Cuento corto: Triste desesperanza

Mi pensamiento seguía en piloto automático tratando de encontrar respuestas que le dieran sentido a lo que hiciste, es difícil creer que algo es posible cuando sientes que conoces a esa persona, y que conoces inclusive su forma de actuar.

Lo cierto es que en esa búsqueda incesante de mi parte, me dijiste algo que atenuó mi dolor y me sirvió para hacer una pausa y entenderte como persona.

Tus palabras exactas fueron "lo que me llevó a actuar así fue la desesperanza"

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La desesperanza por no creer que las cosas podían cambiar para bien entre nosotros dos, la desesperanza de 20 años tratando de hacer lo posible de hacerte feliz aun por encima de mi felicidad propia.

Escuchar eso me desvastó

Y no sólo por la incanzable labor de él, sino por ser ese el mismo tiempo en que yo anhelaba que vivieramos cosas diferentes y me resignaba a vivir lo que nos tocaba.

Y el problema ahora es ... ¿que hacemos con el dolor causado y con los 20 años desgastados?

"No sufras, ya no sufras más", me decía mientras mis ojos se llenaban una y otra vez de lágrimas que habían hecho de esos días un mar salado donde sentía que me ahogaba.

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Yo en mi desasosiego me decía y le explicaba a él que no entendía ¿porque era tan doloroso todo esto?, ¿porque le daba tanta importancia a su actuación?, ¿porque no me llenaba el hecho de que yo no lo había hecho?, de que no le causé un dolor tan grande y que mi actuación simpre fue la correcta, eso debería bastarme pero no, allí estaba yo, sintiendo que el mundo me comía como si yo hubiese sido la protagonista de ese incorrecto actuar que me había desgarrado el alma.

Su respuesta fue tan triste y tan sincera como sus ojos "¿es que no entiendes que tu dolor es lo que más me duele?", "el verte así, sufriendo por algo que ni siquiera hiciste y que te causó tanto daño".

Dijimos tanto, nos pusimos tan tristes, que no nos dimos cuenta que toda la noche se nos había ido y los pájaros anunciaban un nuevo amanecer.

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Recuerdo haberle comentado que a veces sentía que esto para él había sido como montarse en un autobus y bajarse en la próxima parada mientras que para mi era una travesía por medio de un bosque tenebroso, oscuro y en el que no sabía por donde caminar para avanzar, porque cuando sentía que había avanzado entonces me volvía a perder.

¿Cómo le haces?, le pregunté

Me dijo: una de las cosas que me arrepiento (a parte de causarte tanto dolor por lo que hice), fue no haberme esperado unos días más, haberle adjudicado la desesperanza a 20 años llenos de otras complicaciones y darme cuenta en esos días donde todo ya se había consumado que si era posible que tu y yo vivieramos de otra manera, eso es lo que más me duele, haberme enterado apenas con días de diferencia que si se podía y es en nombre de esa nueva esperanza que me mantengo en pie.

Escucharlo decir eso me hizo reflexionar una vez más. Era una buena forma de suprimir el dolor con la acción, sin duda alguna.

¿Qué hacemos ahora? ¿Qué podemos hacer?, porque literalmente me siento como quien quiere apagar un incendio usando gasolina, ¿qué hago con tanto dolor?

Él con una mirada llena de desconcierto me decía: "no sufras más pensando en lo que hice", vamos a darnos la oportunidad de saldar nuestras deudas, esas acumuladas durante 20 años, en las que queriendo hacernos felices nos volvimos más invisibles el uno para el otro.

"no llores más", me insistía. Merecemos ser felices, nos los debemos y si hay alguien en el mundo a la que quiero hacer feliz es a ti ... pero esta vez siendo felices ambos

Quizás la inmesidad de tu dolor se debe a que estás sufriendo incluso lo que quisieras que yo estuviera sufriendo, estás sintiendo el castigo que debería sentir yo, porque todo lo estás viendo a través de tus ojos. Pero quiero que sepas, que tú no hiciste nada malo, quien actuó mal fui yo, quien se rebajó a vivir cosas que nunca valdrán la pena fui yo.

Sus palabras por momento me calmaban, es difícil ver triste a quien amas, y en ese momento supuse que era lo que a él le pasaba cuando me veía cargada de dolor y de tristeza.

De esa última conversación salieron muchas cosas, cosas que nunca se dijeron durante esos 20 años cargados de tanto compromiso y tanta responsabilidad.

Sentí tristeza escucharlo decir: "muchas veces sentí celos de tantas personas por las que sentiste empatía", muchas veces quise estar en ese lugar de la gente que querías a pesar de sus sombras, sobretodo porque yo me aferraba a no tenerlas y ser ese hombre que tú querías que fuera o por lo menos el que yo pensé que esperabas fuera.

Lo escuché detenidamente y le respondí: "si tan sólo me hubieses preguntado que era lo que quería", si tan sólo lo hubieses hecho, te hubieses dado cuenta que simplemente quería que vivieramos cosas juntas, que sólo fueras tu esa persona.

¡Uff!, el tiempo pasa implacable y no sabemos como podemos ponerles tantas cosas encima y solapar lo que llevamos dentro, eso que late cual corazón y nos va diciendo que a pesar de todo no estamos siendo totalmente felices.

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Se siente amargo darse cuenta que tuvimos que esperar tanto tiempo para saberlo, que la oportunidad que nos acorraló para ser tan sinceros y evaluarnos por dentro fue justamente a raíz de una actuación esteril, infructuosa, dolorosa y desagradable para ambos.

¿Será que así debían darse las cosas?, ¿será que debíamos estampillarnos frente a un muro de irracionalidad e inconsciencia?, porque sino hubiesen pasado 20 años más de vivir desde la resignación o las ganas remojadas en la cotidianidad de los días?

Aun así es muy duro transitar un camino donde no sabes que pasará y a pesar que hiciste énfasis en que ese camino sólo sería recorrido por dos, dos no más, aun no dejaba de doler.

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Y fue así como entre tantas verdades desnudas y de mostrarnos con el alma desgarrada, vulnerables, minimizados, nos dolía el hecho de vernos distanciados, de sentirnos ajenos y decidimos abrazarnos y buscar un poco de tranquilidad en el silencio, sólo sintiendo que aun maltrechos deseábamos sentirnos acompañados el uno con el otro.

Nuestros ojos se cerraron, nuestras mentes al igual que nuestros cuerpos pedían descanso, que bueno que pese a todo aun nos tenemos, fue lo último que pensé.

Nota: Este cuento fue realizado por mi @alanasteemit el día lunes 19 de Junio del 2023.