcalde estaba realmente feliz al ver que el expolicía había, efectivamente, desalojado en su totalidad aquel fastidioso caserío, ese era el último eslabón para dar por finalizada la obra que llevaría a la gloria a tan afamado político. Todos los muros y habitaciones habían sido terminados, el pueblo estaba muy diferente en comparación con las estructuras de 3 años atrás, la inauguración fue por todo lo alto, con mucha comida, invitados y música en vivo.

El expolicía, finalmente, recibió su pago prometido, el alcalde le agradeció mucho que haya hecho posible su más grande ambición, por su parte el expolicía le aseguro que las personas desalojadas jamás volverían a molestarlos, que los persuadió a tal punto, que decidieron mudarse a varios kilómetros del pueblo para siempre. El expolicía murió asesinado a los 93 años, siendo dueño de uno de los terrenos de agricultura más prósperos de la ciudad.

Varias décadas después, y luego de la revolución industrial, un gran terremoto azotó al pueblo que ahora era considerado toda una ciudad, gran parte de los edificios modernos del siglo 19 se habían derrumbados por completo. El luto de la ciudad y la desesperación de tan esperada tragedia, fueron empañados en su totalidad, al encontrar cientos de cadáveres momificados entre los muros de los viejos edificios, eran cadáveres con más de 100 años de antigüedad, que acompañaron las casas de muchas personas, pasando desapercibidos. El pueblo necesitaba una nueva modernización, y la destrucción de aquello que el terremoto no demolió.

Gracias por leer.

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English Version:

Between walls

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In the middle of the 19th century, the population of that small town located in the north of Cyprus, understood that time passed, and with its passage, brought with it great changes, which in several circumstances, were necessary, obligatory, and vital changes for the survival of the whole community. The mayor of that time considered it necessary to modernize the whole village, improve the streets, the alternate roads, increase the number of communication routes, these being much more comfortable and spacious, and among many other modifications, relocate certain old buildings that hindered, and build new ones.

The plans for the creation of the new city took several months, many architects and artists were consulted, but also accountants of the time and experts in public works budgets. A great part of the local politicians and of other towns, advised the works, and took note of any innovation or error that they had, in order to improve this type of procedure for the future, after all, a work like that full of success, was more than a motive of electoral campaign, it was an almost sure victory between many candidates. The town, increasingly visited by tourists and curious, were submerged in an unforgettable time.

The days passed quickly, between long days of work, the town prospered in an unexpected way, the population was more and more satisfied with the new mayor, of which they wished to obtain a second postulation to the position. The workers called almost in its totality the squares of the town at the hour of the lunch, they always met to tell jokes and to wait that some of the women of the town brought them something to eat or to drink.

The mayor was very busy, he could hardly find time to dedicate to his family, the letters were not kept waiting, and they were sent not only to his office, but also to his home. The mayor's tension and concern rose to a critical level when he realized that the city's new urban planning also included territories that were not as available as they were believed. They were extensions of land, with some old houses, whose owners were not very willing to give up or sell to any government agency. It was an old farmhouse, almost one of the first to be built since the foundation of the village, there were few people, mostly elderly. It was a place of scarce resources, deteriorated and with lack of communication towards the other hamlets of the village.

Despite being only a small number of poorly built houses, they had become one of the worst stones in the mayor's shoe. Without the disposition of these spaces, the work would remain unfinished, and at this point, when enough progress had already been made, a reconsideration of the plans was practically impossible. The mayor could not consider any other option that did not involve the seizure of these lands.

In despair, he resorted to calling one of the old police officers. He was a man about 40 years old, dark, very tall and with a thick voice. He was known to be the terror of the dungeons of the town when he was a policeman, but he was removed from the body, due to numerous reports of abuse, violence, torture, among many reprehensible acts. After that, he dedicated himself to agriculture, in one of the lands that his father gave him on the outskirts of the village, towards part of the group of fruit and vegetable farmers, and although it was not his dream job, the expolicía, he got used to this new lifestyle.

The expolicía accepted without thinking much, the deal was that he had to convince the owners of each of these houses to sell their land in order to continue with the public works, and then move to one of the new areas that did not need remodeling. For every house the inhabitants abandoned, he would get a special bonus in gold coins. The expolicía intended to use this money to invest in his farm, and fertilizers needed for the next planting season.

Several days passed, and the expolicía used its psychological terror as it used to do in its time in the dungeon. First he threatened each one of the members of the family, for it, he arrived saying that he was the boss of the work and that he needed that land of immediate form, of not being so, he would demolish the house even with the people inside. He used some of his fellow bricklayers to knock on men who resisted opening the door, the kingdom violence in that hamlet, but being isolated, the rest of the town did not know anything, and the expoly could do whatever he wanted with them, motivated by the great payment he would receive.

The months passed, and the works continued, the mayor was really happy to see that the expolice had, indeed, evicted in its entirety that annoying farmhouse, that was the last link to finish the work that would bring glory to such a famous politician. All the walls and rooms had been finished, the village was very different in comparison with the structures of 3 years ago, the inauguration was high, with lots of food, guests and live music.

The expolicía, finally, received its promised payment, the mayor thanked him very much for having made his greatest ambition possible, on the other hand the expolicía assured him that the evicted people would never bother them again, that persuaded them to such an extent that they decided to move several kilometers from the village forever. The expolicía died murdered at the age of 93, owning one of the most prosperous agricultural lands in the city.

Several decades later, and after the industrial revolution, a great earthquake struck the town that was now considered an entire city, much of the modern buildings of the 19th century had collapsed completely. The mourning of the city and the despair of the long-awaited tragedy were tarnished in their entirety, when hundreds of mummified corpses were found within the walls of the old buildings, they were corpses more than 100 years old, which accompanied the houses of many people, going unnoticed. The town needed a new modernization, and the destruction of what the earthquake did not demolish.

Thank you for reading.

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Posted from my blog with SteemPress : http://aleestra.vornix.blog/cuento-corto-entre-muros-esp-eng-between-walls/

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