Entiendo perfectamente lo que sientes. Yo te diré: No tienes raíces como los árboles, tú puedes moverte a lugares menos inhóspitos. Si prestas atención, notarás que muchos animales se mueven de un lugar a otro buscando mejores condiciones para sobrevivir. De eso se trata; sobrevivir! Si puedes irte ¡Vete! ¡Qué nada te detenga!

No sientas pena, ni sientas que le fallas a tu país. Venezuela no necesita de gente deprimida ni con el ánimo abatido. Necesita de gente con fuerza que desde donde esté pueda protestar en nombre de los que aquí estamos y que nos mantenemos bajo perfil para no ser atacados.

Es muy fácil decir ¡Salgan y luchen! ¡Den la cara! pero fíjate, que hasta Superman, la mujer maravilla y esos otros superhéroes, se mantenían a escondidas, porque es más fácil actuar desde la sorpresa y la clandestinidad. Todo aquel que es identificado lo desaparecen.

¿Sabes cuántos muchachos están presos? ¿sabes cuántas personas están desaparecidas? ¿Sabes cuántos pozos de la muerte hay en Bolívar?

Conozco a una persona que desapareció hace dos meses. Nadie tiene idea qué pasó con él. Esto no pasaba nunca en este país.

Lo que estamos viviendo aquí no es una crisis económica. Es un genocidio. Es un país controlado por narcotraficantes y terroristas. Aquí no tenemos ley, ni nadie que nos ampare. Yo confiaba en una Asamblea y ya ves en lo que resultaron, ¡otros traidores!

Cuando alguien se va, me da gusto y esperanza, porque sé que desde lejos, aunque sea un twitter publicará para manifestarse en contra de esta tragedia.

Así que no te sientas mal, lo que sucede en este país, simplemente supera nuestras fuerzas.

Si puedes, ¡Abre tus alas y vuela! Regresa cuando tengas que regresar.