Corta Reflexión: Chicas Producto.

En una de estas mañanas habituales en la oficina, donde el tiempo no alcanza sino para hacer dos o tres cosas y computar 5 más en la mente, llegó una de mis personas favoritas en el trabajo, mi ex-alumno, ahora compañero de trabajo y recién colega "Jorgito".

No sé en que momento llegamos a la conversación donde yo, entre bromas y risas le decía que eran inevitables los ojos de enamorada de una de las chicas que también trabajaba en la oficina, casualmente le dije, que la mirada de la muchacha me recordaba mis años universitarios donde yo parecía traer un cartel invisible que dijera "Me gusta Juan Carlos".

Con mucha jocosidad le decía a Jorgito: yo no entendía porque no me creían cuando los más curiosos me hacían la pregunta de si me gustaba Juan Carlos y yo con mucha seriedad les contestaba "No, él sólo es mi amigo", y todos sonreían como si no creyeran ni una sola palabra.

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Lo cierto es que empezamos a hablar de las relaciones actuales y del comportamiento de chicas y chicos en estos actuales momentos.

Sinceramente me permitió sacar una conversación que se dio primeramente en mi interior y seguidamente fue más como una especie de monólogo ( más que una conversación con retroalimentación) cuando le expresaba mi pensar a Juan Carlos.

Era mi oportunidad de compartir lo que reflexioné después de mucho detenimiento y observación y le dije a Jorgito y a Grecia (otra de las chicas más serias y autenticas que también trabaja en el lugar)

"Veo con mucha preocupación que la generación anterior se formó producto de una sociedad patriarcal que parió hijos machistas en una crianza consensuada con mamás machistas", ¡pero!, a pesar de esto, aun así había una frase muy popular que dice "la mujer hace al hombre", pero ciertamente no sé que tipo de hombres pueden hacerse en este caldo de cultivo de lo que he catalogado como "chicas producto".

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Ambos, me escuchaban con detenimiento y me pidieron les explicara de que se trataba esto de "Chicas producto", así que sin vacilación les empecé a explicar:

Veo que la juventud femenina de la actualidad se muestran como si fuera un producto, esto encierra dos cosas:

1.- Que todas se ven iguales y
2.- Que siempre buscan verse y ser sexys en toda ocasión.

Si se van a tomar una selfie verán una postura sexy donde más que verse bonitas lo que expresan es "verse provocativamente sexys", si se van a tomar una foto grupal (por más institucional que sea), verás como la mayoría juega con una postura que está entre las manos en la cintura, una pierna más inclinada que otra, el trasero abultado en unos cuantos grados hacia arriba y por supuesto una cara sexy.

Si por casualidad te encuentras compartiendo con alguna y sale algo gracioso, no buscarán reirse a carcajadas sin importar cuan grandes abran la boca y feas se vean sino todo lo contrario, buscarán verse sexys, si se van a dormir y por casualidad tomarán unas fotos en redes sociales para decir un "duerman bien" dejarán ver no sólo la cama sino a la mujer sexy que la ocupa.

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Y ni hablar de las constantes señales, expresiones, movimientos, miradas que asumen como si fuera parte de una personalidad "irresistiblemente atractiva" que siempre envían.

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Y así como esto un sín fin de ejemplos donde verás que la característica principal más que verse bien es verse "provocativamente" y esto es asociado por ellas como Femineidad o feminidad (cualquiera de las dos formas)

Cuando la verdadera feminidad se trata de otra cosa.

Entonces, recuerdo haberle dicho a Jorgito:

Extraño los tiempos de aquellos amores que empezaban con algo platónico donde la persona suspiraba por la que le gustaba y donde con motivación se intentaba verse bien sólo para esa persona, porque en la actualidad las mujeres buscan verse "provocativas" para todos, como si se tratara de un producto que está a la venta y que puede estar disponible para el que se interese.

O para aquel que cumpla con las exigencias materiales de muchas.

Con toda humildad y franqueza le explicaba: "a las mujeres nos aburre y hasta nos aturde tener que vernos sexys todo el tiempo, estar pendiente del cabello, el maquillaje, la ropa combinada, los tacones, las pestañas, el depilado,las cremas, las uñas, simplemente es algo con lo que no tienen que lidiar los hombres, pero lo cierto es que nada ni nadie nos obliga a hacerlo, simplemente hay una tendencia a estar "a la moda" con esa clase de exigencias que bien (y por lo visto) les llama poderosamente la atención a los hombres, pero si te fijas bien a ciencia cierta es sólo una parte de la vida femenina no es una totalidad.

Lo peligroso es cuando las mujeres sólo se afanan en ofrecer esto y por dentro sólo hay vacíos que se sacian con dinero, con bienes materiales o con un hombre complaciente, de esos que piesan que se están llevando un premio, más si estas se venden como si fueran una "manzana prohibida", y en esa creación de mujeres más confeccionadas por fuera y poco tratadas por dentro cada vez caen más hombres sin darse cuenta que son blanco fácil de manipulación.

Las mujeres no somos un producto, así que cuando ustedes hombres estén frente a una mujer que se vende como tal, tengan cuidado, porque pueden formar parte del gran mercado que busca ser "consumistas de mujeres", no se dejen deslumbrar por la gran variedad de réplicas, consumir más o consumir la que se vende como más cara no los hace más hombres, simplemente los hace más "manipulables".

A los que estén interesados en conocer verdaderas mujeres les tengo varios tips:

• Nos gusta la ropa cómoda, por eso nos sentimos tan bien usando sus franelas
• Cuando tenemos la menstruación nos sentimos mal humoradas e hinchadas (y eso de estar sexy nos irrita)
• Nos encanta comer y sería fabuloso que asumieran los cauchitos con el mismo amor que nosotras asumimos los vuestros.
• Hay días en que simplemente eso de "vernos bien" no se nos da.
• A las mujeres leales nos encanta arreglarnos para el hombre que amamos, no para el resto del mundo masculino.
• No toda mujer bonita está disponible y tampoco le importa crear una "fantasía" en la mente de un hombre.

La lista puede seguir, pero como lo dejé claro en el título, esto es sólo "una corta reflexión"

La pregunta interesante acá sería: tu mujer: ¿te vendes como un producto?, ¿te sentirías cómoda contigo misma si no fueras el centro de todos los suspiros y pasiones?, ¿que conforma tu amor propio?, ¿sólo te afanas por mostrarte bella externamente?, ¿te encanta que te deseen?, ¿te sientes obligada por complacer a un mercado de hombres que se dejan deslumbrar por unos pantalones apretados, un provocativo andar, una copa 36, un constante coqueteo?, ¿sientes que la única forma que te acepten es si te ven atractiva?

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Ustedes hombres: ¿les hace sentir bien ser parte del mercado consumistas de mujeres?, ¿sientes que se deben a la variabilidad?, ¿cambiarían variabilidad por marca?, ¿estarían capaces de enfocarse sólo en la marca más que en la variedad?

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Es bueno la auto-observación, mujeres productos atraen a hombres consumistas, pero en el fondo ambos andan carentes de una buena compañía y de sentirse amados ¡entonces!, ¿por que no cambias la manera como te muestras? o como respondes ante eso.

Una de las personas con las que he hecho más cursos de auto-conocimiento una vez me explicó:

Las personas se afanan en la ley de atracción y se olvidan de la ley de resonancia, siendo que esta última nunca dice que no, de allí la importancia de que efectivamente ocurran cambios positivos en tu interior para que la misma ley de resonancia te ponga al lado de personas que resuenen en tu misma frecuencia, si dejas a un lado esto podrás echarle la culpa, a la vida, al universo o a Dios de que simplemente la ley de atracción no sirvió para ti.

¡Recuerda! puedes llegar a ser un termómetro y medirte: ¿que clase de personas estoy atrayendo?, entonces ¿cómo me estoy proyectando para atraer a esa clase de personas?.

Y volviendo a aquella mañana, en la que estuve conversando con Jorgito y con Grecia, me despedí sugiriendole a él: el día que consigas a una mujer que no le cueste nada reírse (independientemente de cómo se vea), que NO se afane por que la veas externamente bien, que sea auténtica aunque no esté a la "supuesta moda de verse atractivamente sexy" y se presente ante ti de una manera sincera, podrás decir que es una de esas mujeres que prefieren ser marca antes que una que se ofrece como un producto más del montón.